MIRADAS El 2020 cierra con todo. De manera intensa, a diferencia de lo que fueron los meses anteriores, cuando la pandemia por el coronavirus nos mandó a permanecer gran parte del tiempo en nuestras casas. Pero el epílogo de este maldito año es diferente, con mucha gente en las calles, con casi todas las actividades habilitadas y hasta diría yo que muchos piensan que el Covid-19 ya es parte del pasado.
Miradas: una buena entre tantas pálidas
Por Mauro Meyer
Esta idea se sustenta mucho más después del comienzo de la campaña de vacunación con la rusa Sputnik V, cuyas primeras dosis se aplicaron ayer en todo el país. Entre tantos pro y contras sobre este tema, el ciudadano común imagina que la batalla ya está ganada, que con el solo hecho de poner el brazo para recibir un pinchazo esta enfermedad que nos golpea tan duro ya desapareció. Pero está claro que no es así, porque bien vendría escuchar a los especialistas y saber que se nos viene encima la famosa segunda ola de contagios. Los números que se están dando en estos días así lo demuestran.
Ahora bien, ¿por qué nos gusta tanto a los argentinos buscar la quinta pata al gato? Ni siquiera en un tema tan delicado como es la salud de las personas se deja de fomentar la mentira para sacar algo de rédito político. Acá no hay vuelta atrás, no hay grises alrededor de la situación que se vive por el Covid-19, porque no es solamente un drama nuestro, sino de todo el mundo y no hay que ser tan necio para darse cuenta de esto.
Entonces, ¿por qué tantos palos en la rueda a la hora de hablar de la vacuna rusa? En las últimas horas pude leer de todo. Desde que no es conveniente aplicársela, pasando por los efectos adversos que puede tener y terminando en frases como “van a vacunar a los argentinos sin saber qué mierda nos van a inocular”. ¿Sabe quién lo dijo? La diputada del PRO por Córdoba, Soher El Sukaria, en la sesión donde se presentaba un apartamiento del reglamento en relación con la violencia de género en la Argentina.
Es lógico que haya dudas, todo lo nuevo genera incertidumbre. Pero no se puede hablar con tanta liviandad sobre este tema. Para aclarar un poco el panorama, la directora de Evaluación y Registros de Medicamentos de la Anmat, Agustina Bisio, afirmó que la documentación que recibió el organismo “es tan detallada como la de las otras investigaciones”. Incluso, señaló que “las otras vacunas que están siendo autorizadas en el mundo tienen más incidencia de eventos adversos” que la desarrollada por Rusia.
“Tengan confianza porque estamos para cuidarlos”, aseveró Bisio, quien destacó que, en el caso de la vacuna rusa contra el coronavirus, “la ocurrencia de los eventos no llega al 1 por ciento”, mientras que, “los informes de las otras vacunas tienen muchos eventos adversos, y más serios y con mayor impacto al 1 por ciento”. Específicamente sobre la Sputnik V, que comenzó a ser aplicada este martes en la Argentina, Bisio manifestó que, de acuerdo con la documentación analizada, “en los grupos etarios menores de 60 años” los efectos adversos alcanzaron el “0,01 por ciento”, mientras que en el caso de “los mayores de 60 es del 0,02”.
Frente a estas pruebas, está claro que empezar a vacunarse puede ser el comienzo para terminar con esta pandemia. Las críticas de muchos vienen porque la vacuna es de origen ruso. Ahora, no escuché a nadie preguntar de dónde vinieron los anteriores fármacos que nos aplicaron desde muy chicos. La Sabin por ejemplo, la vacuna oral para combatir la polio. Su creador fue Albert Bruce Sabin, un virólogo polaco nacionalizado estadounidense de origen judío que tuvo que huir en 1921 del antisemitismo. Seguro que muy pocos lo sabían. Ni hablar de nuestras madres, que solamente cumplían con un calendario de vacunación como espero en un futuro cercano esté la Sputnik V o cualquiera de las otras que lleguen a nuestro país.
Ayer se vivió un día importante. Más allá de las críticas y de las desprolijidades que pudo haber, fue una buena noticia entre tantas pálidas que hemos vivido este año. No pienso pedir por un buen 2021, porque está claro que puede pasar cualquier cosa. Este 2020 nos demostró eso. Solo espero que la vacuna, sea del origen que sea, nos devuelva la normalidad.