La familia Podestá se especializaba en la elaboración de cajones de madera para los peladeros, pero de repente un viaje a Francia los llevó a cambiar para siempre la planificación de una empresa que estaba naciendo. Esa experiencia fue compartida por Gustavo Podestá y su esposa Estela David, y en poco tiempo se gestó un modelo de negocios que perdura hasta hoy: la construcción de viviendas con estructuras de madera, en Concepción del Uruguay. Se trata de Viviendas Podestá, una firma que comenzó a incursionar en este rubro a partir de 1980 y en la actualidad sigue bien posicionada en un mercado sumamente competitivo.
Viviendas Podestá busca preservar el medio ambiente
Viviendas Podestá lleva más de 40 años vigente en un mercado siempre exigente. Casas de buena calidad y modernas, son parte de su idiosincrasia.
Gustavo y su hermano Alberto habían puesto los cimientos de un proyecto familiar que lleva más de 40 años de trayectoria. Con el tiempo y tras el fallecimiento de su esposo, Estela recordó aquella travesía europea que transformó la idea que tenían acerca de cómo trabajar la madera. “Trajo la idea y desde entonces empezó a hacer casas con estructuras de madera. Se relacionó con gente que estaba bastante más adelantada. Y después en el mercado americano donde no existe otro tipo de construcción”, repasó la mujer que actualmente dirige la empresa.
En cuanto al sistema de construcción aprendido en suelo francés aclaró: “No importamos un sistema, lo vio y lo adoptó a nuestra realidad”. Ese fue el punto de partida de un proyecto empresarial que fue ganando clientes no solamente en su zona de influencia, sino que también por su calidad y ventajas, el producto encontró interesados en diferentes puntos del país e incluso hasta en el Viejo Continente. Con seriedad y responsabilidad de su capital humano se convirtieron en pioneros en la utilización de sistemas de construcción en seco. “La nuestra es una estructura reforzada, ya que trabajamos con madera de 10 centímetros de espesor, que es una pared que terminada con revestimiento queda en 12 centímetros. Son casas de buena calidad”, reseñó.
El sistema utilizado por la empresa entrerriana se conoce como wood frame.
Preservar el medio ambiente
En diálogo con Economía y Negocios, la entrevista sostuvo que una de las principales premisas es seguir con la tarea de construir de acuerdo a nuestro tiempo, es decir respetando dos principios ecológicos: no contaminar y no depredar para garantizar un planeta más sano. Para ello siempre se trabajó con madera de eucalipto “con la idea de aprovechar bosques de cultivos, sin afectar la flora natural,
porque acá la tala indiscriminada de árboles ha hecho desastres. Por eso siempre usamos eucalipto de cultivo, que tiene rebrote, es decir que son árboles sembrados. Siempre nos inspiró la protección del medio ambiente; el perfil ecológico lo hemos mantenido siempre” .
Desde ese enfoque precisó que “no se usa madera tratada; vienen los impregnantes y esas cosas que uno le agrega después. Pero hay maderas que están tratadas con Arseniato de Cobre Cromatado (CCA) y son productos que contaminan, porque cuando uno quiere quemarlo y enterrarlo, dicen que eso no se puede hacer. Es obvio que de alguna manera eso daña al medio ambiente. No lo usamos”.
Con presencia internacional Viviendas Podestá construye viviendas con una amplia de modelos y acorde a estándares modernos de construcción en seco.
Siguiendo esa política empresarial, la firma construyó casas en Tierra del Fuego, Río Grande y Ushuaia, más allá de las dificultades lógicas que surgieron durante el traslado de los insumos. “Por el alto costo del traslado internacional, las viviendas se terminaron armando con mano de obra chilena”, expresó David. También trabajaron en Buenos Aires, Corrientes y Santa Fe.
Luego habló de una experiencia que hasta hoy constituye un orgullo para la empresa uruguayense: “En 2003 exportamos una casa a España, que se trasladó entera prearmada, incluso se llevaron hasta los muebles; fue un gran desafío porque era una casa muy grande de 219 metros cuadrados.
Mandé una persona desde acá para supervisar la instalación”, dijo con satisfacción.
Consultado por quiénes demandan las viviendas, explicó: “Ha cambiado el público, eso hace también cambiar las expectativas de la empresa. Cuando empezamos la casa prefabricada tenía muy mala prensa, eran consideradas casillas. Por eso empezamos haciendo casas más económicas. A medida que la construcción tradicional fue encareciéndose, fuimos mejorando la calidad del producto.
El público que busca este tipo de construcción es de clase media con buenos ingresos. Debemos apuntar a otro público”.