El Papa Francisco pidió ayer más respeto por la naturaleza, calificando la destrucción de los bosques tropicales de Sudamérica y otras formas de explotación medioambiental como pecados de tiempos modernos.
El Papa dijo que la destrucción de la naturaleza es un gran pecado moderno
En un discurso en la Universidad de Molise, una región agrícola e industrial en el sur de Italia, Francisco dijo que se debería permitir que la Tierra ofrezca sus frutos sin ser explotada.
"Este es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo: pasar a un tipo de desarrollo que respete la creación", dijo a los estudiantes, granjeros y trabajadores en el vestíbulo de la universidad.
"Cuando miro a América, también a mi tierra natal (Sudamérica), tantos bosques talados que ahora son tierras... que ya no pueden dar vida. Este es nuestro pecado, explotar la tierra y no dejarle regalarnos lo que tiene para nosotros", dijo el Papa argentino en unas declaraciones espontáneas.
Francisco, que tomó su nombre de San Francisco de Asis, el santo del sigo XIII considerado el patrón de los animales y el medio ambiente, está escribiendo una encíclica sobre la relación del hombre con la naturaleza.
Desde su elección en marzo de 2013, el líder de la Iglesia católica, con cerca de 1.200 millones de seguidores por todo el mundo, ha hecho varias intervenciones a favor del medio ambiente.
El pontífice, de 77 años, pareció estar recuperado de una hilera de dolencias que le obligaron a cancelar varias presentaciones recientes. Viajó en helicóptero a Malise para una jornada de actividades, incluso un almuerzo con pobres y una visita a una prisión.
Francisco se movilizó con energía y saludó sonriente una y otra vez a las multitudes. El Vaticano había dicho que sus problemas de salud eran "leves" pero no entró en detalles.
En determinado momento el papa estimuló a los padres a pasar más tiempo con sus hijos. "¡Pasen tiempo con sus hijos!", los exhortó y dijo que le agradaba preguntar a los padres si jugaban con sus niños.
Desempleo. Además de visitar la Universidad de Molise, Francisco se mezcló con los pobladores de esa pequeña región italiana, donde denunció la "lacra del desempleo" y subrayó "la responsabilidad de las instituciones y del ámbito financiero y empresarial" ante este desafío.
El Papa hizo hincapié en la necesidad de un compromiso "frente a las situaciones de precariedad material y espiritual, especialmente frente al desempleo, una lacra que exige esfuerzos y valor por parte de todo el mundo", durante la misa que ofició en presencia de decenas de miles de fieles que se encontraban en el antiguo campo de fútbol de Campobasso, la capital de la región.
Molise, en el centro-sur de la península, es una de las regiones más pequeñas de Italia con apenas 300.000 habitantes y un índice de desempleo del 16,4 por ciento en el primer trimestre de este año, frente al 13,6 por ciento de media nacional.
"El empleo es un desafío que pide de manera concreta la responsabilidad de las instituciones y del ámbito financiero y empresarial", prosiguió el papa argentino, siempre fiel a sus preocupaciones por los más necesitados.
"Es necesario que la dignidad de las personas esté en el centro de cada perspectiva y cada acción. Los otros intereses, aunque sean legítimos, son secundarios", añadió.
Desde que llegó a Molise, temprano por la mañana, Francisco expresó en un discurso su dolor por "el drama del desempleo", reclamando "un pacto" a favor del empleo, con ayuda de las autoridades nacionales y europeas.
En su visita a la región, el papa se reunió con jóvenes, con los cuales evocó también este tema.
"Es triste encontrarse con jóvenes ni-ni, ni estudios, porque no pueden, ni trabajo. Es un desafío que juntos debemos vencer. No podemos resignarnos a perder una generación que no tiene empleo y que por lo tanto no tiene dignidad", sostuvo.
El desempleo entre los jóvenes es un problema importante en Italia, en donde afecta según cifras de mayo de 2014 al 43 por ciento de los jóvenes activos de entre 15 y 24 años.
El Papa visitó además a reos de la cárcel de Isernia, otra localidad de Molise.
Una delegación de presos denunció ante el Papa "la situación inhumana" que prevalece en las cárceles de Italia debido al problema de la sobrepoblación carcelaria. Los detenidos pidieron a Francisco que intervenga ante las autoridades políticas italianas para que el Parlamento contemple "un acto de clemencia" en favor de los presos.
Francisco se dirigió luego a la catedral de Isernia, en donde saludó a la población local y a enfermos antes de tomar un helicóptero hacia el Vaticano.
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