Para recopilar en este año virtual hay de todo. Instagramers que se involucran con la quema de islas entrerrianas, una monja evangelizando desde tik tok, profesores desconcertados por la presencia de Tinelli entre sus alumnos del secundario y políticos que aprovechan la tecnología para hacer como que están, pero no.
De zoom, fotos de fondo, Tinelli y La Faraona
Por Dina Puntín
“Bueno chicos, tomo asistencia. ¿Quienés son Tinelli y Messi?”, se preguntó una docente al ver en su reunión de las 9 vía Zoom la cámara encendida bajo los nombres de dos figuras. Ante las burlas generalizadas de los chicos –y el silencio de Marcelo y La Pulga– no le quedó otra que salir del encuentro. Eso sucede porque entre los adolescentes se pasan las claves de la reunión e invitan a otros para divertirse. En lo que va del año profesores y maestros han tenido que lidiar con un montón de situaciones “raras” y donde un acuerdo de convivencia y la remisión constante a los padres para que se involucren en el mundo virtual, han sido las únicas herramientas para mediar.
Pero si por televisión y cuanto medio exista fue noticia la viveza, estupidez o como se nombre del senador Esteban Bulrich, que dejó una imagen de fondo durante su ausencia, en una reunión online del Senado en la que se analizaba el proyecto de reforma judicial, qué se le puede reclamar a los alumnos de un Secundario, que atraviesan una edad compleja durante una pandemia inédita y la conexión con las pantallas para estudiar no les cierra. Más atractivo para la juventud es seguir las publicaciones constantes que se hacen en ese mundo paralelo que son las redes sociales, donde la información resuena distinto. La quema de las islas entrerrianas –por ejemplo– se puede leer con interpretaciones varias. Las que se dan a través de comunicados ambientalistas o la visión de un formador de opinión.
En Rosario, el diario La Capital publicó en su edición del 21 de agosto la noticia sobre un youtuber e influencer conocido como La Faraona –con más de un millón de seguidores de Instagram– que lideró un masivo ataque virtual al gobernador de Entre Ríos, por la quema de pastizales en las islas. Según dio cuenta el artículo, el famoso instagramer logró amplificar tan delicada cuestión en el público juvenil. “Si bien el ecocidio que se está produciendo en el Delta del Paraná es el tema de fondo y sobre el que urgen respuestas por parte de la Justicia para identificar y enjuiciar a sus promotores; la intervención de La Faraona trajo más audiencia a involucrarse en este flagelo ambiental”, escribió el periodista del medio rosarino, que además agregó: “El episodio también es un ejemplo de cómo la clase política debe leer con mucha atención la reacción de los nuevos formadores de opinión que influyen en forma automática sobre los sectores más jóvenes de la población”.
Sin pelos en la lengua y directo, La Faraona atacó primero al intendente de Rosario –con quien después dialogó y escuchó su postura– y posteriormente al mandatario entrerriano con comentarios que dejó colgados en un video de Youtube.
Internet ya no es un pasatiempo, es una herramienta, es un servicio público esencial en Argentina. “La educación, el acceso al conocimiento, a la cultura y a la comunicación son derechos básicos que debemos preservar. Por eso hemos ordenado que de aquí en adelante haya planes inclusivos de prestación básica, universal y obligatoria para quienes menos tienen”, expresó el presidente Alberto Fernández desde su Twitter, el viernes por la noche al establecer también el congelamiento de precios hasta fin de año de la telefonía celular, internet y la TV paga. En camino a la “nueva normalidad”, las miradas de los jóvenes van impactando, recreando e incidiendo de un modo inédito en los asuntos públicos. El recambio generacional seguramente aún no esté tan cerca, pero las consideraciones y concepciones que de esa franja etaria aparecen y se multiplican hoy por las pantallas digitales, pueden permitirnos sentar nuevas bases para la vida en comunidad. Fueron ellos quienes torcieron el rumbo social en conciencia ambiental, en visibilizar el maltrato animal, en defender los derechos de las mujeres y las minorías. De la mano de ellos, avanza una transformación que hoy aún reducida en la virtualidad, constituye el despertar de una nueva cultura social que se avecina.