Además de los efectos de la sequía y la ola de calor generados por el fenómeno climático conocido como La Niña, los productores tamberos de la provincia vienen sufriendo la baja rentabilidad de la actividad, cobrando un precio por el litro de leche impuesto por la industria que alcanza a ser hoy solo un tercio de lo que el consumidor la consigue en la góndola.
Tamberos reciben un tercio de lo se paga la leche en góndola
Por Vanesa Erbes
Gentileza: Tambo La Loma
Tamberos están afectados por la sequía pero también pro otras variables
Este mes se les pagó 69,90 pesos el litro, pero hasta enero el importe era de 66 pesos. Si bien las empresas lácteas les informaron que tendrían un incremento del 7%, finalmente la suba fue solo de alrededor de un 3%, un porcentaje muy por debajo de la inflación –el Índice de Precios al Consumidor (IPC)alcanzó un 6% en enero– y sensiblemente inferior a los incrementos que registran los insumos del sector. Sobre el tema, Jorge Bianchini, tambero del paraje Las Piedras y El Palenque, contó a UNO: “A nosotros nos venían pagando 66 pesos el litro de leche. Eso se cobra a los 30 días. A fines del mes pasado me llamó la empresa a la que proveo diciendo que nos iban a subir más o menos 4,50 pesos por litro, pero a las dos horas me informaron que en vez de ese importe solo iban a aumentar 2 pesos”.
“Me dijeron que era una orden de arriba”, comentó, y explicó: “Nosotros empezamos a sacar leche y nunca sabemos cuánto vamos a cobrar. Nos suben solamente el 3%, tras que venimos atrasados en el precio. El incremento siempre va por debajo de la inflación, y es nuestro eterno problema; y siempre la variable de ajuste somos los productores”.
En este marco, señaló: “Es más fácil tocar a la cadena primaria y no lo demás. No digo que la empresa tiene que ganar menos, pero hay que buscarle la vuelta, un punto de equilibrio, porque nosotros hasta el mes pasado cobramos 66 pesos el litro de leche pero en góndola está a 220 o 230 pesos. La diferencia es abismal y cada vez nos alejamos más de lo que paga el consumidor”.
Norberto Ferrari, productor de la zona de Maciá e integrante de la Mesa de Lechería en Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), participó en la última reunión del Consejo Directivo de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER) hace una semana atrás en Gualeguay, instancia en la que se analizó la crítica situación que atraviesa la lechería, y aseguró a UNO: “Hace años que venimos trabajando en el tema y en este momento de crisis queda en evidencia el desfazaje entre las dos puntas de los eslabones: el consumidor final paga hoy la leche más cara de la región, mientras que el productor lechero está cobrando la leche más barata si comparamos con Brasil, Uruguay, Chile y Paraguay”.
Sobre este punto, indicó: “Esta distorsión tiene que ver con la organización: hay abuso de poder de un eslabón sobre el otro y el Estado mira para otro lado, porque en esa cadena también gana mucho con los impuestos en las distintas fases”.
Asimismo, el dirigente remarcó: “Desde FARER decimos de entrada que a la comercialización de la lechería, como en lo que son las economías regionales, le falta generación de mercados institucionalizados, donde no haya este tipo de abusos”.
Sobre la última actualización del precio del litro de leche que pagó la industria, lamentó: “En toda la Argentina se actualizó a 69,90 pesos y corresponde a la leche entregada en enero, que se cobró del 10 al 15 de este mes. Esperábamos mucho más, ya que las industrias habían hablado de un aumento del 7% sobre la leche de diciembre, y después avisaron que iba a ser de un 3% a un 3,5%”.
En este contexto subrayó: “Lo que afecta la actividad no es solo la baja rentabilidad, sino que lo difícil es trabajar con poca previsibilidad. En un mercado correcto, se le da previsibilidad a alguien que quiere invertir, y en la lechería no pasa: nosotros estamos ordeñando hoy la leche de febrero y no sabemos qué es lo que vamos a cobrar en marzo porque nos pagan lo que la industria decide”.
Acerca de las perspectivas en un futuro a corto y mediano plazo, Ferrari sostuvo que el sector seguirá muy afectado si persiste la inflación y expresó: “Más allá de la sequía que hay ahora, lo que más daño causa al sector es la inflación, ya que la leche es un consumo primario y trata de no copiar la inflación. Pero la variable de ajuste es el productor y los valores se adecuan seis meses después. En 2022 la inflación fue alta todo el año, y mientras dure este proceso inflacionario, el panorama no es bueno para la lechería”.
Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), también se refirió al tema y señaló a UNO: “La lechería en la Argentina lleva muchos años sin poder organizarse ni encontrar un camino de calidad. Es necesario institucionalizar la cadena básicamente, con todos los eslabones: producción, industria, comercialización. Que esto no ocurra hace que lamentablemente no haya un precio de referencia lógico, que no haya claridad en toda la cadena, y nos lleva a que el productor esté participando en definitiva sobre el precio final del producto en un muy bajo porcentaje”.
“Las diferencias entre lo que se le paga a un productor y lo que le cuestan al consumidor los productos derivados de la lechería son abismales. Son productos que están muy caros en la góndola por la pérdida del poder adquisitivo, y el productor termina produciendo a pérdida y a quiebra”, añadió.
A su vez, reflexionó: “Todo eso evidencia que esta cadena está desequilibrada, que los eslabones intermedios tienen una participación excesiva sobre la participación total, y esto genera que la lechería no encuentre un camino de desarrollo. No hay incentivo y no hay crecimiento y por eso es que hace prácticamente 20 años que producimos lo mismo de leche”.
“Acá hay que generar un ordenamiento de la cadena, con una institucionalización. Esto significa que el precio de la leche tenga una cotización, un valor de referencia en pizarra que pueda estar al alcance de todos, y ver cómo poco a poco se puede ir ordenando esto”, dijo a modo de conclusión.