Javier Aragón/De la Redacción de UNO
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De los 300 internos que se encuentran detenidos en la cárcel de Paraná, hay un 70% que trabaja en los talleres y estudia en las distintas alternativas lectivas. A los sectores laborales tradicionales se sumó en los tres últimos meses la apertura del taller de casas prefabricadas, donde un grupo de siete internos que adquirieron conocimientos en albañilería “tomaron el coraje” de crear un proyecto de construcción de moldes de viviendas.
Internos de la UP 1 construyen paneles de casas prefabricadas
El director de la Unidad Penal Nº 1, Marcelo Sánchez, informó a UNO que este proyecto nace de una idea de los propios internos como de los responsables del taller industrial. “Los privados de la libertad venían trabajando muy bien con distintas cuestiones ligadas con la albañilería y de las conversaciones con los maestros oficiales surgió la posibilidad de construir paneles premoldeados y hasta casas prefabricadas”.
“Los responsables de los talleres buscaron información, consultaron a especialistas y consensuaron con los internos interesados en crear este proyecto, que una vez formalizado fue inmediatamente apoyado por el Servicio Penitenciario y el gobierno provincial, que apuntan de plano a la resocialización de los internos”, añadió el titular de la cárcel capitalina.
Sánchez contó que “se está desarrollando un sistema denominado termo tekno, por el cual en el penal con material que se entrega se construyen los paneles internos y paredes exteriores de la vivienda”. “Por ejemplo si alguien tiene un terreno de 40 por 25 viene y contrata el servicio que determina la ejecución de los paneles. Se diseña el exterior e interior de la vivienda prefabricada que por el momento se construye sin techo y sin la base”, recalcó el responsable de la cárcel.
“Los muchachos en el penal crean las paredes de mampostería que incluyen los caños de instalación eléctrica, de agua, gas y otros servicios. Están en condiciones de ofrecer a la comunidad sistemas de casas pequeñas o más amplias, pero la base son dos dormitorios, el baño y la cocina comedor y living”, resaltó Sánchez, para agregar que las prefabricadas no llevarían techo ni aberturas, pero es muy posible que en un mediano plazo este proyecto se complemente con tales elementos para completar la vivienda.
“Estas casas son muy comunes en Estados Unidos y este sistema es ejecutado en la Argentina con un buen suceso, por ello es que los internos acordaron instrumentarlo en el penal”, advirtió.
Cooperativa y emprendimiento
El proyecto dispone que los condenados aprendan un oficio que lleva a que trabajen en los moldes de mañana y tarde, pero sabiendo que la retribución económica será más importante que en el resto de los talleres.
“La idea es que los internos una vez que terminen las condenas puedan crear cooperativas o microemprendimientos que les permitan tener una salida laboral más rápida y para lo cual desde el Estado se le podría dar un crédito para apuntalar el emprendimiento”, contó Sánchez, para indicar: “Este proyecto avanza muy rápido, incluso me comentaron los oficiales del taller que algunos internos albañiles manifestaron el interés de desarrollar el sistema en la cárcel, incluso con ellos concluida la sentencia, lo que permitiría crear de modo más organizado este tipo de prefabricadas”.
Aseveró que “se ayuda a la constitución de pequeñas cooperativas o bien un sistema de tercerización que tiene amplias posibilidades de crecer en el tiempo”.
Costos
Maduraba la pregunta sobre el valor de venta de estos paneles premoldeados. El director explicó: “La idea del proyecto no es obtener márgenes de ganancia, sino que el sistema se mantenga en el tiempo. Desde la Unidad Penal se entrega la totalidad del material y la herramientas, como hierro, cemento, arena, caños, cables, aislantes, entre otros tipos de elementos e insumos”.
En este sentido indicó que hoy este tipo de construcción tiene un costo en la cárcel de Paraná de entre 45.000 a 60.000 pesos, cuya diferencia se da por la extensión de los paneles tanto internos como externos.
“Los contadores de la Unidad Penal Nº 1 nos indicaron que con un 65% del dinero se cubren los costos, por lo que el 35% restante se destinará íntegramente a los internos que trabajen en el sistema tekmo”, hizo saber el titular del penal.
Recordó Sánchez que este tipo de proyectos ayudan a profundizar “el concepto de resocialización, y en especial la generación de trabajo y una futura ocupación una vez que salgan del penal”.
Desde hace tres meses se está desarrollando el taller de albañilería, en especial el sistema de casas prefabricadas.
En la actualidad están desplegando dos tipos de paneles en el interior del taller industrial, y a corto plazo se estarán ofreciendo a la comunidad las primeras viviendas premoldeadas construidas íntegramente dentro de la cárcel.
Talleres intensivos
La idea es que esto crezca y se mantenga en el tiempo, como cualquier otra iniciativa en la comunidad. Hoy en la cárcel de Paraná hay un funcionamiento a pleno de todos los talleres, donde desde la confección de cualquier tipo de calzado, féretros, muebles de madera, panadería, y la producción hortícola, de conejos y otros insumos de granja, se consumen internamente y se ofrecen con una alta aceptación en la comunidad.
Sánchez marcó el invalorable apoyo del gobernador de la provincia, Sergio Urribarri; del ministro de Gobierno, Adán Bahl; de la secretaria de Gobierno, Lucila Haidar, y del director General del Servicio Penitenciario provincial, Horacio Pascual.