El viernes 9 de junio Víctor Eduardo Cacho Rojas dijo adiós a sus seres queridos de San Salvador. Resulta que este hombre, que tenía 59 años, era un gran trabajador de la cultura y el deporte de este Departamento de Entre Ríos. Hoy, a varios meses de su partida, UNO lo recuerda y destaca por su compromiso con su ciudad natal y sus vecinos, quienes se recuperan poco a poco de su repentina partida.
Un hombre inquieto, curioso que se fue hace poco y se lo extraña mucho
Se trata de Víctor Eduardo "Cacho" Rojas. Un hacedor de la cultura y el deporte de San Salvador que falleció a los 59 años en junio pasado.
Por Lucila Tosolino
20 de noviembre 2017 · 12:37hs
Los salvadoreños saben muy bien quién es Cacho. Cuando se les pregunta por él, no dudan en describir sus andanzas por la ciudad y dar cuenta de sus notables características como persona. Su esposa, hijos y amigos lo recuerdan con orgullo y al hablar de él, sus ojos se llenan de lágrimas porque se trata de alguien único, irreemplazable, que con su inquietes y curiosidad llevó a esta localidad entrerriana a tener su primera Feria del Libro y a que se reinaugure el Club Atlético Progreso Unidos, un emblema de esta ciudad.
Su familia
Es un miércoles de octubre y el clima primaveral circula en el aire. La plaza principal de San Salvador está bien cuidada y la mayoría de los vecinos circulan en bicicleta. "Acá se usa mucho este vehículo, grandes o chicos la utilizan para ir al trabajo, a la escuela o para hacer algún trámite", indicó Ana Cabrera, quien fue esposa de Cacho. Ella tiene 43 años y trabaja en la Municipalidad.
Luego de un diálogo ameno con UNO sobre la cultura de los salvadoreños de andar en bicicleta y cuidar el medio ambiente, Ana se atreve a hablar sobre su esposo. Después de una larga respiración, la mujer arremetió: "Era lo más. Era un gran impulsor. Le gustaba hacer de todo y se comprometía cuando lo hacía".
"La pasión de él era buscar, investigar, impulsar, hacer. Era muy curioso e inquieto. Le encantaba leer y escribir, recuerdo que también le gustaba que lo haga yo porque me decía: 'Una mujer que lee siempre guarda la belleza para la vejez'", cuenta Ana al tiempo que señala que leyeron varios textos juntos.
La mujer de 43 años habla con entusiasmo de Cacho, recuerda con alegría la pasión de él por las letras y cómo pasaba noches enteras desvelado escribiendo y leyendo. "Esta pasión por las letras lo llevó a hacer la primera Feria del Libro acá en San Salvador, además de organizar la Fiesta provincial de la poesía en esta ciudad", explicó y agregó: "Además, con mucho esfuerzo y ayuda familiares y amigos, Cacho logró publicar tres libros. El primero fue en 2005 y se llama 'Remembranzas literarias' y consiste en una recopilación de versos y poemas de él y su abuelo, luego publicó 'Protagonistas. Biografía de los diputados del 9 de julio de 1816' y después 'Principios olvidados. Maniobras militares del año 1914', que habla sobre la tragedia del puente Sandoval".
Ana habla con paciencia y dulzura de Cacho. Mientras lo hace, sus ojos brillan y su rostro se pone colorado. De forma breve, ella hace un repaso acerca de la vida de él: "Nació el 8 de noviembre de 1957 en San Salvador. Hizo la Primaria y Secundaria acá mientras trabajaba con su papá de albañil. Luego se fue a Buenos Aires, en donde siguió trabajando y estudiando".
"Cacho hizo de todo en su vida. Tuvo diferentes trabajos como ser tipógrafo en una imprenta hasta pintar casas y barrer calles. Además estuvo en la política ya que integró el Sindicato de Empleados de Comercio de Capital Federal entre 1981 y 1989. También estuvo a cargo de la delegación de San Salvador de la Dirección Provincial del Trabajo entre 1993 y 1994 y fue director de deportes y recreación de la Municipalidad de San Salvador en 1999", continúa Ana y da cuenta de lo inquieto que era Cacho. "También fue corresponsal del periódico 'El Observador Regional' de Colón y participó como miembro en varias organizaciones no gubernamentales y deportivas".
Pero la vida de Rojas no acaba allí, en 1998 y 1999 fue director de deporte de la Municipalidad de San Salvador y después se quedó a cargo del servicio de barrido de calles de esta ciudad. "Hizo tantas cosas que no me alcanzan los dedos para enumerarlas. Pero lo más destacable de él no es solo todo lo que hizo y trabajó, sino que eran una gran persona. Era bueno, honesto, comprometido, muy correcto, cordial, respetuoso y educado. Siempre fue para adelante con todo ya que tenía una energía arrolladora", recordó Cabrera.
En su lugar de trabajo, la Municipalidad de San Salvador, la mujer de 43 años continúa su relato acerca de Cacho. "Él era el mayor de cinco hermanos, tenía 12 sobrinos y cuatro hijos. Tuvo dos con su primera esposa y luego dos conmigo. Nuestros hijos se llaman Ramiro, que tiene 17 años, y Ana Paula que tiene 15", indicó.
Sobre cómo se conoció con Rojas, Ana se limita a decir que fue en 1993 cuando ella era joven y estaba buscando trabajo. "Resulta que en esa época, Cacho tenía una empresa privada de barrido de calles, así que yo fui a pedirle laburo y él me aceptó. Así que ahí lo conocí y entre barrida y barrida, empezamos a salir y desde ese momento no nos separamos hasta el 9 de junio pasado", apuntó.
Ana se queda muda. El silencio se hace presente en una oficina de la Municipalidad de San Salvador, en donde se desarrolla la entrevista. Ella baja la mirada y mira sus dedos entrelazados. Luego de un profundo suspiro, levanta la vista y dice: "Nadie esperaba que se fuera así, de repente. Fue todo muy rápido, de un día para el otro. Aún no caigo que haya muerto, me cuesta mucho aceptarlo".
"La pesadilla empezó el miércoles 7 de junio pasado cuando a Cacho le empieza a doler la panza. Recuerdo que eran las ocho de la mañana y fuimos al hospital, ahí le dieron Buscapina inyectable y ese mismo día a la noche fue a barrer las calles de San Salvador. Recuerdo que le pregunté: '¿Vas a ir Cacho?' y él me dijo que sí, que se encontraba bien", explicó Ana y añadió: "Al otro día, el jueves 8 de junio, Cacho se levantó bien, fue a visitar un cuñado, almorzó, durmió una siesta y a la tarde, tipo 17, se levantó, fue al baño y al salir se desplomó en el piso. Fue repentino, inesperado. Inmediatamente lo llevamos al hospital San Miguel de acá y me informaron que había tenido un infarto, se le había reventado la vena aorta".
La mujer de 43 años continúa firme su relato: "Estuvo hasta la medianoche internado en el hospital de San Salvador, si bien lo estabilizaron, no se podía mover del dolor. Los médicos le hicieron una radiografía pero como no se podía ver nada, lo tuvimos que trasladar cerca de la una de la madrugada del viernes 9 de junio al hospital Masvernat de Concordia para que le hicieran una tomografía. Ahí lo operaron pero fue peor porque terminó estando más grave de lo que había entrado ya que empezaron a fallarle algunos órganos como el riñón. Luego vino lo peor: un paro cardíaco que fue irreversible".
Si bien Ana no derrama una lágrima, se la nota triste, angustiada porque le falta su amor, su compañero de vida. Ella indicó que lo extraña y mucho, que "era una gran persona que estaba siempre ayudando a todos. Era un eterno curioso, laburador, hacedor de la cultura y el deporte. Tenía tantos proyectos por delante como escribir otro libro, participar de la segunda edición de la Feria del Libro de acá, pero bueno, la muerte lo tomó y nos tomó por sorpresa".
Tras hacer un repaso por la vida, obra y muerte de Cacho, Ana invita a UNO a la casa en la que vivió con él y en la cual aún lo sigue haciendo con los hijos de ambos. Esta vivienda está ubicada en calle Diagonal Oscar Malarín 340. El lugar es acogedor y apacible, unos cuatro perros corren de aquí para allá por el patio en el cual Rojas hacia asado todos los domingos.
"Era sagrado para él", señaló Cabrera al tiempo que llama sus hijos para que estén junto a ella en la foto que le toma el fotógrafo de UNO. "A los tres nos destrozó la muerte de Cacho, ninguno se lo esperaba, realmente nos duele mucho la pérdida, la cual aún es reciente", agregó la mujer.
Ana Paula se limita a contar el maravilloso padre que era Rojas y menciona su rasgo investigativo. Mientras que Ramiro detalla que era muy bueno, sociable, atento y un gran trabajador.
Luego de las breves palabras de los hijos de Cacho, Ana invita a pasar a su casa a UNO y muestra el escritorio en el que trabajaba Rojas. En este mueble, el hombre que falleció a los 59 años escribió, investigó y pasó cientos de horas creando. "Se levantaba tipo 8, tomaba mate, escuchaba la radio, luego se iba a trabajar pintando casas y a la noche barría las calles de la ciudad. Y cuando llegaba, se ponía a planificar la Feria del Libro o la Fiesta provincial de la poesía en esta ciudad", finalizó la mujer.
Un amigo
De vuelva en la Municipalidad de San Salvador, UNO se reúne en el primer piso con Fabio Charles Mengeón, secretario de gobierno de esta localidad. Pero este encuentro con este hombre no es para hablar sobre la realidad política, social y económica de este departamento sino charlar de Cacho, quien fue un gran amigo del funcionario municipal.
Su amistad comenzó en 1994 y no paró hasta que Rojas murió. "Su muerte fue repentina, nos sorprendió a todos porque fue de un día para el otro. Aún no lo puedo creer", indicó Charles Mengeón y agregó: "Él era todo. Se lo puede describir como inquieto y curioso, ya que estuvo en la política, en la cultura, el deporte y hasta pintó casas y barrió las calles de San Salvador".
La oficina de la secretaria de gobierno de San Salvador es amplia. Detrás de un escritorio de madera está sentado Fabio. Con un dolor que se vislumbra tanto en su mirada como en sus palabras, el abogado agrega que "Cacho fue además de una gran persona, fue un hombre muy comprometido con la gente, con la ciudad. Era un trabajador nato, nunca se quedaba quieto".
Fabio relató que Cacho fue el organizador de la primera Feria del Libro de San Salvador, la cual se realizó en junio de 2016 y este año era la segunda edición. Además, indicó que también impulsó la Fiesta Provincial de la Poesía, la cual se llevó a cabo en octubre de 2016. "Era un apasionado de la literatura, le gustaba leer y escribir y estos gustos se plasmaron en estos dos grandes eventos que se hicieron el año pasado por primera vez en San Salvador", relató el funcionario municipal, quien fue amigo personal de Rojas por más de 20 años.
"Lamentablemente Cacho murió en junio pasado y no llegó a estar presente en la segunda edición de la Feria del Libro de San Salvador", manfiestó Charles Mengeón al tiempo que señala que este evento se llamó Víctor Eduardo Rojas y que se realizó un homenaje a Cacho.
"Uno de a poco se va recuperando de la pérdida, pero lleva tiempo porque fue inesperada, realmente generó un impacto tremendo su muerte", comentó Fabio y detalló: "Ocurre que Cacho era un ciudadano ilustre de San Salvador, un gran impulsor y trabajador de la cultura y el deporte de esta ciudad. Todo lo que hizo, lo hizo a pulmón, desde abajo y con pocos recursos, es así que es doblemente destacable su labor".
Respecto a la muerte de Cacho, Fabio cuentaó que "todo ocurrió de un día para el otro. Prácticamente de repente porque él arrancó la semana bien, contento y ansioso porque se aproximaba la segunda edición de la Feria del Libro acá en San Salvador, y si no me equivoco cerca del miércoles lo internaron por un problema de salud y el viernes 9 de junio murió".
"Si bien aún nos cuesta creer que Cacho se fue, queremos destacar lo bueno que fue y todo lo que dejó a la ciudad, que es un fuerte compromiso por la cultura y el deporte en San Salvador. Estamos viendo de poner su nombre a alguna calle, queremos que se recuerden esas ganas que tenía él de generar cosas nuevas y aportar y sumar para un mundo mejor", finalizó Fabio.
El club
Cristian Pastorini, de 32 años, es presidente del Club Atlético Progreso Unidos de San Salvador. Con su hijo Mirco, de 3 años, cuenta a UNO las andanzas de Cacho en el deporte, más precisamente en el fútbol. "A Cacho lo conocí porque él fue director técnico del club y después uno de los impulsores en la refundación de la institución", precisó y añadió: "Resulta que el club cumplió 44 años el 21 de septiembre pasado. Se fundó en 1973, cuando Cacho tenía 16 años. Ahí Cacho jugaba al fútbol, era delantero y todo estaba bien, pero luego el club cerró y Cacho fue quien impulsó para que se refunde".
"Yo siempre jugué al fútbol y ocurre que en 2011, Cacho me buscó para formar una comisión directiva para refundar el club. Le dije que sí y lo acompañé como secretario y en ese momento él era presidente", continúa Cristian mientras sostiene a su pequeño en brazos y amplía: "Pasa que el club estuvo como 10 años cerrados, fue desde el 2000 al 2008. Le pegó muy fuerte la crisis y ahí se perdió la personería jurídica de la institución. De esta manera, por el 2008, Cacho junto a varias personas, reabrimos el club".
"Él fue uno de los impulsores, él fue quien hizo todo. Se encargó de hacer los papeles para hacer la personería jurídica, de conformar la comisión para reorganizar y levantar el club para llevarlo adelante porque el club había quedado acéfalo por la crisis; se habían ido los dirigentes y nos habíamos quedamos sin plata", indicó el actual presidente de la institución que tiene su sede en avenida Sarmiento 180.
Parado en la plaza principal de San Salvador, la cual está frente a la Municipalidad, Pastorini relata que desde 2008 a 2011, se trabajó intensamente en el club para levantarlo. "Así que en 2011 se llamó a elecciones y elegimos como presidente a Cacho. Él estuvo hasta el 26 de julio de 2016 de presidente y luego quedé yo a cargo. Pero lo que hay que destacar es que él fue quien hizo todo, él tuvo mucha importancia en la vida del club porque no tan sólo lo reabrió, sino que estuvo en su fundación como jugador y luego en su refundación como presidente".
Sobre la personalidad de Cacho, Cristian apuntó: "Era un tipo increíble, muy metedor e impulsor. Con una energía positiva que llevaba todo hacia delante. Además tenía un ímpetu y entusiasmo asombroso porque si no fuera por él, el club no sé si se hubiera refundado".
Además, aseguró que "Cacho se volvió como la imagen del club. Estuvo mucho tiempo en la institución. Siempre con su buena onda ayudó a todos, incluso a mí cuando quedé de presidente y él se fue y se fue porque tenía otros proyectos, quería seguir con otras. Pero estaba contento de que quede gente joven en el club porque él consideraba que nosotros, los jóvenes, teníamos que meterle y seguir adelante con todo para que el club esté bien".
Cristian agregó que "Cacho era un tipo que sabía mucho. Era sumamente instruido y se podía hablar cualquier cosa con él. Lo describo como un eterno autodidacta que leía y escribía mucho. Además, era un tipo que nunca estaba enojado siempre tenía buena onda. Era carismático, inteligente, capaz y bueno".
Por último, el hombre de 32 años acotó: "Al club, Cacho le dio mucho. Le dio sus ganas, trabajo y tiempo para su refundación, la cual nos permitió crecer y no desaparecer como institución. Ahora estamos evaluando ponerle su nombre a algún salón del club. Si bien se tiene que decidir por Asamblea, las ganas están".
Un vecino
Elbio Juan Ferreyra es un historiador de 72 años de San Salvador. Él vive en calle Diagonal Oscar Malarín 118 y Cacho era su vecino. Sobre la primera vez que lo vio, relató: "Lo conocí hace más de 40 años en las calles de San Salvador. Era un buen hombre, le gustaba mucho escribir y leer".
Ferreyra es editor de una revista de distribución gratuita de San Salvador que se llama "Historia popular". Este ejemplar, que se imprime hace 24 años, cuenta en 32 páginas las principales novedades del departamento entrerriano y sus localidades aledañas como General Campos y Puerto Yeruá.
"Sé mucho sobre San Salvador y las ciudades que lo rodean. También sé de la gente que vive en estas ciudades y sin duda conozco de la vida de Cacho. Él hizo muchas cosas importantes acá, siempre trabajó para el bienestar de la gente", explicó Elbio y detalla algunos trabajos que realizó Rojas tanto a nivel privado como público.
"Él se caracterizó por tener un gran interés por la cultura y el deporte. Con el deporte fue integrante del grupo de personas que refundó el Club Atlético Progreso Unidos. Y respecto a la cultura, fue uno de los organizadores de la primera Feria del Libro en San Salvador, la cual se realizó en junio de 2016, y de la Fiesta provincial de la poesía", contó el historiador y agregó: "Con Cacho fuimos juntos a numerosas ferias de libros y encuentros de escritores de nivel provincial y nacional. Además de vecino, era un amigo y compañero de andanzas".
Ferreyra habla con UNO en el comedor de su casa. Es cerca del mediodía y el olor a comida es intenso, penetra las fosas nasales pero el aroma no distrae a Elbio, quien da más detalles de la personalidad de Cacho: "Era una persona muy buena y un gran amigo. Tenía una alegría y entusiasmo por la vida digno de destacar. Además era educado, amable y honesto. La verdad es que se lo extraña mucho acá, su muerte nos tomó a todos por sorpresa".
Un fragmento del poema "El ciego" de Rojas
Cruza por las calles tanteando el camino
Que marca el extremo del viejo bastón
Su vida le ha sido por ley del destino
La noche más larga de su corazón.
Sus manos sencillas palpando las flores
Saben al rozarlas de su suavidad
Pero aquellas manos no ven los colores
Ignoran del mundo la dulce verdad.
No sabe del cuadro que pinta la aurora
No percibe los cielos del atardecer
Tan solo conoce la noche que llora
Sobre dos pupilas que no pueden ver.