En la segunda jornada del juicio por un femicidio y dos intentos de femicidio en la ciudad de San Benito, continuó ayer el juicio por jurados contra Brian López. Una de las mujeres que sobrevivió al ataque criminal de aquella medianoche del 9 de septiembre de 2021, Bonifacia Ramos, recordó con dolor esos instantes fatídicos en que el acusado le disparó e hirió de gravedad a su hija Carla Ledesma y mató a su nieta, Eliana Ledesma. Además, declararon otros testigos que complicaron aún más la situación del imputado.
El ataque de López a tres mujeres en el crudo relato de una sobreviviente
Por José Amado
UNO / Juan Manuel Hernández
Cabe recordar que la Fiscalía (Paola Farino y Leandro Dato) y la querella (Cyntia Rau y Sofía Dumón), sostienen que López besó en la frente a Carla cuando se estaba por dormir, le pidió perdón y luego comenzó a apuñalarla; la mujer se defendió, por lo que el agresor agarró la pistola reglamentaria y le disparó cuatro veces. Al oír las detonaciones, Eliana llegó para auxiliar a su tía y recibió dos balazos de López, quien cuando huía también se tomó con Bonifacia, a quien le efectuó un disparo que impactó en una pared.
En tanto, el defensor oficial Sebastián Lescano sostuvo que la acusación no cuenta con un móvil y el imputado sí, y López luego declaró en el juicio, dijo que no fue el autor de los disparos mortales a Eliana ni las puñaladas a su expareja.
Gritos, disparos y sangre
Bonifacia se sentó frente a los 12 ciudadanos y ciudadanas que juzgan a López por aquel crimen y relató aquel momento. Ella vive en una casa en calle Garabaso, y en otra vivienda dentro del mismo terreno está la casa donde vivían su hija Carla y su nieta Eliana.
“Estaba sentada mirando la tele con mis dos nietos. Como a las 12 me levanto y les digo que se acuesten porque tenían que ir a la escuela. Fui al baño, apagué la tele y sentí que gritaban pidiendo auxilio. Le dije a mi pareja. Escuché a mi nieta, salí, salió mi nieto más grande y escuché disparos. Abrí el portón y antes de llegar a la casa como a 40 metros lo vi a Brian López parado. Mi nieto golpeó la puerta y la pudo abrir, mi hija estaba atrás de la puerta llena de sangre. Me agacho para ayudarla, siento que venía alguien corriendo, etra, me levanto y veo a Brial López. Veo que estaba con el arma. Me quedo parada y en seguida levanta el arma y me tiró. Estaba casi al lado, vi el fuego y el humo de la pistola. ‘¡Brian!’, le dije, y salió. Gracias a Dios que no me mató”.
Luego la mujer buscó a su pareja, Ricardo Moya, para que llame a la Policía y pida una ambulancia. “La llevamos a Carla mi casa, la senté en un sillón, la tapé porque hacía frío esa noche, me habla al oído y me dice: ‘Mami, la Eli’. Ahí mi pareja fue a ver qué pasaba”.
En ese intante Bonifacia se quebró en llanto. Ingresó al salón su pareja para contenerla. Luego se recompuso y respondió algunas preguntas. Moya declaró a continuación, confirmando esa secuencia de hechos ocurrida aquella medianoche.
“Un cagadón”
Alexis Franco es primo de Brian López, vive a unas cinco cuadras de la casa de Carla, Eliana y Bonifacia, y fue el primero al que el imputado acudió mientras escapaba tras el ataque.
“Estaba en mi casa durmiendo, siento que golpean la puerta, era Brian, abro y veo que estaba mojado, hacía frío”, recordó el hombre que ayer declaró como testigo en el juicio. “Me dijo que había tenido una pelea. Me pidió ropa, le di una remera y un pantalón de Boca. Cuando se cambia veo que se le cae un arma y le pregunto qué había pasado. Me mira serio y me dice ‘Me mandé un cagadón’. ‘Si es así ya no te podés quedar acá’. Le doy la ropa y se va de casa”, relató.
Más tarde llegó la policía a su casa, entró y secuestró la ropa mojada de López, entre las prendas una remera de Patronato con el número 7.
En remís a Tribunales
Hugo Torres es empleado de la Cooperativa de agua de San Benito, donde trabajaba López, y fue citado como testigo para relatar lo ocurrido aquella mañana cuando ya era noticia lo ocurrido en la localidad y la foto del acusado se viralizó. “Brian no se presentó en el horario de trabajo. Salimos a trabajar a las 6 y cuando volvimos a las 9.30, 10, estaba ahí, en el garaje. Nos habíamos enterado de lo que había pasado, que había cometido el hecho”, recordó.
“Habló conmigo, me pidió que lo llevara a la comisaría que se quería entregar. Pedí autorización al jefe de personal y me dijo ‘llevalo’. Subimos a la camioneta y me dice que lo lleve a la remisería de calle Mariza. En el camino se saca la pistola de la cintura y se la pone en la falda. Dijo ‘la cagué Negro, me cagué la vida’”. Mientras circulaban, López le pidió que lo llevara a la remisera de Colonia Avellaneda, Torres se negó, paró en una esquina y pidió el remís por teléfono. Cuando se lo llevaba con destino a Tribunales, el hombre informó a la Policía: “Le informé al COE que quien iba en el remís de Colonia era Brian López”.
Médicos forenses
Los dos primeros testigos de la jornada de ayer fueron los médicos forenses Lilian Pereyra y Juan Pablo Bertozzi.
Pereyra, quien ingresó por concurso en 2019 al Cuerpo Médico Forense, relató las vistas que le tocó hacer a Carla Ledesma y detalló las heridas que presentaba, la asistencia que recibió y el estado de gravedad en que se encontraba por las múltiples herida de arma de fuego que había recibido. “En todo momento su vida corrió peligro y tuvo una buena respuesta, cada paciente responde distinto. Sin esas maniobras se moría”, aseguró.
Bertozzi, quien también ingresó por concurso en 2018 al mismo área y antes fue 15 años médico cirujano, fue el encargado de realizar la autopsia al cuerpo de Eliana. Refirió que la joven de 22 años había tenido múltiples cirugías por dos heridas de arma de fuego en la parte superior del abdomen, por las cuales falleció, y que la causa final de muerte fue una infección.
Acerca de los disparos, pudo establecer que ambos ingresaron por el abdomen y salieron por la parte inferior de la cintura, es decir que la trayectoria de los proyectiles fueron de adelante hacia atrás y de izquierda a derecha.