Abel Velásquez es oriundo de Aldea María Luisa, tiene 25 años y el viernes 6 de septiembre se recibió de profesor de Educación Primaria con orientación rural. En 2022 UNO se hizo eco de su historia, cuando al terminar el cursado de la carrera llevó la libreta a la tumba de su madre, Virginia Arias de Retamar, fallecida en 2018 a los 42 años.
"Me recibí": la historia de Abel Velázquez y la promesa a su madre fallecida
Abel Velázquez no se dio por vencido y a pesar del dolor por la pérdida de su madre, continuó estudiando y se recibió de profesor en UADER.
Por Valeria Girard
Es que Abel le hizo una promesa a su mamá, llorando al lado del ataúd, y era que iba a tener el título que tanto habían anhelado cuando estaban juntos. Ese sueño compartido concluyó definitivamente el viernes, y así rezaba el cartel que el recién recibido llevaba entre sus manos, estampado con fotos donde en la mayoría estaba junto a su progenitora: “Me recibí mamá. Promesa cumplida”.
Su madre murió en 2018
Si bien la vida tiene altos y bajos, hay ocasiones en las que se deben enfrentar escenarios inesperados, pese al impacto de la noticia. Ya sea la despedida de un ser querido, una separación o una etapa que finaliza, los duelos existen por diversos motivos y siempre se debe buscar la salida hacia adelante.
Abel Velázquez es un claro ejemplo de esto. Perdió a su madre el 29 de octubre del 2018 por un shock hipovolémico y, en el instante en el que todo parecía nublarse, le hizo una promesa que cumplió definitivamente el viernes: culminar sus estudios terciarios.
Cuando su madre falleció, Abel se encontraba cursando el profesorado en la escuela normal rural Almafuerte, sede de la facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER). El golpe fue tan grande que creyó no poder seguir adelante. Pero era la promesa la que lo mantuvo activo, enfocado.
Terminar de cursar fue un gran paso, por eso en aquel momento le llevó la libreta universitaria al cementerio de Crespo, donde están los restos de su madre y junto a un grupo de familiares se la presentó, en señal de agradecimiento. En ese momento, UNO fue el primero en contar su historia, luego en distintos medios locales, provinciales, nacionales y hasta en medios de Uruguay, Venezuela y hasta Italia.
El tiempo pasó y el viernes fue la instancia final de ésta promesa y con un nueve en Prácticas Docentes III, Aula y Escuela, Espacio de Aprender y Enseñar en el Espacio Social Rural, Abel recibió su título.
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El fin de una etapa
“Me recibí con un nueve, fue una mañana muy emocionante no sólo para mí, también para quienes me acompañaron en el proceso. Doble logro, porque culminé definitivamente una etapa, y porque le cumplí el sueño a mi mamá. Había terminado de cursar y que quedaban cuatro materias, las fui rindiendo y el viernes fue la última. Todavía no caigo de que ya estoy recibido, que soy profesor”, contó muy emocionado a UNO.
Más allá de la felicidad de hoy, para Abel no fue fácil leer, aprender y concentrarse mientras sobrellevaba la pérdida de su mamá. En medio del cursado también ayudó el la crianza de sus hermanos, en la casa y en la rutina diaria. Además, está escribiendo un libro sobre su historia y la de su madre.
"Querer es poder"
“Se acabó. Ya está. Terminó… Después de seis años de iniciar una promesa tras una repentina muerte. Un corazón partido en dos. Decenas de textos escritos sobre esta lucha, viajes de idas y vueltas, medios de comunicación hablando sobre esta historia, dos programas un poema publicado en un libro por una editorial paranaense, un libro en construcción: ya lleva 250 páginas y un total de quince entrevistas realizadas para contar sobre todo esto. Por fin… por fin, el 6 de septiembre llegó el día, me recibí de Profesor de Educación Primaria con Orientación Rural. Una promesa bien cumplida hacia mi mamá, una promesa que inicié ese 29 de octubre del 2018 cuando su corazón se durmió. Pero no fue una promesa fácil, por supuesto. Fue entregar reiteradas veces un trabajo hasta que sea aprobado, trasnochar para completar las lecturas de los textos y asistir a las clases sin haber dormido, o dormir poco para terminar de estudiar y poder llegar con todo en cada cátedra y en medio de todo eso, la ansiedad de querer que el tiempo pase rápido hasta llegar a graduarme.... Pero nunca me rendí, nunca bajé los brazos porque siempre recordé esta promesa. De hecho, las promesas están para eso, para ser cumplidas. Seis años después de haberle prometido, el 6 de septiembre, marcó la fecha más importante de mi vida. Y no hay nada mejor que sentirse tranquilo. El duelo siempre va a seguir pero ahora me siento libre con la cabeza firme para esta nueva etapa, en algún lugar de este mundo, le llegará todo esto. Claro que sí. La fortaleza de todo esto está en ella, mi mamá. Me inculcó mucha resistencia y los grandes valores para tener un buen desempeño a lo largo de mi vida. Pero también estuve acompañado por todos ustedes. Si no fuera por ustedes que siempre están ahí del otro lado apoyando, incentivando, acompañando esto quizás no fuera posible. Querer es poder”, escribió Abel Velázquez en sus redes sociales.
Ahora empieza otro camino, el de la docencia, el del aula pero ya desde otro lugar, el de brindar enseñanza, con la convicción que desde algún lugar su madre lo acompaña, y lo guía.