“Desde la otra esquina para allá están todos los narcos”, dijo a UNO un muchacho en voz baja, ayer por la tarde, en el lugar donde en horas de la noche del miércoles asesinaron a tiros a un joven. Intentaba dar el contexto al homicidio que dejó una noche movida en el corazón del barrio San Agustín, detrás de la comisaría quinta de Paraná. Adrián Martínez murió a los 28 años, tras ser emboscado por sus verdugos que se movilizaban en un vehículo negro, desde el cual le dispararon al menos tres balazos y luego huyeron. El sello de los ajustes de cuentas del narcotráfico. Cayó en el pasto de la vereda y unos minutos después comenzó una investigación que, al cierre de esta edición, tenía varias hipótesis pero sin detenidos ni sospechosos.
Hipótesis y contexto del asesinato en una zona caliente por la venta de drogas
El caso está a cargo del fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull y los investigadores de la División Homicidios de la Policía están trabajando para el esclarecimiento del hecho de sangre. Lo que hasta ahora pudieron reconstruir es que alrededor de las 22, Martínez iba caminando por la vereda de calle El Rodeo, algunos dicen que iba apresurado porque lo perseguían en un vehículo; otros creen que lo agarraron desprevenido.
Al llegar a la esquina con calle El palenque, lo interceptaron en lo que para los testigos era un Ford Ecosport negro, con vidrios polarizados. Alguien le habría dicho “así te quería agarrar”. Desde el lado del acompañante, un hombre estiró el brazo empuñando un arma de fuego y le disparó. Tres proyectiles impactaron en la espalda del joven, quien intentó seguir corriendo. Lo logró solo una cuadra, hasta la intersección de El Rodeo con Jorge Stearns. Allí se desvaneció y cayó con el rostro hacia el suelo.
Algunos vecinos escucharon las estampidas de los balazos pero no les dieron demasiada importancia. Una mujer contó que pensó que eran "cuetes" y siguió haciendo cosas en su casa. Otros se asomaron y vieron a la víctima correr y luego caer el piso.
Dos testigos aseguraron ver la mencionada EcoSport escapar del lugar acelerando hacia el oeste, es decir por calle Stearns hacia calle Enrique Aceval.
Cuando llegó la Policía, comprobaron que Martínez ya había fallecido. Se hicieron presentes el fiscal, Homicidios y el personal de la Dirección Criminalística, así como el médico forense en turno. La camiseta de Boca que llevaba puesta estaba empapada en sangre y todavía tenía colocado el gorro que decía “Boca Campeón”.
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Según distintas versiones, aún no confirmadas oficialmente, la víctima estuvo en la Unidad Penal cumpliendo una condena, y un allegado directo estaría involucrado en negocios ilícitos. Por esto, la principal hipótesis de la investigación considera que se trata de un ajuste de cuentas por algún problema relacionado al ambiente delictivo. A pocas cuadras se encuentra el barrio Paraná XVI, donde antes vivía. Aunque actualmente, Martínez residía en Villa Huesito, el asentamiento lindero al cementerio.
Los policías están abocados a la búsqueda de cámaras de seguridad particulares de la zona donde ocurrió el homicidio para tratar de identificar el vehículo utilizado en la emboscada, así como el recorrido realizado en la huida.
Lo que preocupa es que se trata de una modalidad criminal que empieza a observarse en distintos episodios: no se trata de tiroteos ni enfrentamientos armados, sino que los asesinos tratan de dejar la menor cantidad de rastros posible.