Por Sebastián Gálligo
El equipo entrerriano para enfrentar a cualquier provincia
Si la AFA decidiera jugar un Campeonato Argentino de fútbol como sucede en la mayoría de los deportes del país, Entre Ríos podría presentar un equipo muy competitivo. Imaginarse un certamen así sería inédito, y si bien pareciera imposible por el ajustado calendario de competencias, junto al locutor y conductor Claudio Belotti nos animamos a jugar y luego de varias horas de debate salió una Selección de gran nivel.
Entre Ríos tiene diseminados futbolistas en todas las categorías y en el mundo. Y al mismo tiempo por ser el 3,1% de la población del país, ha sido una cantera inagotable que a su vez ha tenido grandes referentes a lo largo de su historia, tal es el caso de Roberto Ayala, Jorge Burruchaga, Jorge Comas, Ramón Ismael Medina Bello, Gabriel Heinze y José Chamot, por citar algunos.
Por proyección y por presente, Gabriel Heinze es número puesto para sentarse en el banco entrerriano. El Gringo de Crespo, que viene de dirigir a Vélez y hoy está libre, nos garantiza un equipo combativo y frenético. El trabajo ajedrecístico, con las disculpas del caso, de armar el plantel corre por cuenta pura y exclusivamente de quienes subscriben apelando a un plantel de experiencia y jerarquía.
El arquero será Wilfredo Caballero. El uno de Santa Elena sigue ligado al Chelsea de la Premier League y viene de atajar en el último Mundial. A sus 38 años garantiza seguridad y experiencia.
La defensa es un gran dilema por la cantidad de jugadores importantes para ocupar los respectivos puestos. Es por ello que se optó por correr algunos jugadores por su capacidad polifuncional para jugar en otros sectores de la cancha como es el caso del defensor Lisandro Martínez, quien en sus comienzos en Gualeguay jugaba de mediocampista. De ahí su buen pie para salir jugando.
El esquema 4-4-2, para arrancar. El marcador de Chajarí, Facundo Roncaglia, (ex-Boca y actualmente en el Osasuna de España) por derecha. La dupla de centrales estará integrada por el uruguayense Walter Kannemann (campeón de la Libertadores con Gremio) y Paolo Goltz, el jugador de Hasenkamp, ex-Boca y con un gran momento en Gimnasia y Esgrima La Plata. Por izquierda el jugador de María Grande, figura del River multicampeón, Milton Casco.
En el medio por derecha, el mediocampista de Concordia, revelación de Vélez, Lucas Robertone. Doble cinco con el concordiense del Feyenoord, ex-San Lorenzo, Marcos Senessi, y el paranaense campeón de la Major League, Eric Remedi. Por izquierda, el zurdo de Gualeguay, titular en el Ajax de Holanda, Lisandro Martínez.
En la delantera, dos tipos de peso. Dos goleadores. El delantero de New England Revolution, La Pantera Gustavo Bou. Y como acompañante del concordiense, el goleador Mauro Quiroga. El uruguayense es el goleador del Necaxa.
El banco de relevos cuenta con pocos defensores teniendo en cuenta la versatilidad de los que ocupan un lugar en las dos líneas de cuatro. Es por eso que se apostó a un recambio ofensivo. Mauro Díaz puede jugar de enlace en caso de que al equipo le falte un nexo entre los mediocampistas y los delanteros. Walter Bou, Fernando Zampedri y Joaquín Larrivey son delanteros de peso y bien de área.
Variantes de excelencia para exigir a “los de adentro”. Sobre todo Larrivey, exjugador de la Fiorentina, quien tiene un largo recorrido internacional. El crespense Prediger le puede dar más juego al mediocampo desde su capacidad y solvencia. Mientras que en la defensa se apostó a un pibe con gran futuro como Leonardo Godoy. El jugador de Talleres, ex-Atlético Rafaela, viene pidiendo pista. Lo mismo sucede con el joven arquero Ezequiel Unsain.