El barrio Sachetti, en Paraná, está delimitado por las calles Monseñor Dobler, Rondeau y Fraternidad. Desde hace algunos años, unas 64 familias construyeron sus viviendas en terrenos fiscales situados en la zona y se sumaron al vecindario.
Un grupo de jóvenes solidarios abrió un merendero en el barrio Sachetti
En el sector que habitan estas familias las calles son de tierra, no hay cordón cuneta, abundan los baldíos y pasa cerca un arroyo. Se trata de un lugar postergado, donde proliferan las necesidades, sobre todo en este tiempo de pandemia, ya que muchos de los que residen allí se dedican a hacer changas y hoy en día no pueden salir a trabajar.
En este contexto, un grupo de jóvenes voluntarios de la Acción Católica Argentina (ACA), que forman parte del Apostolado de la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza, se reunieron con un conjunto de vecinos y decidieron impulsar un merendero para que los chicos de ese sector de la ciudad no pasen hambre.
Bárbara Balcala, estudiante universitaria y emprendedora, es una de las mentoras de esta iniciativa y contó a UNO: “Se trata de un proyecto comunitario. Trabajamos en conjunto con Verónica, una vecina que el año pasado abrió un merendero por un tiempo. Ella tenía ganas de reactivarlo, pero no contaba con la ayuda suficiente como para poder llevarlo adelante. Así que junto a Vero, a distintos referentes barriales, Cáritas, y nosotros desde la ACA, empezamos a buscar padrinos y dimos inicio a esta experiencia concreta del amor de Dios puesto al servicio de los más pequeños”. ️
Así nació el merendero Punto Corazón, que por ahora abre sus puertas los sábados, para que los niños puedan buscar la leche que preparan en la casa de Verónica y algún alimento para compartir con sus familias. La entrega se realiza siguiendo un protocolo que garantice el distanciamiento social y las medidas sanitarias que están establecidas para evitar el avance del coronavirus.
La idea es poder sumar más días, y para lograrlo solicitan donaciones de leche, preferentemente en polvo; azúcar, cacao, galletitas, facturas y otros productos que se puedan consumir en la merienda.
“Tenemos intenciones de ir agregando días porque las necesidades son muchas”, aseguró Bárbara, y comentó que la mayoría de los vecinos que se agregaron al barrio Sachetti en la zona en la que ellos intervienen son changarines o pescadores, y están afectados por la imposibilidad de trabajar en el contexto actual.
Por otra parte, contó que en el listado de asistentes al merendero se anotaron 80 niños de todas las edades, y aunque a veces no van todos, la cantidad de concurrentes va en aumento las semanas que llevan trabajando. Al respecto, opinó: “Creo que se van a ir sumando más. Por ahí hay quienes tienen vergüenza de ir, y aunque pedimos que vayan los padres a retirar la leche, muchos mandan a los chicos”.
Asimismo, explicó: “Tomamos todas las precauciones por el Covid-19. Hay algunos en los que les acercamos la leche a sus casas, sobre todo cuando se trata de abuelitos con problemas de salud y están solos, que también necesitan una ayuda y los acompañamos llevándoles la merienda los sábados, hasta que podamos sumar más días de la semana”.
“Por lo general, junto con la leche les damos galletitas, o turrones. Este último sábado recibimos bizcochuelos y los compartimos”, dijo, y mencionó que en la actualidad se turnan para ir al barrio en grupos de dos o tres personas, debido a la pandemia.
Verónica Gaibe, la vecina que vive en medio del barrio Sachetti y brinda su casa para preparar la merienda, también compartió con UNO su experiencia, y aseveró: “Los chicos de la zona necesitaban una contención. Si bien acá todas las casas son de material y es gente que trabaja haciendo changas, cortando el pasto y demás, vemos que deben hacer un esfuerzo enorme para sacar adelante a sus familias y necesitan un apoyo. Por eso junto a mi familia el año pasado comenzamos a darles una merienda a los niños, y este año nos juntamos con los voluntarios de la iglesia y del apostolado para seguir con esta tarea”.
“En la parte del barrio que está más cerca del arroyo es donde más ayuda necesita la gente. Hay madres jóvenes que necesitan ropa también, o futuras mamás que no tienen nada para recibir a sus bebés”, comentó, y recalcó: “Toda ayuda es bienvenida”.
Quien desee colaborar, se puede comunicar con Bárbara, comunicándose al teléfono 543435309818; o con Verónica, al 543436118739.
Ayudar al prójimo
“Los jóvenes de la Acción Católica estamos en casi todas las parroquias, y cada grupo pertenece a lo que le llamamos un Apostolado. En nuestro caso, trabajamos junto con el padre José Carlos Badano, responsable de la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza, que es quien nos propuso hacer el merendero”, comentó Barbi, como la llaman sus amigos.
Acto seguido, refirió que los miércoles, de 17 a 18, se reúnen para recibir donaciones para el merendero en esta parroquia, ubicada en calle Gendarmería Nacional 130: “Ahí nos encontramos un rato con quien lleva su ayuda o con los padrinos que nos acercan mercaderías”, indicó.
En su caso, hace seis años que forma parte del grupo de la ACA en Paraná, motivada por la ganas de ayudar a otros. En este marco, en el barrio Nueva Ciudad brindó apoyo escolar y participó en otras actividades lúdicas y solidarias junto a sus compañeros. Sobre esta labor que llevan adelante, concluyó: “Cuando uno da, recibe el doble, y eso es lo más gratificantes en este tipo de actividades. Uno siempre va con mucho para dar, pero termina recibiendo más, sobre todo cariños y amor, y eso es hermoso”.