Una práctica de Jorge Pérez, jefe del servicio de Anatomía Patológica del hospital Jaime Ferré de la ciudad de Rafaela, Santa Fe, está bajo la lupa al conocerse que guardó en formol, desde el año 2005, 257 fetos de embarazos que no llegaron a término por causas no provocadas.
Médico guardó en formol 257 fetos durante más de 15 años
Foto: Diario Castellanos
El abogado Pablo Possetto, dijo que el médico ejerció el derecho de objeción de conciencia.
Al parecer la intención del profesional era darles sepultura, pero para ese propósito debió requerir autorización judicial y exponer públicamente lo que había ocultado en un armario de su laboratorio durante más de 15 años. Así fue como se dictó una sentencia judicial que ordenó que se inscribieran en el registro civil las “defunciones fetales”, del mismo modo en que se inscriben las defunciones de las personas nacidas. Pero, ello no se puede hacer sin notificar a las mujeres que portaron esos embarazos no concluidos. Entonces la Justicia debió notificar de la irregular situación a 241 mujeres.
Se les notificó que los fetos que no pudieron nacer con vida fueron guardados durante años en un armario en frascos de formol, sin su conocimiento ni consentimiento, y que, ahora, podían dar su consentimiento para enterrarlos, pero previamente, debían inscribir esas defunciones en el Registro Civil.
La noticia provocó la reacción de un sector de profesionales activistas que trabajan por los derechos sexuales y derechos reproductivos en esa provincia que hicieron hincapié en la vulneración de derechos de esas mujeres. Y es que, en lugar de indagar y punir la conducta irregular del médico y el posible incumplimiento de sus deberes de funcionario público -ya que no ajustó sus prácticas a la normativa vigente- se encauza, de forma perversa, en detrimento de los derechos de las mujeres.
Jorge Pérez, argumenta estar contra la norma que establece que esos fetos se deben descartar como residuos biológicos: ““Desde 2005, cuando asumí como jefe del servicio, todos los fetos sin vida que llegaron al laboratorio, luego de ser analizados para determinar las causas de las muertes, fueron conservados en frascos con formol al 10%. Nunca me pareció un acto de humanidad descartarlos con los residuos patógenos, como puede ser un tumor o una vesícula. Fue una decisión compartida con los miembros de mi equipo”, se defendió el profesional. “Mi intención era pedir autorización para llevarlos todos juntos al cementerio, pero caímos en cuenta de que esto tenía otra complejidad”, sostuvo Pérez.
Según su abogado, Pablo Possetto, el médico ejerció el derecho de objeción de conciencia. En su demanda solicitó que “se ordene la inscripción en el registro civil de Santa Fe de las defunciones de 257 bebés que fallecieron por muertes no provocadas en el seno materno de sus madres (defunciones fetales)”. La Justicia falló a favor y notificó a 241 mujeres de lo sucedido para que autorizasen el acto.
El abogado explicó que durante seis meses investigaron qué era lo que la ley establecía respecto a las defunciones fetales ya que la intención principal del médico es que luego de 15 años conservados, sean enterrados en el cementerio.
La justicia también dictaminó que en caso de que las familias no acudan a retirar los fetos, será el hospital quien deberá hacerse cargo del trámite ante el Registro Civil con el apellido de la madre y posteriormente, darle sepultura.
Luego de que la noticia se haga viral, el ministerio de Salud emitió un comunicado en el que sostuvo que “el gobierno provincial está comprometido con el respeto de los derechos de las personas gestantes que atraviesan pérdidas y también con el respeto de los derechos consagrados en la normativa vigente”.
Aseguraron también que dentro de la normativa vigente “se encuentra la protección de su derecho a atravesar por la situación respetando la confidencialidad, el trato digno, el acceso a información oportuna y suficiente, así como el derecho a no ser dañadas o revictimizadas en el paso por los procesos asistenciales”.
"La provincia está evaluando de forma detallada y comprometida la mejor forma de acompañar esta situación y brindar garantías para que el manejo de todos los restos se ajuste a la normativa vigente y a las recomendaciones de los organismos de rectoría sanitaria. Es nuestra firme intención bregar por el respeto de la dignidad humana y la atención de la salud centrada en la persona”, concluyó el comunicado.
Testimonio de una de las madres
La mujer, oriunda de San Cristóbal, contó en Sol Play que sufrió un aborto espontáneo en enero del 2017 cuando cursaba la semana 20 de gestación consecuencia de una bacteria que ingresó a su organismo. Tras ser intervenida en su localidad, el cuerpo del bebé fue trasladado al hospital Jaime Ferré de Rafaela para realizarle la autopsia y nunca regresó.
Cinco años después, Camila recibió la notificación del efector público rafaelino para retirar el cuerpo de su bebé que el doctor Pérez había conservado en formol.
“A mi me llegó la carta el 15 de febrero del 2022. Yo nunca me imaginé ni se me cruzó por la cabeza que el cuerpo de mi hijo estaba ahí porque cuando pasó lo de mi bebé en enero del 2017 desde San Cristóbal lo llevaron al Jaime Ferré porque tenían que hacerle autopsia y después mandar los resultados. Los médicos de acá me dijeron que ese bebé no iba a volver”, dijo Barbero. “Pasaron cinco años que nunca me imaginé ni se me cruzó por la cabeza decir que un día lo iba a tener al cuerpo en mis manos y poder sepultarlo hasta el momento en que llegó la carta”, agregó.
Tras los trámites burocráticos correspondientes, la mujer recuperó el cuerpo de su bebé en octubre de ese mismo año.
Camila aseguró que recibir la carta de notificación “fue muy duro” y que inmediatamente se comunicó con el hospital, con el médico Jorge Pérez y con su abogado Pablo Possetto quiénes le explicaron el por qué de la conservación de los cuerpos de los bebés y los trámites que debía realizar para poder llevarlo hasta su localidad.
“Fuimos tres las mamás de San Cristóbal que pudimos traer a nuestros bebés”, dijo.
Camila reconoció que recuperar el cuerpo de su hijo permitió que pudiera dar cierre a la etapa del duelo. “Yo nunca había podido soltar ese dolor porque mi embarazo se terminó y nunca supe más nada de él más que decirme a mi misma `él partió y ya está`”, sostuvo y agregó: “Fueron muchos años de dolor y amargura y cuando pasó todo, a mi me ayudó mucho, a sanar, a soltar de que mi hijo ya no está”.
“Las mamás nunca desistimos, siempre nos mantuvimos firmes en poder traerlos”, cerró Camila Barbero.


















