El Papa Francisco explicó este lunes que no estaba bien de salud y que prefería no leer el discurso que tenía preparado al recibir a miembros de la Conferencia de rabinos europeos, pero no interrumpió las actividades de su agenda, que incluyeron un encuentro con niños de un hogar.
Papa Francisco no leyó un discurso por no sentirse bien
"Sucede que no me encuentro bien y por eso prefiero no leer el discurso y darles una copia", explicó a los presentes.
El Papa Francisco no leyó este lunes un discurso preparado para una reunión con rabinos europeos, diciéndoles que no se sentía bien, y el Vaticano dijo que sufría de un leve resfriado pero que seguiría adelante con otros compromisos del día.
Según indicaron las agencias internacionales, Francisco parecía sin aliento cuando saludó a los rabinos al comienzo de la reunión, y la cancelación de su discurso provocó un breve susto de salud sobre el pontífice que el próximo 17 de diciembre cumplirá 87 años.
"El Papa Francisco tiene un poco de resfriado y un largo día de audiencias", dijo en un comunicado el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni.
"Quería saludar individualmente a los rabinos europeos y por eso les entregó su discurso escrito. El resto de sus actividades continúa regularmente", dijo Bruni.
Cabe recordar que el Papa fue operado el 7 de junio para reparar una hernia abdominal. Pasó nueve días en el hospital y parece haberse recuperado completamente de esa operación.
Además, lleva realizados tres viajes al extranjero desde la cirugía y tiene previsto viajar a Dubai el próximo mes para la cumbre climática de las Naciones Unidas COP28.
El discurso
Tierra Santa, devastada por el odio y el ruido de las armas, pero también la preocupación por los actos antisemitas, vuelve al pensamiento del Papa al recibir a una delegación de la Conferencia de Rabinos Europeos, la principal alianza rabínica ortodoxa de Europa, la "voz de los rabinos en Europa", como la define Francisco, que no pronuncia el discurso debido a una ligera indisposición, como dice a los presentes. Es así como a pocas horas del Ángelus del domingo, Francisco vuelve a renovar su llamamiento por la paz en Oriente Medio.
"Una vez más la violencia y la guerra se han recrudecido en esa Tierra que, bendecida por el Altísimo, parece oponer continuamente la bajeza del odio y el ruido mortífero de las armas. Y es preocupante la difusión de manifestaciones antisemitas, que condeno con firmeza. Todos los creyentes, pide el Papa, en un tiempo de destrucción como el que vive la humanidad, están llamados, en nombre de Dios, "por todos y ante todos, a construir la fraternidad y a abrir caminos de reconciliación".
Además, el texto indicó: "El diálogo con el judaísmo es de particular importancia para nosotros los cristianos, porque tenemos raíces judías. Jesús nació y vivió como judío; Él mismo es el primer garante de la herencia judía dentro del cristianismo, y nosotros, que somos de Cristo, necesitamos de vosotros, queridos hermanos, necesitamos del judaísmo para comprendernos mejor a nosotros mismos. Por eso es importante que el diálogo judeo-cristiano mantenga viva la dimensión teológica, al tiempo que sigue abordando cuestiones sociales, culturales y políticas".
Judaísmo y cristianismo, añadió Francisco, no son "dos creencias ajenas la una a la otra" que se hayan desarrollado "independientemente en espacios separados y sin influirse mutuamente". El Papa recordó cuando Juan Pablo II, durante su visita a la Sinagoga de Roma, fue el 13 de abril de 1986, llamó a los judíos "hermanos queridos" y "hermanos mayores", señalando que la fe judía es "intrínseca" al cristianismo. El diálogo entre judíos y cristianos, por tanto, concluyó Francisco, "más que un diálogo interreligioso, es un diálogo de familia".