La histórica condena a Justo José Ilarraz, la segunda a un sacerdote de la diócesis de Paraná por abusos contra menores, le asesta un duro golpe a la jerarquía eclesiástica, tanto a las actuales como las anteriores autoridades, ya que según se reveló en el juicio oral estaban al tanto de los gravísimos hechos ocurridos en el Seminario de Paraná. Y lo más significativo es que después de tres décadas llegó la esperada reparación terrenal a todo el daño que padecieron y las secuelas que todavía cargan las siete víctimas-denunciantes. El tribunal integrado por Alicia Vivian -presidenta-, Gustavo Pimentel y Carolina Castagno, en forma unánime, declaró a Ilarraz "autor material y responsable de los delitos de promoción a la corrupción de menores agravada por ser encargado de la educación (hechos primero, segundo, cuarto, quinto y séptimo) y abuso deshonesto agravado por ser encargado de la educación (hechos tercero y sexto) en concurso real en calidad de autor y condenarlo a la pena de 25 años de prisión de cumplimiento efectivo.
Sin salvación divina: Ilarraz recibió una histórica condena por pedofilia
El cura recibió 25 años de prisión tras ser hallado culpable de abusos en el Seminario. Hasta que el fallo quede firme, deberá cumplir pena domiciliaria
22 de mayo 2018 · 09:08hs
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Los jueces también hicieron lugar al planteo del Ministerio Público Fiscal y de parte de los querellantes y dispusieron la prisión preventiva, aunque bajo la modalidad de arresto domiciliario, hasta tanto la condena adquiera firmeza. Luego de escuchar el veredicto el cura quedó alojado durante algunas horas en la Alcaidía de Tribunales, hasta que una comisión policial lo trasladó esposado hacia el domicilio (calle Corrientes 328 6° A) desde donde será controlado a través de una tobillera electrónica, según se precisó en el fallo. También se resolvió que no podrá salir del mismo "sin orden judicial y "bajo apercibimiento de revocarse este beneficio en caso de incumplimiento".
El contenido íntegro de la sentencia se dará a conocer el 1 de junio a las 8 y se declaró que las costas del proceso quedarán a cargo de los imputados.
Un acto desprolijo y emotivo
La opinión pública de Paraná, pero más que nada las comunidades religiosas que dirigían los curas que dieron crédito a las denuncias, no fue indiferente a las alternativas de un caso que llegó a la pantalla grande con la película Spotlight, ganadora del Oscar en 2015. Se esperaba que el día de la sentencia la concurrencia sea masiva, algo que el Tribunal de Juicio y Apelaciones no parece haber tenido en cuenta y que por la limitada capacidad de la sala perjudicó el trabajo de los trabajadores de prensa. A esto se le sumó el celo de los policías que custodiaron a Ilarraz, impidiendo que los fotógrafos pudieran registrar su imagen.
Cuando la jueza Vivian anunciaba que Ilarraz era condenado a la máxima pena prevista, el cura se mostró por primera vez contrariado y entregado a su suerte. Sus manos como ensayando una plegaria clamaban por alguna clase de salvación divina, que nunca llegó.
El acto fue breve y conciso, tal vez pensando en el tiempo que llevan esperando justicia las víctimas.
Sin rencores
Abrazos cargados de emoción fluyeron entre las víctimas, sus familiares y allegados que participaron de una audiencia que fue pública, aunque con ciertas restricciones. El testimonio de Fabián Schunk quizás haya sido el más buscado, pero Hernán Rausch -otra de las víctimas- también tenía lo suyo para decir. "Estuve el fin de semana en mi pueblo esperando, haciendo mis cosas, acompañando a mi mamá. Pero siempre con tranquilidad y mucha calma, porque cuando uno va por la senda de la verdad, sin agrandar, sin achicar, sino diciendo 'esto sucedió'. Yo no lo soñé; está en la Justicia lo que dijo esa investigación diocesana, la confesión de Karlic, esa reunión en Mariápolis bastante nerviosa de los obispos, que sabían que esto no era poca cosa y que era un bullicio que iba a mover bastantes cimientos", detalló en una charla que UNO compartió con varios medios.
Desde su rol de denunciante cargó contra la desesperada estrategia ensayada por Ilarraz en su declaración en el juicio. "Es la salida perversa que busca el tipo, tenía que decir algo y dijo una barbaridad, para mi fue muy ofensivo. Pero me molestó el daño que hizo a mí y a la familia, al igual que a todas las familias de las víctimas", reflexionó.
Sobre la posición que debería tomar la Iglesia, el muchacho respondió: "No puedo opinar sobre la mentalidad de la gente. El arzobispo -por Puiggari- es el mismo que tuvo en ese tiempo en el Seminario y conoce las cosas desde adentro, y es difícil también para ellos. No lo estoy justificando, pero dependerá de las autoridades de más arriba. Porque si esto traspasa las autoridades de la Argentina, será el Papa Francisco que ha puesto su mirada en el caso de Chile. Le pido que pose su mirada sobre el país y en algunas arquidiócesis de la provincia".
El apoyo a las víctimas también llegó a través de una concentración en la puerta de Tribunales, que contó con la participación de la Red Alerta, la ONG Así Basta, la agrupación Juntas y a la Izquierda, la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico y representantes de la Asociación Sexológica del Litoral.
Una pena ejemplar
El abogado querellante Marcos Rodríguez Allende, que ejerció la defensa de algunas de las víctimas, dijo sentirse "satisfecho" por la condena y aclaró que el fallo no implica "una sorpresa". Y agregó que "es la solución final que tenía pruebas sobreabundantes que incriminaban a Ilarraz". El letrado destacó que "se le haya revocado la libertad ambulatoria, con la prisión domiciliaria, que es una prisión al fin. La pena es una de las más altas que se conoce en la República Argentina, de un sacerdote que haya abusado". Un grupo de querellantes –entre ellos Rodríguez Allende, Santiago y Victoria Halle, y Lisandro Amavet- junto a algunas víctimas esperaron el momento del adelanto del veredicto en la sede del Colegio de Abogados de Entre Ríos, según se confió a este medio.
Nueva causa
El fiscal Álvaro Piérola valoró la magnitud de la sanción a Ilarraz, expresada en una condena contundente y con la misma calificación legal reclamada por la acusación pública. El funcionario también reconoció que se haya dictado la prisión preventiva al imputado: "Sobre el encubrimiento dijimos lo que ustedes saben y que expusimos en el alegato. Hay una nueva causa que se inicia en relación a la octava víctima que vino como testigo y que denunció al señor Ilarraz por hechos similares a los que acontecieron con las siete víctimas, por las cuales este juicio se inició".
De esta manera confirmó que se abrirá un nuevo procedimiento, respecto de esa víctima y respecto de todas aquellas víctimas que a partir de ahora puedan presentarse a hacer la denuncia, si así lo consideran. "No fueron solamente las siete víctimas que vinieron a denunciar. Hay una octava que conocimos en el juicio", advirtió.