El equipo femenino de futsal del Club Aatra III conquistó la primera edición de la Copa Litoral de Futsal. El certamen, que fue organizado por la Asociación Concordiense de Futbol de Salón (Accofusa) se desarrolló del 13 al 15 de febrero en las instalaciones del Club Estudiantes de Concordia. De esta manera, la entidad del noreste de la capital entrerriana sumó su primera estrella a su escudo.
Futsal: Aatra III tuvo su festejo de carnaval
En la rama femenina participaron cuatro elencos: Aatra III, Deportivo Euskadi de Concordia, Cuba Libre de Rosario y Molduras Futsal de Concordia. En la fase inicial los equipos se enfrentaron todas contra todas. Los dos mejores posicionados protagonizaron la final.
Aatra se adueñó del 1 en la fase regular al ganar los tres juegos en forma categórica. En la final el Rojo derrotó 7 a 4 a Molduras, resultado que motivó el festejo en pleno fin de semana de carnaval. Esta celebración es un impulso para Aatra, que aspira a dar pelea en el Torneo de Transición de la Asociación Paranaense (APFS), certamen que este fin de semana ingresará a la instancia de playoff. Pero más allá del trofeo, que será exhibido en vitrinas, las representantes de la capital provincial alcanzaron otro objetivo: fortalecer lazos. “Cuando surgió la posibilidad de participar del torneo hablamos entre las jugadoras y el cuerpo técnico de que el viaje nos iba a ayudar a conocernos un poco más. El espacio que se genera al compartir cuatro días de convivencia hace que se generen vínculos, se refuercen otros lazos, y rompan ciertos paradigmas. Ese fue el objetivo central”, subrayó Rodrigo Duarte, entrenador de las campeonas, en diálogo con Ovación
“En la parte deportiva observamos que en Concordia el deporte es bastante nuevo. Como pasa en muchos lugares hay mucho fútbol femenino y no se juega tanto futsal. Tienen jugadoras que juegan bien con la pelota en los pies y son desequilibrantes en el uno contra uno. No están tan aceitadas en la parte táctica, pero al jugar bien al fútbol en una cancha reducida hay veces que marcan diferencias. Y sucedió. Enfrentamos a un equipo que tenía dos jugadoras que jugaban muy bien, que si bien no nos complicó en líneas generales durante el partido, hubo un par de situaciones en la que mostraron su categoría”,analizó.
“Los dos partidos frente a Molduras fueron abiertos hasta el segundo tiempo por una cuestión de que saben manejar muy bien el cuerpo, tienen buen dominio de la pelota y, sobre todo, la mayoría de sus contraataques fueron goles. Anular esas acciones, a las que no estamos acostumbrados en Paraná porque lo equipos juegan diferente, nos llevó a adaptarnos a determinadas cuestiones porque nos jugaban pelotas frontales. Y al tener jugadoras con buen dominio de balón y buen físico nos complicaron. Fue un desafío poder adaptar el modelo de juego a resolver esa situación”, resaltó Duarte.
Competir en un escenario con dimensiones más reducidas elevó el crecimiento de las campeonas. “En Paraná estamos compitiendo en cancha de Neuquén, que es de 18 metros de ancho por 38 de largo y en Concordia jugamos en una cancha de 14 por 28. Sin dudas que mantener el nivel de juego en un espacio tan reducido hizo que las jugadoras aumentaran la precisión en los pases, en los controles, se animaran a jugar mucho más en los uno contra uno, a jugar en muchas situaciones que se da mucho más en el básquet que en el futsal. En una cancha más grande no es necesario realizar tantos movimientos para generar un espacio y en una cancha chica implica hacer más movimiento sin pelota para crear ese espacio. Estuvo bueno porque pudieron trabajar situaciones para crear superioridad numérica de manera forzada por las dimensiones de la cancha”.
La dinámica e intensidad fueron otros argumentos que potenciaron al Rojo “Estos torneos que duran tan poco te obligan a jugar con una intensidad mucho más alta, sobre todo por la carga física. En tres días jugamos cuatro partidos y al jugar todos los días partidos la carga física es importante. Son situaciones de estrés que hay que saber resolverlas, pero que son propias de este tipo de campeonato. En esto las chicas estuvieron a la altura y jugaron por encima del nivel de esfuerzo y concentración que uno lo hace en el torneo local”, aseveró Duarte. Por último, el entrenador mencionó que esta conquista alimentó el hambre de gloria en Aatra. En este sentido, indicó que darán pelea en la competencia local. “Ese es el desafío”, subrayó, con entusiasmo.
“Con las chicas hablamos y coincidimos en que haber conseguido un logro por primera vez costó mucho, pero mantenerse competitivo y seguir consiguiendo más logros implica muchísimo más trabajo. Ahora uno lleva el mote de protagonista y todo el mundo sale a ganarte y juega al 110 por ciento frente a vos. De esta manera jugando al 100 no nos alcanza, sino que hay que jugar mucho más porque los rivales te quieren ganar. Eso es motivante. El jugar con esa presión motiva. Y trato de que las chicas desarrollen ese sentido de competitividad. Que la presión sea algo que juegue a favor. Que la presión de tener que estar rindiendo cuenta para vos, tus compañeras es lo que hace esto divertido. Después si se gana, se empata o se pierde, es otra historia”, concluyó.