El Huanglongbing (HLB) es la principal enfermedad que afecta a los cultivos de cítricos en gran parte del planeta. En las últimas dos décadas mostró un avance preocupante, sobre todo en el continente americano, donde se calcula que en solo cinco años provocó pérdidas de hasta 40% en la producción. Ante este escenario, investigadores de la región están diseñando un innovador sistema de monitoreo con imágenes satelitales que ayudaría a detectar a tiempo la aparición del fenómeno y a minimizar los daños.
Cítricos: buscan controlar el HLB con teledetección
Al respecto, profesionales de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) llevaron a cabo una campaña de campo en la localidad entrerriana de Chajarí, donde utilizaron el espectro-radiómetro para medir la reflectancia de plantas sanas y enfermas.
La iniciativa se enmarca en el Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico Agroalimentario y Agroindustrial del Cono Sur (PROCISUR). En conjunto, estos países poseen más de 1 millón de hectáreas implantadas con cítricos, con una producción de 25 millones de toneladas anuales.
“El HLB es una bacteria que se transmite a través de un insecto llamado Diaphorina citri, y no tiene cura. Una vez que la planta se enferma, la única solución es eliminarla y entonces se pierde la producción. Por eso buscamos generar tecnologías de monitoreo útiles para la detección temprana y el control del avance del vector”, explica Ignacio Doporto, miembro del equipo de investigación del Instituto Gulich, perteneciente a la CONAE y a la Universidad Nacional de Córdoba.
Para sus investigaciones, Doporto utiliza imágenes satelitales de la misión satelital Prisma, de la Agencia Espacial Italiana (ASI), y mediciones a campo que se registran con un espectro-radiómetro de la CONAE. Este instrumento sirve para calibrar y validar los productos de origen espacial, vinculando los datos medidos en el terreno y con los obtenidos mediante el satelital. Se trata de una herramienta única en el país por su alta resolución espectral, que es la capacidad de medir en distintas longitudes de onda. En este caso, cubre un rango electromagnético que va de 400 a 2.500 nanómetros.
“El uso de información multi e hiperespectral obtenida a partir de datos adquiridos por sensores remotos es un campo nuevo y promisorio para generar herramientas de monitoreo y control de la enfermedad”, afirma el investigador en un informe técnico, que elaboró para la tesis que está realizando en la Maestría en Aplicaciones de Información Espacial (MAIE) del Instituto Gulich.
Al respecto destacó que “la MAIE brinda todas las herramientas para encarar proyectos que requieren de información espacial y formación para trabajar en equipo y de manera interdisciplinaria”. En el marco de esa carrera, colaboran en sus estudios genetistas, agrónomos y otros profesionales de la institución educativa y de otras entidades como la Estación Experimental Agropecuaria Bella Vista y Agencia de Extensión Rural Chajarí del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Comité de Sanidad Vegetal del Cono Sur (COSAVE), el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), el Instituto Interamericano de Cooperativa para la Agricultura (IICA) y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile.
“Desde la MAIE acompañamos y promovemos este tipo de desarrollos, y en particular esta investigación, ya que sus contenidos están alineados con los objetivos del Plan Nacional Espacial, por su impacto en términos ambientales, sociales y productivos”, dijo Marcelo Scavuzzo, director del Instituto Gulich.
Mediciones a campo y desde el espacio
Con el objetivo de conocer más sobre el avance de la enfermedad en el país y desarrollar herramientas de control, el SENASA lleva adelante desde 2017 un sistema de monitoreo en el departamento de Federación, provincia de Entre Ríos, con inspecciones visuales y análisis de laboratorio sobre plantaciones de cítricos. En base a estos datos, Doporto advierte que se observa una tendencia creciente de la proporción de casos positivos en la zona.
Los reportes del INTA, del SENASA y del Ministerio de Producción de Corrientes, que también aporta al trabajo, indican que los principales síntomas del HLB observados en esas plantaciones se asocian a una maduración invertida del fruto (que genera una caída temprana del cítrico, antes de haber madurado), al moteado o punteado en hojas y a las nervaduras engrosadas.
Los trabajos de Doporto concentraron en esta zona de la Mesopotamia, donde encontró la mayor información disponible para avanzar en el abordaje de la problemática con tecnología espacial. En mayo de 2023 realizó una campaña de campo en diferentes huertos de naranjos cercanos a la localidad de Chajarí, donde profesionales de la CONAE utilizaron el espectro-radiómetro para hacer mediciones experimentales sobre 63 plantas con distintos tipos de sintomatología. Anteriormente también llevó a cabo un muestreo de firmas espectrales sobre cítricos sanos en el Jardín Botánico de Córdoba.
“Medimos la reflectancia de plantas sanas y enfermas para tratar de identificar los ejemplares afectados a través de sus firmas espectrales. Una vez identificados y diferenciados con el espectro-radiómetro, se extrapolará esta información a los datos satelitales”, dice Sebastián Heredia, profesional de la Gerencia de Vinculación Tecnológica de la CONAE, quien participa de la logística de la campaña. “Hoy se le está dando más valor a los instrumentos de transferencia, capaces de vincular los datos que se miden en la tierra con lo que observan los satélites. Antes se trabajaba directamente con lo que mide el satélite, pero para desarrollar algoritmos con mayor precisión es necesario utilizar instrumentos de transferencia, como los espectro-radiómetros”, informó
“Con estas mediciones, y habiendo incorporado una imagen Prisma, tomada en las mismas fechas en las que se muestreó, vamos a evaluar el desempeño de índices y combinaciones de bandas para discriminar entre plantas sanas y plantas afectadas por HLB y a diseñar un modelo para detectar síntomas de la enfermedad en plantaciones de cítricos, a partir de la información satelital”, detalló Doporto. “Actualmente estamos procesando toda la información. Hasta ahora estamos muy conformes con los avances que venimos registrando, que servirán para avanzar en la validación de la información brindada por los satélites Prisma”, agregó
El objetivo final de estos trabajos es mejorar la calidad de la información brindada por los satélites, con datos tomados en tierra por el espectro-radiómetro, y generar productos satelitales más precisos, útiles para el monitoreo y la toma de decisiones.