El faltante de una gran cantidad de vacunas antigripales en el sector de Enfermería del hospital San Roque de Paraná, derivó en una denuncia, una investigación y una causa judicial que estaría desorbitada ante la falta de testimonios que permitan identificar al responsable. El hermetismo con el que se encontraron los investigadores dejaría impune el delito, ya que los sospechados que están vinculados a la causa tienen a su favor el silencio de quienes pueden saber algo y aportarlo.
Hermetismo interno dejaría impune el robo de vacunas en el hospital San Roque
Entre las 20 del 26 de marzo y las 6 del día siguiente, se contó el faltante de 276 vacunas. Ampliando el margen un poco más allá de esas 10 horas, el total de dosis desaparecidas ascendió a 327. El escándalo estalló en el marco de la emergencia sanitaria, con todo el sistema de Salud abocado a las medidas preventivas y de atención.
La denuncia fue radicada en la comisaría segunda de Paraná el mismo viernes 27 de marzo, por la jefe del Departamento de Enfermería y el director del nosocomio. Esto motivó la apertura del legajo 12.919 de la Unidad Fiscal de Investigación y Litigación. Personal de la División Robos y Hurtos se abocó a realizar las averiguaciones correspondientes.
El primer día de pesquisa, cuando fue a dialogar con algunos de los empleados del área en cuestión, un oficial de la Policía recibió como respuesta un portazo en la cara. Ya se asomaban las dificultades que iba tener la causa para lograr su esclarecimiento.
La lista inicial de investigados era bastante amplia, con la nómina completa del personal que tuvo contacto con las vacunas en el período en que fueron robadas de la heladera. Se revisaron cámaras de vigilancia de la zona y se entrevistó a muchas personas, entre otras medidas.
Así se pudieron precisar las sospechas sobre un enfermero, a partir de varios elementos reunidos en la pesquisa. El mismo es hermano de otro agente estatal que trabaja en otro hospital público de Paraná.
El Juzgado de Garantías autorizó dos allanamientos: uno en la capital provincial y otro en una localidad de Paraná Campaña. En los mismos se incautaron celulares, computadoras, documentación y otros elementos para analizar, pero no se localizaron vacunas antigripales ni otros efectos relacionados directamente al robo investigado.
Por un lado, surgió la hipótesis inicialmente de una práctica habitual casi tolerada, por la cual algunos llevan vacunas para colocar a sus familiares. Pero el modo, tiempo y cantidad de la sustracción apuntó más a un robo para su posterior comercialización.
Fuentes judiciales informaron a UNO que los sospechosos fueron notificados al principio sobre su vinculación a la causa, pero por el momento no estaría a la vista una imputación, salvo el surgimiento de nuevas evidencias que comprometan a los enfermeros o a otras personas que no están en la mira de la investigación y permitan a la Fiscalía destrabar la causa, antes de que marche hacia el archivo.
Principalmente se apuntó al hermetismo interno del sector en cuestión con que se topó la pesquisa a la hora de las declaraciones testimoniales.
En tanto, las autoridades del nosocomio dieron marcha al trámite administrativo para deslindar responsabilidades en torno al hecho, pero se encontraría con las mismas dificultades, más allá de que puedan adoptar otras medidas para que no vuelva a ocurrir un robo de elementos de vital importancia para la salud pública.