Solo quienes viven o vivieron frente a una calle de tierra conocen la necesidad del asfalto. No es solo un problema de tránsito, de autos que no ingresan, de Policía que patrulla por la esquina, de ambulancias que quedan a dos o tres cuadras. Es también llevar el barro con uno a todos lados, meterlo en los vehículos, llevarlo hasta los pies de la cama. En Paraná hay unas 2.500 cuadras sin asfaltar y en los últimos cuatro o cinco años se han pavimentado poco menos de 500.
La desesperanza de quienes viven con el barro pegado en las suelas
En Paraná hay 2.500 cuadras sin asfalto. Vecinos hablan de la necesidad de mejorar la calidad de vida
29 de agosto 2017 · 22:02hs
Las quejas de muchos vecinos a veces parecen súplicas, porque apenas unas gotas, la llovizna esa que no se ve pero moja, y ya la vida se complica.La ciudad creció con poca planificación y hacia distintas latitudes, pero en cada urbanización hubo pautas que no se siguieron: se construyeron casas y hasta viviendas sociales, se abrieron calles pero no se hicieron cloacas, no se instaló la iluminación o como entre otros casos, el asfalto está ausente.
Algo similar es lo que ocurre en cercanías del nuevo Hospital de la Baxada, con calles de tierra, con barro tras la lluvia, ya con una broza perdida en tormentas pasadas. Es lo que pasa en Espejo al 2300 y en gran parte de esa traza. De un lado están las construcciones de esos edificios del Procrear y los terrenos del Ejército, del otro las familias tienen que buscar la manera de entrar o salir. Hay algunos que ya ni se fijan, se embarran nomás. Desde la vereda de la familia Fischer, por ejemplo, se ve el hospital, pero bajar a la calle, en días como el de ayer es casi imposible, pero cuando no llueve, la tierra es un polvo que les entra hasta la cocina. Hasta calle Paracao, en la esquina, hay asfalto, contaron que alguien hizo hasta mediciones frente a sus casa, pero nada; aún esperan. En cercanías hay otras calles similares como en Paul Groussac al 2400, donde Amelia de Enrich contó que hace 33 años que espera por el asfalto, sí, más de tres décadas. "Cuando llueve es imposible salir. Cuando hicieron el hospital nos dio
esperanza de que a lo mejor se asfaltaba la calle", dijo la mujer desde la puerta de su casa, y esa opinión está presente en más de un vecino de la zona.
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