Marcelo Medina / Redacción de UNO
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Curas declararon contra el sacerdote Justo Ilarraz
Silencio igual a olvido. Esa sería la fórmula que realizan en la Iglesia de Paraná. Hay autoridades que están convencidas de que si los fieles no leen, escuchan o miran sobre el caso Ilarraz, el sacerdote acusado de abusar sexualmente de estudiantes del Seminario Menor, se olvidarán.
Si bien la trascendencia mediática del caso ha menguado en los medios de comunicación, producto de la prohibición a las partes (abogados querellantes, fiscales y defensores) de hablar o difundir opinión sobre la causa que dispuso el juez Alejandro Grippo, las víctimas y testigos siguen informando de los adelantos en la investigación. Más aún porque los denunciantes temen que el caso quede guardado y pase al olvido.
El silencio es ponderado por el cardenal Estanislao Esteban Karlic y el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, pero rechazado por las víctimas y curas que buscan justicia y que la Iglesia católica no apañe a sacerdotes pedófilos o que mantengan relaciones con hombres o mujeres por más que sean adultos.
Testimonios
En las últimas horas, UNO pudo conocer que dos sacerdotes brindaron datos que comprometen aún más al cura Justo José Ilarraz con los abusos de adolescentes. Además, aportaron datos sobre otros curas que estarían sospechados de abusar de menores, que no están siendo investigados.
Estos curas se suman a lo ya relatado por el párroco de San Benito Abad, Leonardo Tovar, quien tras declarar como testigo en la causa dijo públicamente: “Sería una pena que esta causa se caiga porque estamos ante un hecho aberrante y muy triste”.
Los últimos curas que testimoniaron aportaron datos minuciosos sobre la reunión que mantuvieron con el arzobispo emérito de Paraná, Mario Maulión, en 2010. Allí, según los sacerdotes no se habló solo del caso Ilarraz, quien hoy vive en San Miguel de Tucumán.
UNO pudo conocer que los sacerdotes hicieron planteos sobre la necesidad de combatir la pedofilia en la Iglesia.
La semana que viene habrá más testigos. En tanto, las víctimas continúan siendo sometidas a pericias psicológicas y psiquiátricas.