Hay político y políticos. Hay gobernantes y estadistas. Hay dirigentes y funcionarios serios, comprometidos y que se conducen con la Constitución Nacional, y tambien están los otros, los oportunistas, demagogos y que son capaces del vender a la madre, contar de llegar a tener un voto, sin importarle que crezca la pobreza o aumente la deuda externa.
Deuda externa: que a los desaguisados los pague Juan Pueblo
Por Javier Aragón
Javier Milei confirmó que privatizará YPF.
En la Argentina, la historia marca que hubo presidentes y dirigentes respetables y honestos que tuvieron posturas de estadistas, por decir: Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón, Arturo Frondizi, Raúl Alfonsín, y paremos de contar. Luego llegaron personas que les quedó muy grande el cargo de preponderancia a ocupar.
Estamos hablando obviamente, de los procesos democráticos, con políticas de Estado en favor del pueblo y la Nación. Donde un país aprovechó a los criollos e inmigrantes para hacerlo grande con un proyecto nacional y popular encarnado por el radicalismo y el peronismo. Donde el norte fue hacer una Argentina potente creando YPF, los ferrocarriles, fábricas y una clase media que fue ejemplo en todo el mundo.
Bueno, algo pasó para que los tradicionales partidos políticos comenzaran a socavar sus firmes ideas, proyectos y programas. Increíblemente todo lo que cimentaron con las gestiones, luego lo fueron destruyendo prolijamente.
El gobierno peronistas de Carlos Saúl Menem privatizó todo lo que pudo, y a este proceso lo enfrentó un pequeño grupo de sindicatos. La gran mayoría lo apoyó.
El radicalismo, también traicionó su historia desde Fernando de la Rúa para acá, dejaron mucho que desear, quedando a la cola de un partido chico y muy diferente como el PRO.
En este proceso lleno de ambivalencias, contradicciones y hasta llamativos cambios ideológicos dentro de los mismos partidos, ahora se está dando el debate quién es el que más deuda externa genera.
La deuda externa solo provoca más pobreza, desigualdad, destrucción de la clase media, inflación y otros desaguisados que golpean de lleno en los trabajadores en blanco que cobran miseria, y agranda los sectores que viven de los planes sociales.
El pobrismo que fue instrumentado por el kirchnerismo y lo continuó Juntos por el Cambio, no se sacan ventaja a la hora de profundizar la dependencia económica con el Fondo Monetario Internacional y otros organismos financieros.
Expropiación de YPF: la justicia de EEUU falló en contra de la Argentina
Hoy la deuda es exorbitante ya no se pueden contabilizar los ceros para poder saber cómo y cuándo se pagará. Obviamente, estos despropósitos políticos, electorales y del chavismo a la Argentina, lo paga Juan Pueblo, es decir cada uno de los habitantes, con los impuestos, con menos infraestructura o más ataduras hacia un modelo económico de achicamiento del sector privado, pisoteando a la producción y encerrándose con el club de amigos que conforman Venezuela, Rusia, Cuba, Irán y Nicaragua.
Hay justas razones, y no sé por qué el Congreso y la Justicia no avanzan con aclarar en qué se gastó el crédito de la gestión de Mauricio Macri. Esos 44.000.000 millones de dólares, vaya a saber a dónde fueron a parar.
Con el romanticismo de un centro de estudiantes, el hoy gobernador de Buenos Aires, entonces ministro de Economía Axel Kicillof, junto a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, decidieron tomar una medida demagógica, la de confiscar YPF.
Tal vez una buena idea, pero mal instrumentada por caprichos, torpezas o no sé bien qué negocios, termina ahora siendo ahora un salvavidas de plomo. Si se habrá hablado de Soberanía, independencia, salto al desarrollo, y cuánto relato más de los especialistas en encantar a la sociedad con realidades inexistentes.
En Venezuela se avanzó con las expropiaciones por cuestiones políticas, de persecución, y en la Argentina se inició el proceso con YPF (tal vez con buenos argumentos), pero sin tener en cuenta la legislación, el derecho privado y la Constitución. Como termina la historia, como siempre cuando se privilegia la mentira con fines electorales.
La Justicia de Estados Unidos condenó a la Argentina a pagar más de 16.000 millones de dólares por lo que se quiso hacer ver como una ‘quijoteada’ y terminó siendo una nueva bravuconada de los dirigentes y funcionarios que llevaron adelante este proceso. Duros de boca, hoy los que hicieron esto, dicen que lo volverían a hacer. Bueno, que sean estos ineptos gobernantes que paguen sus estupideces. Pero claro, como siempre esto terminará haciéndose cargo, sin verla ni beberla: Juan Pueblo.