Marcelo Comas/De la Redacción de UNO
La casa que cobijó los sueños de un gran escritor
Pocas cosas me conmueven tanto como saber que una personalidad de la talla de José Hernández construyó parte de su vida en Paraná. El autor del Martín Fierro, además de otros textos, vivió en la capital entrerriana con algunos intervalos entre 1854 y 1871, en una casa de calle España 212, a tan solo tres cuadras de la Plaza 1° de Mayo. Se afincó en la ciudad a los 23 años, en plena etapa dorada de la Confederación Argentina, siendo su primer trabajo en la casa de comercio de don Ramón Puig, que estaba ubicada en la esquina de las actuales 25 de Mayo y 9 de Julio. Todos retazos de una vida de película que hoy perduran en la propiedad –donde vivió y formó su familia- que tuvo en sus orígenes una denominación muy diferente: la vieja Industria, que luego se cambió por España, que hasta hoy se mantiene.
La edificación sigue en pie, con una placa en el frente que lleva la inscripción "Consultorios Hernández", un emprendimiento privado dedicado a la salud, que además posee una clínica sobre calle Italia. Cuesta imaginarse que por esos pasillos moldeó su carácter y esbozó las primeras líneas de su célebre personaje gauchesco. Dicen que la primera impresión es la que cuenta: en el ocaso de la tarde y desde un mostrador, un tranquilo empleado responde a la consulta de pacientes de todas las edades. Ninguno está dispuesto a esperar, en cambio el apuro parece dominarlo todo. A la vista no se divisaba ningún libro para amenizar la espera y en ese caso sería mucho pedir que haya alguno del autor de Vida del Chacho. Si de rastrear vestigios del Matraca -así se lo bautizó en Paraná, por la sonoridad de su voz- en el hall de acceso dos placas de bronce inmortalizan sus días en la ciudad que por esos días era el centro del acontecer político y social: la primera donde se puede leer "Aquí vivió José Hernández" y la segunda que recuerda el centenario de su fallecimiento. Nada parece quedar de las musas que marcaron su etapa creativa, pero todavía resuena el eco de las charlas que mantenía con los gauchos en el viejo Mercado Central. Seguramente de ellos aprendió sobre las costumbres de los paisanos, cómo lucían las pilchas, la forma de montar, de ensillar y hasta el método para pialar. Estas líneas no pretenden encuadrarse como un revisionismo histórico y menos desmerecer a los hombres que nacidos en Paraná hicieron mucho por ella, pero es necesario rescatar la figura de José Hernández, poniendo acento en el valor que tiene para el patrimonio histórico la vieja casona que habitó en el centro de Paraná. Y vaya paradoja, si es que de preservar se trata, la propiedad no mantiene el mobiliario original de la época excepto algunas puestas, ya que así estaba cuando entre 2005 y 2006 fue adquirida por el Centro de Cardiología Intervencionista y Angiografía Digital SRL. Actualmente la vivienda cuenta con siete habitaciones, de las cuales seis fueron destinadas a consultorios médicos y en una de ellas funciona la oficina administrativa del servicio de emergencias, mientras que el pasillo hace las veces de sala de espera y posee un patio amplio. Por el valor arquitectónico e histórico que tiene la casa no se puede modificar la fachada y las placas recordatorias del escritor, las cuales fueron removidas al interior de la misma ya que una de ellas fue sustraída, quedando en la actualidad solamente dos.
Allí fue donde se grabó el 12 de noviembre de 2012 un programa que rescataba la figura del poeta, músico y cantautor entrerriano Jorge Méndez, que recientemente fuera distinguido por el Senado de la Nación. Desde el patio central, Efraín Colombo -joven folclorista santafesino- condujo el envío "Tu lugar en mi canto", donde entrevistó al abogado Julio Federik, entre otros. Tan solo datos de la biografía de un hombre que marcó a fuego la literatura argentina, sobre todo la gauchesca, que supo caminar las calles por las que también nosotros transitamos a diario, seguramente de la mano de su esposa María Carolina del Solar, con quien se casó en la Catedral de Paraná, antes denominada Iglesia Matriz. Aquí también tuvo a dos de sus ocho hijos –Isabel Carolina y Manuel Alejandro-. No solamente se desempeñó como empleado en un comercio sino que fue taquígrafo del Senado de la Nación y periodista. A poco de cumplirse el 179 aniversario de su nacimiento (el próximo 10 de noviembre, fecha en que se conmemora el Día de la Tradición) esta semblanza recuerda a un hombre que luchó con firmeza por sus ideas, sin renunciar a sus valores, y que en la capital entrerriana fue gestando su obra máxima: el Martín Fierro.













