En el marco del Proyecto de Extensión “Aportes a la evaluación de Tecnologías Sanitarias relacionadas con el diagnóstico del cáncer de mama desde una perspectiva de derechos” se realizará, este viernes 31, un taller de Comunicación y Salud en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos (Fiuner), con sede en Oro Verde.
Cáncer de mama: proponen pensar el diagnóstico desde miradas inclusivas y diversas
Por Dina Puntín
Imagen ilustrativa
Propuesta. El taller busca debatir sobre el abordaje de las campañas de prevención de cáncer de mama en términos comunicacionales.
En el encuentro, que estará a cargo de las licenciadas en Comunicación Social, Leila Passerino y Diana Deharbe, se abordarán colectivamente algunos spots publicitarios y de difusión, y se debatirá sobre su abordaje en términos comunicacionales. Se informó que el horario de inicio es a las 14 y los interesados pueden inscribirse on line
Al respecto, UNO consultó a la licenciada Passerino quien brindó detalles de la iniciativa: "El proyecto de extensión promueve instancias para el intercambio de ideas y experiencias vinculadas al abordaje del diseño, implementación, uso y evaluación de tecnologías sanitarias relacionadas con el diagnóstico temprano de cáncer de mama, incluyendo la perspectiva de género y diversidad, derechos humanos y accesibilidad de manera interseccional. Es una iniciativa, que surge de la Facultad de Ingeniería (UNER), bajo la dirección de la bioingeniera Jesuana Aizcorbe y que trabaja en diálogo con otras instituciones de referencia provincial como el Instituto Provincial del Cáncer, el Área de Políticas de Identidad y Diversidad Sexual de la Provincia y el Programa de Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud provincial. Está conformado por un equipo transdisciplinar, que integra estudiantes y egresados de Bioingeniería, personal no docente de facultad, un psicólogo, una antropóloga, y dos comunicadoras que son la licenciada Diana Deharbe y yo", indicó.
Al hacer referencia a las campañas y la información sobre cáncer de mama, sostuvo: "La información puede ser mucha, pero eso nunca es garantía de una buena comunicación. La provincia de Entre Ríos según datos del Instituto Provincial del Cáncer publicados en 2019, registra que el cáncer de mama es el de mayor incidencia en mujeres entre 2012 y 2017. Por ello, es un desafío complejizar el modo en que estamos comunicando, qué estamos comunicando para promover la detección precoz y a quiénes. La detección precoz favorece la posibilidad de abordarlo en una fase temprana e iniciar tratamientos lo más rápidamente con mejores resultados. Ello tiene diferentes consecuencias para la salud pública y puede vincularse a su vez con problemáticas de injusticia social e inequidad. Este aspecto lo hemos abordado ampliamente en una investigación publicada en un libro en 2021, editado por la doctora Natalia Luxardo y el bioingeniero Fernando Sassetti en el cual participo y que se denomina 'In Situ. El cáncer cómo injusticia social'".
También propone pensar el cáncer vinculado al entorno: "Sería muy extenso realizar una aproximación a los innumerables obstáculos que participan en materia de prevención y detección temprana, pero algo que debemos enfatizar y que nos interpela frente a los modos de comunicar es que el cáncer nunca es un 'ente' ajeno a las relaciones sociales, a las temporalidades y prácticas, a nuestra cultura y ambiente. Pensar el cáncer por fuera de estos entramados resulta reduccionista y forma parte de lo que Eduardo Menéndez caracteriza como el Modelo Médico Hegemónico, donde 'la enfermedad' no tiene historia, cultura, contexto, es exterior a los sujetos (quienes quedan además ubicados desde un lugar pasivo con nula o escasa participación)".
Passerino hizo referencia a los disparadores que se presentarán en el taller: "En el Proyecto de Extensión en curso y en el Taller a desarrollar con mi colega, nos centramos en un vector particular para pensar las desigualdades y los modos de abordar la comunicación que es la cuestión de los derechos y la perspectiva de género. Ello, porque como ahondaremos, las campañas permanecen centradas en cisgénero heterosexuales, con perfiles específicos, que habitan zonas urbanas y que ya se supone tienen posibilidad de acceso a los centros de salud. Esta construcción, que la mayor de las veces naturalizamos, requiere ser repensada y por ello la importancia de sensibilizar y trabajarlas colectivamente. Los estereotipos de género y capacitistas, también están presentes en la tecnología sanitaria y ello, como recupera Jesuana (por Aizcorbe, bioingeniera a cargo del proyecto), también es excluyente de personas que no responden a esas imágenes 'ideales'. Esto nos invita por tanto a pensar entonces desde qué lugares estamos comunicando, para quiénes, desde qué perspectivas y qué estereotipos están operando en la construcción de público objetivo. Apuntamos así a realizar un ejercicio para poder repensar colectivamente modos situados y atentos a nuestros territorios y poblaciones, desde una perspectiva de derechos e integral respetuosa de las identidades, de las diversidades de género, corporales y culturales".
La licenciada explicó que hay mucho por trabajar en términos de políticas públicas y campañas.
"Es clave desnaturalizar e interrogarnos sobre dimensiones que pueden parecer ajenas, pero que son fundamentales y que podemos rastrear en los modos en que estamos comunicando. Desde las ciencias sociales tenemos ese objetivo de poder explorar, problematizar, deconstruir, pero además hay un objetivo político que se vincula con la accesibilidad, con el reconocimiento de derechos, con políticas no excluyentes, entre otros aspectos y que sin dudas consideramos son insumo necesario para abordajes integrales en materia de política pública", señaló y añadió: "El enfoque que promovemos implica poder atender a las corporalidades, desde una perspectiva que entonces piensa en el 'cáncer' pero ya como ente 'objetivo' sino corporeizado, con una historia, desde las trayectorias, desde las problemáticas para acceder a detección de un diagnóstico, desde los diferentes obstáculos que puede atravesar todo el continuum del cuidado en cáncer en sus múltiples dimensiones. Y allí, la experiencia de quienes participen será base fundamental. Inicialmente, recuperamos algunas campañas, a nuestros ojos “problemáticas”, que permiten dar cuenta colectivamente de algunos sesgos que operan, para poder problematizar cómo participan diferentes regulaciones sociales que pueden traducirse en desigualdades e inequidades".
En trabajos anteriores, Passerino abordó la experiencia de las mujeres que transitaron el cáncer de mama. Ante la consulta de UNO, indicó: "Abordé las experiencias, para poder enfatizar que no hay experiencia única y que justamente el énfasis debe estar en el 'tránsito', como experiencia vivida en los cuerpos y también territorio de disputas frente a lo legítimo, lo bello, lo esperable, lo saludable, lo deseable, lo posible, lo accesible, entre muchas otras cuestiones. La diversidad de modos de experienciar el cáncer de mama (como modo de enfatizar el carácter vivencia) depende de muchas cuestiones y de aquí muchas veces mi asombro a las miradas tan reduccionistas del 'cáncer', como si fuera posible pensarla sin las historias, sin las trayectorias terapéuticas, sin lo que implica, no sólo para la persona, sino también para el entorno, 'tener cáncer'. Los tratamientos y cirugías requeridas, el momento o temporalidad vital en que las personas son diagnosticadas, los entornos socioculturales de pertenencia, los recursos y accesibilidad al sistema de salud, la comunicación y encuentros con los y las profesionales, las redes de cuidado, los modos de vivir la sexualidad y las tramitaciones corporales, entre muchísimos otros aspectos, son cuestiones que sin dudas participan en la propia vivencia y que hacen la diferencia en términos de sufrimiento humano. Por ello, el estudio de las experiencias es un modo de discutir con las miradas más reduccionistas y biologicistas, anatómicas, desde las cuales podría particionarse el cuerpo y reducir el diagnóstico a una simple localización, cuando se trata de una experiencia densa y sentida. Al mismo tiempo, es un modo de repensar estas experiencias no individuales sino sociales, con ciertas características colectivas. Pueden leerse así, diversos principios de regulación social que atraviesan nuestras corporalidades, por ello la mirada performativa de género es crucial para dar cuenta de las dinámicas de poder que participan. Ello tiene consecuencias bien concretas y pueden favorecer o encrudecer el modo de transitar la enfermedad".