El operativo realizado la semana pasada por áreas del gobierno municipal de Paraná para expulsar de la Plaza 1° de Mayo a personas en situación de calle tuvo muchas repercusiones. En general, el repudio de la sociedad fue mayúsculo por esta acción, ya que no los reubicaron en ningún lugar.
Personas en la calle: no se puede ocultar la realidad
Por Mauro Meyer
“No los llevaron a ningún lado, todos terminaron desparramados por las zonas aledañas al centro, en un garaje, en la entrada de banco, en salud pública, entre otros huecos que encontraron y con la prohibición de pisar las plazas. El problema sigue, solo se corrió de lugar”, señalaron a través de las redes sociales.
Esta problemática se acentuó con la pandemia, ya que el número de personas que viven en la calle aumentó de manera preocupante. En 2019, según un relevamiento hecho por la Municipalidad había cerca de un centenar de personas en situación de calle solamente en la zona céntrica de la ciudad. Ahora se estima que esa cifra creció en un 50%, por lo que el panorama es desalentador.
A raíz de lo sucedido en la Plaza 1° de Mayo, integrantes de la Red por los Derechos de las Personas en Situación de Calle analizaron lo sucedido y siguen a la espera de una respuesta al pedido de audiencia, con carácter de urgencia, presentado el viernes al intendente Adán Bahl. El organismo también destacó que la norma nacional da cuenta de que “las personas en situación de calle o en riesgo de situación de calle tienen derecho al acceso y uso de servicios públicos, de la infraestructura y de los espacios públicos sin discriminación por su condición de vulnerabilidad”.
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Quizás desde el municipio se desconoció esta normativa y tampoco la sabían los agentes del orden que participaron del operativo. Lo concreto es que no se puede mirar para otro lado con este tema, sobre todo porque como se mencionó, el número sigue creciendo en una situación económica que ahoga cada vez más a la gente. Y no alcanza con la solidaridad de la gente, por más buena voluntad que se ponga. Diferentes entidades realizan tareas solidarias para mitigar un poco el trago amargo que sufren las personas que no tienen nada. Arrimar un plato de comida es una postal que no solamente se daba en la plaza principal de la capital provincia, sino también en otros sectores. Ahora bien, si encima se los desaloja, será complicado ubicarlos para ayudarlos ya que están desperdigados por toda la ciudad.
Esta problemática debe ser atendida de manera urgente, con políticas de Estado, quien debe ser el principal actor que dé una solución, con dispositivos de contención y que además de alimento, se contemple la atención en materia de salud y acompañamiento psico-social, entre otros aspectos.
Otro tema a tener en cuenta, y que desde la Red por los Derechos de las Personas en Situación de Calle (creada en 2019) se destacó, es “la responsabilidad ineludible del Estado en la temática y en el resguardo de los derechos humanos de las personas”.
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En definitiva, el panorama no va a cambiar por más desalojo que se realice por parte de la Municipalidad. Además de la Plaza 1° de Mayo, en su momento hubo personas “viviendo” en la plaza Roque Sáenz Peña y en la Alberdi (más conocida como la del Bombero), lugares que hoy están cerrados por estar en una refacción que se hace interminable. En la zona de la Terminal o en el Parque también se ve a individuos que están marginados de cualquier sistema social.
Sacarlos de estos lugares es como tapar el sol con la mano. Porque el problema seguirá existiendo y la pregunta es ¿cuál es la solución que se propone desde la gestión municipal? La respuesta seguramente tardará en llegar, porque la celeridad solamente estuvo en sacar a las personas sin darle demasiadas explicaciones.
El silencio fue hasta el momento lo que se esgrimió desde la Municipalidad, algo que no está bien. Debe haber una explicación, y lo que es más importante, una solución. De lo contrario lo que se busca es ocultar un drama que vive mucha gente producto del desastre económico que nuestro país padece desde hace muchos años.