Fue una moda en el pasado con una producción récord en el país y llevó a la admiración mundial debido a que en Argentina tuvo una gran aceptación. El Fiat 600 sigue siempre vigente y pareciera que hoy muchas personas están enfocadas en volver a tener una joyita de estas en modo de colección.
Fiat 600: la modalidad de colección que vuelve a reeditarse
Algunos se animan a calificar que se trata de una moda que está nuevamente de regreso y en el ámbito de la oferta y demanda se puede observar un incremento. Con una forma única por la que se lo reconoce en todos lados, redondeado y pequeño, el Fiat 600 es uno de los autos más representativos de la industria automotriz y de la historia argentina, donde se fabricó durante algunos años.
Aún permanece en la mente de muchos conductores está vigente y más de uno busca alguna unidad que haya quedado abandonada en un garaje para restaurarlo y conservarlo como reliquia de colección. De hecho, esto sucede entre jóvenes y adultos que, en algún momento de su vida, vivieron alguna anécdota a bordo.
José Gallo es un restaurador nato que está volcado principalmente al ámbito de la competición, pero que también ha hecho trabajos a pedido de sus clientes en cuanto al restauro de estos autos. Nacido en Buenos Aires, con raíces italianas, el Tano se radicó en la capital provincial en 1996 y desde ese momento se puede decir que está ligado al Fiat 600. “Es impresionante el auge que está volviendo a tener el Fiat 600, tenemos mucha demanda de estos autos de colección con precios desorbitantes. En Paraná hay muchos Fiat 600, se ve que en la época de oro del auto hubo muchos y quedaron. Para el restauro se tiene que buscar un chasis que no esté tan deteriorado porque para restaurarlo es muy complicado”, sostuvo a UNO.
Consultado respecto a la disponibilidad de repuestos del auto, expresó: “Lo único que no hay es la chapa del techo, hay que tratar de salvar o conseguir otro y cortarlo. Después, el resto hay todo. Si querés restaurar un auto del 72 o 73, te va a costar conseguir ese repuesto de ese año. Por ejemplo, un zócalo de la luz trasera era metálico, hoy a ese zócalo se lo consigue de plástico. En esas cosas puede haber diferencias. En torno a eso se creó un mercado por Internet, que se consiguen los repuestos”.
Actualmente, el Tano está trabajando sobre un Fiat 600 R de 1973, tras haber rastreado junto a su cliente. “Está impecable el auto, tiene toda la documentación, coincide para el restauro. Está completo en todas sus partes, no voy a tener que dar tantas vueltas para conseguir sus partes. Hay solo detalles por conseguir, como la luz de interior para la luz de giro”, contó Gallo que va por su tercer auto restaurado, además de los Fiat 600 de 1981, otro de 1976 y el actual de 1973. “Al auto se lo desarma por completo, íntegro, queda la chapa pelada. Se arranca desde cero. El auto tiene que quedar como cuando salió de fábrica, 0 Kilómetro”, agregó.
El Tano se considera un fanático del Fiat 600 porque también está ligado a sus orígenes y sobre ello recordó. “Soy hijo de italianos y el Fiat 600 nació allá por el 56 y a los italianos no les funcionó por el tema de que levantaba temperatura, al tener el motor atrás y ser refrigerado a agua. Lo descartaron enseguida y lo enviaron a distintas partes del mundo, entre ellos a Argentina. Se mandaron todas las matrices y se empezó a fabricar en el país. El problema que tuvo el Fiat 600 fue que a la par salió el Fiat 500 –1957– que tenía dos cilindros refrigerado a aire. Andaban a la misma velocidad que el Fiat 600, con las mismas prestaciones, como comodidades y los italianos se inclinaron por el Fiat 500. En Argentina llegó allá por el 58 o 60. Acá se lo ensamblaban porque en Italia habían hecho muchos repuestos. Si mal no leí en nuestro país se empezó a fabricar en 1969”, recordó.
Para el restaurador y preparador la moda de restaurar este tipo de vehículos “se debe a que el Fiat 600 es un sentimiento. En nuestra época tener un auto de esto era algo espectacular. ¿Quién no tuvo un Fiat 600? Pasan los años y las categorías de automovilismo de Fiat 600 siguen existiendo en todo el país. Hay una fiebre enorme por el auto. Tengo un cliente de Comodoro Rivadavia que corrió en su época, fue multicampeón, hoy con 60 años me pidió que se lo reconstruya pero para ir a los diferentes puntos de encuentros en el país con la mujer y disfrutar de su auto”.
Justamente, José se mostró agradecido que en el marco de la pandemia su trabajo no cesó, pese a que no se desarrollaron competencias del TC 850, en la cual atiende el auto de Pablo Morales. En este receso obligado construyó nada más, ni nada menos que ¡16 autos de competición! “Para la competición no se busca con tantos detalles, sino que no esté podrido y después se trabaja. En toda mi vida he construido unos 30 autos aproximadamente y solo este año hicimos 16. Pese a la pandemia nunca paré de trabajar. Al haber este parate la gente decidió cambiar el auto o renovarlo y hacer algo nuevo. La mayoría me llamó para hacer un auto nuevo”, precisó.
Actualmente está en el proceso de probar y entregar las unidades, al mismo tiempo destacó que los trabajos son para diferentes clientes del país. “Hice ocho autos para Corrientes, tres autos para Buenos Aires, uno para Neuquén y el resto para Entre Ríos. Solo en Entre Ríos tenemos cinco o seis categorías de Fiat 600, hoy se los está utilizando con diferentes motorizaciones, ya sea 1.6, 1.3, 1.4, 1.100. Creo que nunca se va a terminar porque siempre se inventa algo como para seguir corriendo con el Fiat 600”, expresó. En cuanto a la modalidad de trabajo por pedido detalló: “De todos los que hice solo un auto me trajeron, porque les ofrezco como servicio conseguir el chasis para evitarles el viaje, tener que andar con el trailer y de paso busco chasis que estén en buen estado”.
El club del 600 paranaense
Los amantes de los Fiat 600 en Paraná comenzaron a juntarse en el 2014 y conformaron un club, en el cual poco a poco fueron sumando adherentes. Es que la pasión por el 600 se fue expandiendo y hoy son numerosos los integrantes del Fiat Seiscientos Club Paraná.
Con más de 30 autos comparten esta pasión con gente de otras provincias del país, adeptos a este particular modelo de automóvil que tuvo un auge mundial entre 1955 y 1982 y llegó a fabricarse en diversos países con otros nombres. En Argentina su producción se llevó a cabo entre 1960 y 1982.
Claro está que ante el contexto de pandemia –que vino a cambiarlo todo– muchos viajes se debieron suspender, como por ejemplo un viaje que estaba previsto realizar a la localidad correntina de Goya. La imposibilidad del momento los privó de reunirse con mayor frecuencia, como sucedía hasta el año pasado. En los días de los cumpleaños de los integrantes o inclusive en el Día del Amigo, muchas veces los amantes del Fiat 600 encontraban una excusa para reunirse y charlar, como de contarse las últimas actualizaciones de sus unidades, que siempre levantan un suspiro en la calle por parte de los conocedores de estas verdaderas joyas.
Sus inicios en Italia
Se trató del auto que marcó un antes y un después en la historia de la firma en el mercado. Todo comenzó el 9 de marzo de 1955 en el Palacio de Exposiciones de Ginebra, como un prototipo. Cinco años más tarde, para 1960, ya era un modelo que se fabricaba en serie. Fueron poco más de dos décadas las que duró en el mercado, porque llegó hasta 1982. Sin embargo, el Fitito nunca muere.
El Fiat 600 nació en Italia de manos de Fiat, gracias a la creación del diseñador Dante Giacosa. La marca ideó este producto cuando en Europa, en la década del 50, la gente comenzaba a consumir un poco más. Dentro de los bienes más ambiciosos aparecía la posesión de un auto, y además las mujeres empezaban a independizarse, por lo que un auto pequeño parecía ser el ideal. Sin embargo, resultaba complicado por el alto costo de compra y mantenimiento, más aún cuando el combustible se consideraba un artículo de lujo.
En Argentina, el lanzamiento se dio el 8 de abril de 1960. Tiempo después comenzó su producción local, que fue solo de 2.000 mil unidades. El responsable fue Fiat Concord, quien realizó una réplica exacta del original italiano salido de las líneas de montaje en ese momento. El Fiat 600, que desde mediados de los 60 fue el vehículo más vendido, en 1976 alcanzó su récord con 250.000 unidades comercializadas. En 1982 fue el fin de la producción para el Fitito en el país con más de 300.000 unidades.
Las carrocerías venían desmontadas desde Italia y se ensamblaban en la planta fabril de automóviles que Fiat Argentina fundó en la ciudad de Caseros. Los motores, las cajas de cambios, y otros elementos mecánicos eran provistos por la misma empresa desde la localidad de Ferreyra, provincia de Córdoba.
Un 600 en un auto eléctrico y recargable
En relación a la reconversión, Coppoletta indicó que se procedió a “quitar todo lo que tenía que ver con la combustión del vehículo” para reemplazarlo por un kit de componentes electrónicos: “Es un auto 100% eléctrico y enchufable”, señaló.
El “proyecto de reciclaje” estuvo a cargo de Cristian Coccuci, Ignacio Coccuci, Matias Herrera, Claudio Salinas y Gustavo Coppoletta.
“Para recargar, lleva un circuito de batería que se cargan desde la red normal de cualquier enchufe. En este caso, el auto funciona muy bien a una velocidad máxima de 81 kilómetros por hora”, contó.
En esa línea, agregó: “Ahora pensamos hacer el cambio a baterías de litio que permiten triplicar la autonomía y podés andar entre 130 a 150 kilómetros”.
Coppoletta precisó, además, que la propuesta, que surgió en el 2018, implicó una inversión total de 15 mil dólares.
“Este procedimiento se puede hacer en cualquier vehículo. Esto se esta haciendo en otros países como en México, Colombia y Uruguay”, expresó.
Por último, el creador contó que aún las normativas en el país para el uso del auto “sigue en marcha”.
“En Argentina aún estamos lejos del hecho que todos los autos sean así por una cuestión de costos y números; pero si es posible el retrofit que es la adaptación de un vehículo para reemplazar su motor térmico por uno eléctrico”.