Un hombre y su mujer embarazada llevan seis años viviendo en una casa que la Municipalidad de Paraná destinó para el área de Parques y Paseos. La construcción de madera rústica y elevada sobre pilotes, donde se guardan herramientas y otros elementos, está emplazada en la plaza del Patito Sirirí, en uno de los miradores más emblemáticos de la ciudad. Carlos Álvarez, abrazado a sus perros y con el mate en mano, denunció que lo quieren desalojar de la propiedad, un espacio público destinado al disfrute de todos los paranaenses. El hombre recordó que en su momento llegó a un acuerdo verbal con los empleados municipales para ofrecer su fuerza de trabajo a cambio de alojamiento. Así empezó a realizar todo tipo de refacciones en los juegos infantiles, hasta denunció que estaban dañando la estatua del Patito Sirirí. “A mí me conocen como el cuidaparques”, se presentó en diálogo con UNO.
Paraná: reubicaron familia que ocupaba casa municipal en la zona del Patito Sirirí
“Empleados de la Municipalidad vinieron el lunes por la noche para decirme que tenía que irme. Me avisaron que tenía que sacar todas mis cosas. Sé que esto es municipal, pero este es mi lugar, hace seis años que estoy acá. Pido que se llegue a un acuerdo. Hoy -por ayer- me apuraron mal”, relató haciendo una cronología de lo que pasó.
Álvarez explicó luego que le ofrecieron trasladarse al CIC de La Foresta, aunque aclaró que esa alternativa no lo convence. “Me ofrecieron cuatro chapas y cuatro tirantes. ¿Qué hago con eso?”, dando a entender que no piensa irse de la casa. Explicó que su propuesta es quedarse y a cambio ofrecer su trabajo para mantener el espacio público. “Estoy las 24 horas acá y nunca le reclamé nada a la Municipalidad. Les agradezco la posibilidad de estar acá, pero colaboro limpiando, tengo mi canasto”, señaló.
Sostuvo que el pedido de desalojo obedece a que quieren desocupar el lugar, pero explicó que la medida se quiere concretar sin una orden de desalojo. En respuesta a esta situación el hombre entregó ayer una nota en Mesa de Entrada de la Municipalidad.
Álvarez además pidió que se tenga en cuenta su situación de salud, ya que actualmente padece problemas hepáticos y que por la pandemia debió una postergar una operación. A esto se le suma su mujer, que transita un embarazo y que en los últimos días debió hacer resposo estricto por dolores constantes.
Regularizar el uso del espacio público
La Municipalidad tomó conocimiento del caso y de la situación de vulnerabilidad que atravesaba esta familia de la ciudad de Paraná. El secretario Legal y Administrativo de la comuna, Pablo Testa, confirmó a UNO que la pareja aceptó ser trasladada al Centro Integrado Comunitario (CIC) de Desarrollo Social de La Floresta, un espacio destinado a personas en situación de calle, donde además de las cuatro comidas diarias se brinda una cama y un lugar para bañarse.
“Dentro del espacio público del Patito Sirirí estaba este hombre viviendo en condiciones precarias. Es una acción que se va a empezar a hacer en todos los espacios públicos , porque se ha heredado una situación de ocupación del espacio público, ahí y en otros lugares”, reseñó el funcionario en contacto con este medio.
Testa aseguró que la intención del gobierno municipal es recuperar esa propiedad para darle el destino que tenía originalmente, es decir un sitio seguro para guardar herramientas de trabajo. El abogado aclaró que se buscó por todos los medios que la familia que ocupaba el lugar no quedara en la calle. “Hubo más lugares donde había gente viviendo; en el Thompson había gente viviendo; hay baños públicos donde había gente viviendo. Es como que ha habido un descuido general de todos los espacios públicos. Esto genera una cuestión de inseguridad, porque son lugares a los que concurren niños y la familia. Aparte no lo puede ocupar la Municipalidad”, manifestó.
En función de esta realidad la administración municipal está instrumentando políticas para regularizar la problemática en varias zonas de Paraná.
“En el CIC se brinda asistencia psicológica”, remarcó Testa.
Además sostuvo que una vez solucionado este conflicto, la casa se ocupará para tareas de las cuadrillas de mantenimiento, después de los seis años que se mantuvo ocupada ilegalmente. “En muchos lugares se dan estas situaciones. No es una cuestión que se da ahora por la pandemia, sino una cuestión de abandono de los espacios públicos. En todo lo que refiere a ordenamiento, teniendo en cuenta todas las condiciones que tienen las personas y la posibilidad de darle una reubicación, así como también la vulnerabilidad social que puede tener, se les dan las soluciones. En este caso, en el CIC está toda la gente en situación de calle, ya que está preparado para eso”, reiteró el responsable del área Legal.
Testa argumentó que la propuesta del traslado al Centro Integrador se presentó como la mejor alternativa, aunque reconoció que luego la decisión de quedarse o irse es una decisión que corre por cuenta de cada persona. “Después no podemos obligar a nadie a quedarse en el CIC, es como pasa con una cantidad de personas en situación de calle. Pasa con las personas que están en la Plaza 1° de Mayo, a quienes han llevado al CIC, pero luego se van. No es la situación de esta persona que vivía en el Patito”, completó Testa