En la primera quincena de marzo, los alimentos escalaron 6,9%, según el último informe semanal de la consultora privada LCG, que reveló además que en las últimas cuatro semanas los productos de la canasta básica tuvieron un incremento promedio del 11,6%. En tanto, los precios de los alimentos subieron 3,3% durante la segunda semana de marzo.
Subas de precios, baja ventas y tarifazos tienen en vilo a almaceneros
Por Vanesa Erbes
Los 10 productos que más subieron a nivel nacional a lo largo de las últimas cuatro semanas fueron condimentos y otros productos alimenticios: 20,1%; lácteos y huevos: 17,4%; carnes: 11,7%; azúcar: 10,6%; pan, cereales y pastas: 10,2%; bebidas e infusiones: 9,9%; verduras: 9,6%; frutas: 9,1%; comidas listas para llevar: 9%; aceites: 6,4%. En este contexto, los sucesivos aumentos de precios, junto con una marcada caída en la demanda y ahora los tarifazos, sobre todo de la luz, tienen en vilo a los almaceneros, que en la mayoría de los casos resignan rentabilidad para poder sostener las ventas.
Mario Sarli, integrante del Centro de Almaceneros de Paraná y propietario de una despensa en la zona sur de la capital entrerriana, confirmó a UNO que si bien en Entre Ríos no se registraron aumentos de panificados, ni de azúcar ni de aceite –al menos hasta ahora–, sí hubo incrementos en las demás categorías, impactando fuertemente en las ventas, que caen a la par del deterioro del poder adquisitivo.
“Hemos tenidos aumentos de lácteos, que es lo que sube más seguido; también de huevos. En las frutas y verduras también se notan mucho las subas: vino la manzana con un 30% de aumento, y se fue a 3.200 pesos el kilo. El tomate, por ahí baja y por ahí sube, pero hoy está entre 1.500 y 1.800 pesos el kilos; la bolsa de papa vale 10.000 pesos y vendemos el kilo a 1.000 pesos. La docena de huevos subió a 2.200 pesos, y el litro de leche cuesta 1.450 pesos”, señaló, citando algunos ejemplos de productos en los que más se notaron las escaladas de precios en las últimas semanas.
También mencionó que el arroz fue otro de los comestibles que sufrió modificaciones en su valor, después de haber subido considerablemente el año pasado: dependiendo la marca, vale entre 2.500 a 4.000 pesos el kilo. “La carne bajó los primeros días del año un 25%, pero ahora volvió a subir: el kilo de asado está 8.000 pesos, y el de pulsa cuesta 8.500 pesos; el pollo es otra cosa que continúa aumentando, la pechuga por ejemplo está 6.800 pesos el kilo y el pollo entero 2.700 el kilo. El cerdo es lo que no ha subido, es más, bajó un poquito, entre un 5% y un 7%: la costilla, por decir un precio, está a 4.500 pesos, igual que la costeleta”, precisó.
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Fuerte suba de la luz
Sarli manifestó su preocupación debido a que estas constantes alzas de precios impactan en la demanda, que ya viene en caída desde hace meses, “Influye desde hace muchísimo. Cada vez se vende menos y los costos son más altos. Ahora las boletas de la luz están viniendo triplicadas. El impacto que va a tener la luz en las pymes y en los pequeños comerciantes se va a notar. Para nosotros es imposible trasladarlo a los precios de venta al público, porque si lo hacemos, no vendemos”, concluyó.
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Incertidumbre ante el anuncio de importar alimentos
La semana pasada, el Gobierno anunció la apertura de importaciones de alimentos por la suba de precios. Al respecto, el vocero presidencial, Manuel Adorni, informó: “Se ha tomado la determinación de abrir definitivamente las importaciones de determinados productos de la canasta familiar en pos de poder hacer los precios más competitivos en beneficio de las familias y de los consumidores”.
Sobre esta iniciativa, Mario Sarli opinó que a nivel nacional los almaceneros están debatiendo cuál es el impacto que puede tener efectivamente en los valores de los comestibles, y precisó: “Se ha estado debatiendo mucho este tema, pero lo que va a pasar es que los que van a importar son los mismos que nos venden a nosotros. Lo que van a hacer es agrandar sus ganancias, seguramente, y van a perjudicar a las pymes de acá, de la Argentina”.