Atlético Bajada Grande realizó una pretemporada a conciencia durante el inicio de año. El equipo masculino afrontó una exigente puesta a punto desde lo físico apuntando a ser protagonista en el Torneo de elite de la de la Asociación Paranaense de Futsal (APFS). Además volvió a conformar un elenco femenino después de un año sin participación.
Futsal: El equipo que juega para todo el barrio
Por Matías Larraule
Los equipos estaban listos para salir a escena, pero la pandemia de coronavirus modificó los planes. En el Barranquero dejaron de lado el enfoque deportivo. Orientaron toda la atención en la asistencia social. Sacaron a relucir el espíritu solidario. Trasladaron toda la energía para asistir a la comunidad del barrio. Los y las salonistas de Atlético Bajada Grande brindan una mano en el merendero que funciona en las instalaciones del salón vecinal. A su vez, los sábados se ponen al frente del comedor que asiste a alrededor de 200 familias de la zona.
“Gracias a Dios la pandemia no afectó a nuestra comunidad desde el aspecto sanitario, pero sí se sintió la cuarentena. Ante la imposibilidad de realizar un trabajo informal mucha gente se ha quedado sin el sustento económico. Muchos de los integrantes de la comisión directiva del club formamos parte de la comisión vecinal y hemos decididos aunar esfuerzos y brindarle una mano a nuestros vecinos con la alimentación diario”, explicó a Ovación Pablo Arriolla, entrenador del equipo masculino de Bajada Grande.
“Antes de la pandemia en las instalaciones del club funcionaba una escuelita de futsal que se llamaba “Un sueño de potrero”. La escuelita estaba orientada a las categorías formativas. Asistían niños de 4 a 12 años, a quienes se les brindaba una merienda. Ahora, como todo está suspendido, el merendero se trasladó al salón de la comisión vecinal con elementos del club, como mecheros, garrafas y ollas”, añadió Arriolla.
“El merendero asiste a los chicos con una copa de leche. A su vez se les da de comer a las familia del barrio de lunes a sábado bajo la modalidad de vianda. Contamos con el respaldo de la Municipalidad, que nos asiste a través de Jardines Maternales, que cocinan de lunes a viernes. Nosotros cocinamos los sábados”, subrayó Arriolla. “Los más jóvenes entendemos la responsabilidad que nos toca en este momento. El 1º de mayo hicimos en la iglesia del barrio un locro de más de 1.200 porciones con otros comedores y merenderos que funcionan en el barrio. De esa manera todos los vecinos pudieron contar con el plato tan emblemático. La realidad nos convocó y estamos tratando de estar a la altura de las circunstancias”, cerró.