El término redes sociales se usa hoy casi exclusivamente para definir los nuevos vínculos que surgieron con la revolución de Internet, ya sea Facebook, Twitter, Instagram y las que vayan surgiendo al calor de la moda. Pero hay redes sociales que llevan muchísimos años promoviendo vínculos entre usuarios de diferentes rincones del mundo. Los radioaficionados forman parte de la primera e indiscutida red social, son una especie de club entre fanáticos de la radiofonía, con historias y rituales propios.
Radioaficionados: la primera red social que sobrevive a Internet y los celulares
Por Valeria Girard
El Entre Ríos Radio Club funciona en calle Victoria 447 de Paraná. Desde diferentes ámbitos, sus integrantes trabajan para incorporar a las nuevas generaciones a este hobby que es un gran desafío, en medio del torbellino causado por las nuevas tecnologías.
En la provincia los radioaficionados superan los 100, de los cuales la mitad son de Paraná; además, en este momento en nuestra capital, 20 personas están realizando el curso que dura cuatro meses.
Marcelo Sebastián Politi es radioaficionado y paranaense por adopción. Para describir esa pasión que los une a él y sus compañeros relató a UNO experiencias de sus colegas: “Llega el viernes y tras finalizar su semana laboral Daniel no pierde un segundo para encender su equipo de comunicación. Vive en una casa humilde, pero junto a su cama, aguarda su mayor entretenimiento. Él es albañil desde muy joven, a sus 40 años encontró en la radio afición su punto de fuga, una vía de interacción con el mundo, pero es cuando él se identifica con su distintivo de Radio Operador cuando el mundo se detiene a escucharlo: ¿Qué novedades tiene Daniel para nosotros? ¿Qué nuevos descubrimientos incorporó a su estación? ¿De qué manera, va entusiasmar a los oyentes para que se detengan a escuchar su particular forma de contar su vida?
Leandro en cambio es un técnico con formación profesional que, por curiosidad, o simplemente por ese interés cada vez más escaso de abrir nuevas puertas a la amistad, ajustó sus antenas al analógico o digital entretenimiento. Durante muchos años, en forma improvisada, realizó pruebas y quemó varios equipos, a través de la vieja y querida banda ciudadana abrió su universo a las comunicaciones a distancia y descubrió que era relativamente fácil formar parte de ese tan lindo entretenimiento”.
Los casos son reales. Marcelo habla con mucho orgullo de sus colegas y recalca que la radio afición atrapa a tal punto que se queda con la persona para toda la vida. “Es un sentimiento único e intransferible”, destacó.
Para este mundo con reglas propias, ser radioaficionado supone una carta de presentación, un valor agregado que implica camaradería, hospitalidad y mucha solidaridad.
En una tarde en el radio club las historias de encuentros con otros radioaficionados se multiplican por cada socio. El objetivo primero de la actividad es navegar en el dial en busca de una respuesta, empezar a hablar e intercambiar información.
Y es hasta paradójico porque, si se quiere, es una actividad solitaria, pero en búsqueda de un contacto del otro lado. El certificado oficial de cada vínculo que hace un radioaficionado es una tarjeta QSL, una especie de tarjeta postal que se intercambia con cada aficionado que estableció vínculo.
La actividad está regulada por el Estado. Para tener la licencia es necesario hacer un curso y desde ahí hay diferentes categorías: novicio, general y superior (suprimieron la intermedia) de acuerdo a la capacidad y experiencia de la persona, que le permite el uso de distintas bandas radiofónicas.
Damián Schonfeld es radioaficionado y dirigente ayudante de la comunidad Rover del grupo scouts Santo Domingo Savio, con sede en El Tiro Federal de Paraná. “No estoy operando continuamente como otras estaciones, la utilizamos para campamentos y para una actividad que se hace una sola vez al año”, dijo y explicó que desde hace aproximadamente cinco años colabora junto a otros colegas para la actividad Jota Jamboree del Aire y allí utilizan los equipos de telecomunicaciones. Ésta actividad se realiza una vez al año y por dos días, y los chicos tienen la posibilidad de realizar comunicaciones con otros hermanos scout de todo el país y el mundo.
“Soy radioaficionado desde los 16 años, allá por el año 1993. Como no teníamos redes sociales e incluso Internet era de uso muy limitado, nuestra red social era la radio. En ese momento utilizábamos una banda de 11 metros, la Ciudadana. Es una banda que en nuestro país no entra en la legislación de la Secretaría de Comunicaciones. Se puede utilizar porque es de uso civil aunque no está regulada, pero como radioaficionados con licencia y señal distintiva no la tenemos dentro de las que podemos utilizar”, detalló el entrevistado.
Schonfeld aseguró que es una banda “muy linda” para el inicio. “Como todo hobby es un círculo vicioso. Empezamos con un equipo chico y ya en un momento dado querés operar otras bandas en otros horarios para poder trasmitir, entonces se va haciendo recontra interesante… Es por eso que decidimos estudiar, rendir y recibimos la categoría de Novicio, la primera que nos da ciertas porciones de la banda de radio, según cada banda es la distancia que podes recorrer. La categoría siguiente era la Intermedia, pero ahora se pasa de Novicio a General y después Superior. La suprimieron para que no se haga tan largo, si no tenías que esperar 25 años para poder operar todo, porque está estipulado rendir cada cuatro o cinco años para subir de categoría”.
Los exámenes se realizan en Paraná por medio del Entre Ríos Radio Club, funciona en calle Victoria 447.
Activaciones
“Teníamos un proyecto que un poco se fue corriendo porque ahora usamos redes sociales. Antes estaba el Jota Jamboree en el Aire, ahí todo aquel grupo scout que tenía telecomunicaciones podía ingresar el día de la activación para que los chicos interactúen entre ellos, entonces scout de todo el mundo podían hablar por la radio. Hoy la telefonía celular y redes sociales coparon todo”, dijo Schonfeld y luego explicó de qué se trata una activación. “Activamos una frecuencia para que los chicos hablen entre ellos. Para eso un aficionado con licencia que esté en un grupo scout llamará y mencionará que es del Jota. La gente que está del otro lado barriendo la frecuencia escucha el llamado, ingresa, se identifica con su señal distintiva y ponemos en comunicación a los chicos”, especificó el entrevistado.
Schonfeld comentó que “en Paraná estamos promoviendo la actividad y queremos generar el escalafón para los scouts de Radiocomunicaciones, así los chicos podrán ser radio operadores restringidos. Estamos trabajando con varios grupos para poder crear ese escalafón a nivel nacional. Mi hijo Thiago, por ejemplo, tiene 12 años y quiere rendir Ciencia y Tecnología en la rama en que está, entonces vamos a llevar la radio estación para que él pueda contactarse con otro radioaficionado y contar sobre el funcionamiento de las radio comunicaciones”.
De la mano de Guillermo Marconi
La radio afición nace con los experimentos que Guillermo Marconi hizo a fines del siglo XIX para enviar señales de morse a través del éter. Tras los primeros balbuceos, la radio afición adquirió su carta de naturaleza en la Conferencia de Washington de 1927, donde se efectuó un primer reparto internacional de frecuencias y se asignaron unas bandas determinadas.
Los radioaficionados disfrutan de un amplio espacio del espectro radioeléctrico, que utilizan para comunicarse entre sí en todo el mundo, con lo que aprenden a conocerse mejor y aunque raramente llegan a verse cara a cara, a través de sus contactos en el éter cultivan una amistad que a veces dura toda la vida.
Pero además de fomentar la amistad, la radio afición es también experimentación; los radioaficionados fueron los descubridores de las ondas cortas, que permiten enlazar todo el mundo por radio con relativamente poca potencia y a lo largo de los años sus experimentos contribuyeron al avance de las radiocomunicaciones.
Los radioaficionados son capaces de transmitir y recibir en las circunstancias más adversas, por lo que la radio afición constituye un medio eficaz de comunicaciones en casos de catástrofe, y así se reconoce en el Reglamento de Radiocomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), que insta a todos los países a que tomen las medidas necesarias para permitir que las estaciones de aficionado se preparen y hagan frente a las necesidades de comunicación en casos de desastre. A nivel nacional, la radio afición se considera a sí misma como servicio de utilidad pública.
En la actividad podemos encontrar gente de todas las edades. Toda radioaficionado dispone de un indicativo o distintivo de llamada otorgado por su Administración, con el que se identifican cuando se comunican entre sí. El indicativo consta de un prefijo, que identifica al país; un número (del 0 al 9), que identifica un distrito o zona de ese país, y un sufijo de dos o tres letras, distinto para cada radioaficionado. Los prefijos que identifican a los países los atribuye la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT)
Curso, certificados y equipos
Leandro Alem hace diez años que transita el mundo de las telecomunicaciones pero en diciembre de 2020 culminó el curso y recibió su certificado.
Haciendo un poco de memoria, recordó a UNO que su interés por la radio comenzó de la mano de un tío que trabajaba en la vieja Enacom. “Yo era chico, me subía a las camionetas y veía esos equipos, me llamaba tanto la atención. Ya de grande, no hacía el curso de radioaficionado por cuestiones de tiempo, pero con la pandemia también llegó la oportunidad de poder hacerlo de manera virtual”, sostuvo el entrevistado.
En la actualidad se dedica entre otras cuestiones dentro del club a la entrega de los certificados a partir de los contactos que los radioaficionados realizan.
Alem habló de dos cuestiones, una referente a una activación y a una certificación de contacto que realizarán el 2 de junio, en el Día del Bombero Voluntario, desde el Cuartel de Bomberos de Paraná y aunque aún no están definidas algunas cuestiones, aseguró que pronto se difundirá la actividad.
Además, habló sobre la necesidad de promover lo que hacen para incorporar nuevos interesados. “No podemos por la pandemia, pero ya tenemos un grupo armado que tiene previsto en algún momento salir a mostrar de qué se trata todo esto”, dijo.
Sobre los costos de los equipos, mencionó un equipo de radio VHF, que puede establece una conexión interna, llega a Paraná y Santa Fe a 3.500 pesos por Mercado Libre.
“No soy tanto de hablar, prefiero experimentar con el alcance de las antenas. Ahora trabajo en una para el equipo VHF. Me gusta desarmar los equipos, ver como son”, relató el consultado.
Leandro es LU02JLA: “Las primeras letras te dicen de qué país sos: LU es Argentina, el número que identifica un distrito o zona de ese país, luego la que sigue es la J que es la letra asignada a Entre Ríos, F es para Santa Fe, N es Santiago del Estero, y así todo el mapa. Después yo pedí las iniciales de mi nombre y me lo permitieron”, contó.
Tarjetas de confirmación o QSL
“Cuando nosotros hablamos con una radio estación con la que nunca antes nos comunicamos, nos entregan una tarjeta que atesoramos como un trofeo”, detalló Schonfeld.
Y hablando de las tarjetas, también comentó que durante la primera semana de junio de 2021 habrá un campeonato para radioaficionados organizados por Radio Club Argentino. “El que más contactos tenga se lleva el premio mayor, que son diplomas en los que queda por escrito que se comunicó con la mayor cantidad de estaciones. Incluso hay provincias que son muy difícil de tenerlas como Formosa, porque tienen muy pocos radioaficionados y esas son muy buscadas”, especificó el scout.
Además habló de las bandas. “Tenemos rangos horarios según el ciclo solar. Nuestro ciclo en la zona sur del continente no es el mismo que al norte, entonces las bandas se abren a distintas distancias, primero corta para que nos comuniquemos en Argentina y luego se abre para el rebote, termina siendo mayor. Yo por ejemplo logré hacer una banda de 80 metros hace muchísimos años y me contacté con una persona de Japón que había estado en México y hablaba muy bien el castellano. Nos intercambiamos postales y fue lo más lejos que llegué”, confió Schonfeld.
Charlar por radio en tiempos de WhatsApp y Skype
El perfil del radioaficionado actual es variado y está muy condicionado por el tipo de emisora que tiene. Lo común es que en Banda Ciudadana, las comunicaciones se den en un radio de acción de no más de 20 kilómetros si se dispone de un equipo básico
Charlar es también un uso muy habitual entre los radioaficionados con licencia, quienes lo tienen bastante más fácil para conseguir buenas conexiones debido a la potencia de sus equipos. Pueden navegar por las distintas frecuencias buscando conversaciones o pueden usar los indicativos para localizar a alguien en particular.
Conversar a distancia con otra persona sigue siendo un atractivo irrenunciable para los radioaficionados, incluso en la época de WhatsApp, Telegram y Skype.
Ser radioaficionado en 2021 es una cuestión de libertad, de independencia y de cierta nostalgia. Pero también de diversión, pues la radio afición encierra un extenso abanico de actividades y retos.
La comunidad de radioaficionados se parece un poco a la de los alpinistas en el sentido de que puedes imaginar cómo es un alpinista si sabes qué cumbres conquistó. En el caso de los radioaficionados, las cumbres son las entidades. Una entidad es una zona geográfica que tiene su propio código identificativo. No son países necesariamente.
Quienes buscan obtener el mayor número posible de comunicaciones con lugares remotos reciben el nombre de diexistas (de DX, Distance X). Cuando un diexista consigue comunicarse por primera vez con una entidad, solicita una tarjeta QSL, una especie de postal que funciona como prueba de que efectivamente esa comunicación se produjo. (La fórmula QSL significa acuse de recibo en el Código Q, originariamente creado para la telegrafía y que hoy es el idioma universal para todos los radioaficionados del globo)
Comunicarse con todas las entidades no es tarea sencilla. Hay zonas en las que es muy fácil contactar con radioaficionados, como los países desarrollados, zonas que ya suponen un reto, como las islas poco pobladas del Pacífico sur, y zonas que son consideradas El Dorado para los radioaficionados, como Corea del norte, donde la radioafición también está prohibida.
Existen entidades que son complicadas de conquistar porque están ubicadas en islotes remotos donde no hay emisoras en activo o siquiera personas.
En estos casos se organizan expediciones con el propósito de reactivar esta entidad, para que durante unas horas sea accesible a todo diexista que quiera añadir una tarjeta QSL a su colección. Se han hecho expediciones a la Isla Pedro I (en la región antártica), a las Islas Marshall o a las Fiji, entre muchas otras
Radio Club Argentino
El 21 de octubre de 1921 se reunió un grupo de radioaficionados, los primeros en el aire, que en asamblea realizada en el salón de actos del diario La Prensa, fundaron el Radio Club Argentino, el que pasaba a ser históricamente el tercer radio club del mundo, luego de Inglaterra (Real Society Great Britain) y de Estados Unidos (American Radio Relay League).
Costos
*Un equipo mediano para Banda Ciudadana en Paraná, con antena, alcanza los 20 mil pesos.
*Una radio estación bien equipada, sin ostentaciones, vale de 100 mil pesos en adelante.
Famosos radioaficionados
*EA0JC Juan Carlos I, Rey de España
*LU1SM Carlos Saul Menem - Ex presidente de Argentina, ya fallecido
*9K2CS Príncipe Yousef Al-Sabah
*F0OMB Marlon Brando – actor ya fallecido
*G5RV Louis Varney - inventor de la antena G5RV
*HS1A Bhumiphol Adulayadej - rey de Tailandia
*K1JT Doctor Joseph Taylor Jr, Premio Nobel de Física 1993
Cuando todo lo demás falla
Actualmente en Argentina hay 13 mil radioaficionados con licencias vigentes, que integran unos cien radioclubes repartidos en todo el país. Los radioaficionados nunca se extinguieron, aunque están en baja: en 2008 eran 23 mil
La radio afición es un servicio de comunicación eficaz, sobre todo en catástrofes o situaciones de emergencia, como ocurrió en las inundaciones de La Plata y Santa Fe. Incluso en guerras: hubo radioaficionados civiles en Malvinas. También durante la pandemia es esencial. En Colonia Pando, Corrientes, por ejemplo, un maestro utilizó la radio para dar sus clases.
Hay un eslogan no oficial que dice algo así como “Si todo falla: radio afición”. Sirve para recordar que cuando una catástrofe asola una zona y sus infraestructuras de comunicación quedan destruidas, es posible recuperar la comunicación gracias a las emisoras de radio y a los radioaficionados locales. Basta con un equipo de radio, una antena y una fuente de energía que alimente esta pequeña infraestructura.