Mientras en Entre Ríos se intensifica la producción vitivinícola, también crece una propuesta académica vinculada a la actividad, que nació hace pocos años y que ya tuvo sus tres primeras promociones de egresados: se trata de la tecnicatura superior en Enología y Fruticultura, una carrera que depende del Consejo General de Educación y se dicta en San José, en el Departamento Colón.
Enología: la carrera que ayuda descubrir secretos del vino
Por Vanesa Erbes
Gentileza Viñedos del Río
Con sus inscripciones abiertas para ingresar este año –el curso de ingreso se desarrollará desde el martes 15 hasta fin de mes–, desde la institución aseguran que cada año tienen mayor cantidad de interesados, muchos atraídos por conocer los secretos del vino.
Daniel Giménez es ingeniero agrónomo, propietario de un viñedo en Concepción del Uruguay y es el docente a cargo de las cátedras Enología I y II. Entusiasmado con un nuevo inicio de las clases, confirmó a UNO: “Excepto cuando comenzó la pandemia, que fue cuando menos gente ingresó, la cantidad de alumnos que se inscribe supera nuestras expectativas año a año. Se anotan desde chicos que recién terminan el secundario hasta gente mayor de 50 años, que ya tiene un emprendimiento relacionado a los contenidos de la carrera y quieren especializarse”.
A su vez, explicó: “Es una tecnicatura vinculada a la educación pública, que depende el CGE y tienen una duración de tres años, que además de la parte teórica contiene una parte muy fuerte de práctica, de ida a campo. Y no solo se aborda la vitivinicultura y la enología, sino también otros cultivos como frutilla, arándanos, nuez pecán”.
Fuertemente ligada al desarrollo de la economía regional de la zona, esta propuesta forma profesionales que cada vez encuentran un campo laboral más amplio. “Ya hemos sacado tres cohortes de enólogos y hay varios alumnos que están trabajando en distintos viñedos y bodegas acá en la costa del Uruguay o también con sus propios emprendimientos, trabajando fundamentalmente en todo lo que es la parte del vino”, destacó Giménez.
También subrayó que es una carrera presencial, debido a la dinámica de trabajo que conlleva: “Realmente los chicos recorren toda la costa del Uruguay, desde Concordia hasta Gualeguaychú, viendo diferentes producciones, distintas alternativas productivas para aprender desde la práctica todo lo vinculado a esta actividad”. No obstante, aclaró que la tecnicatura “tiene también una modalidad de cursado para que quien decida hacer la parte de enología solamente pueda asistir los días que se dictan las materias alusivas” a esta disciplina.
En su caso, en que dicta dos materias teóricas que son centrales, trabaja de manera articulada con el profesor que se encarga de la parte práctica. Al respecto, señaló: “Coordinamos con él y vamos a la vendimia, a las bodegas de la zona, evaluamos la uva con la que se va a hacer el vino, después seguimos con el proceso fermentativo, hasta la elaboración final”.
Consultado acerca de si los alumnos tienen acceso a la degustación del vino que se produce, comentó entre risas que sí, pero que antes deben aprender a trabajar en su elaboración.
Brindando saberes
Compartiendo su experiencia y sus conocimientos como ingeniero agrónomo pero además como productor de vinos, Giménez refirió que la vitivinicultura es una actividad que requiere de mucha paciencia, y a esto se lo hace saber a sus alumnos: “El tema es para que se desarrolle la actividad necesitamos tiempo, hay que tener paciencia. Son cuatro o cinco años hasta que un viñedo empieza a producir un volumen medianamente interesante. Y son entre 10 y 15 años los que hay que aguardar para que la planta esté realmente productiva”, indicó.
En este marco, observó: “Por eso cada vez se escucha más sobre viñedos nuevos que aparecen cada año, pero son viñedos que se plantaron hace cuatro años y que empiezan a producir. Hay cada vez va a haber más gente trabajando en esto y se produce más de vino”.
Sobre este punto, cabe recordar que recién en 1993 se pudo volver a desarrollar la vitivinicultura en la provincia, después de casi seis décadas de estar proscripta por una ley nacional que estableció que esta actividad se llevara adelante exclusivamente en la zona de Cuyo. Desde entonces, hay nuevos emprendimientos cada año, que se van consolidando. “En general, la producción de vinos en Entre Ríos van bien, la calidad de uva es muy buena. Por ahí falta afilar qué variedades son mejores para nuestra zona, pero todo lo que se ha producido en estos últimos años fue muy bueno”, subrayó.
A su vez, comentó que este año hubo una vendimia de muy buena calidad, aunque no se destacó en cuanto a la cantidad: “Lo que pasó es que la sequía fue muy fuerte. Por ahí hubo distintos viñedos a los que les fue un poquito mejor porque cayó algún chaparrón en su zona y cosecharon más cantidad, pero la calidad fue pareja y muy buena”, refirió.
Por otra parte, rescató que la tecnicatura en Enología y Fruticultura forma profesionales que le aportan también un valor a la actividad turística que se gestó de la mano de los viñedos entrerrianos en estos últimos tiempos: “El turismo es la clave para promocionar el vino. En nuestra provincia no tenemos una estructura productiva de vino como para competir con Mendoza en las góndolas. Entonces el turismo es el motorcito que impulsa la actividad y nos permite mostrar lo que hacemos. Invitamos a la gente a que venga al viñedo, que se contacte con la naturaleza, conozca la actividad. Tenemos mucho para contar, desde la historia, hasta la parte productiva”, expresó, y destacó la pasión que tienen los emprendedores entrerrianos en este sentido.
Para más información sobre esta formación, se puede consultar en la Fanpage: Tecnicatura Superior Enología y Fruticultura.