Alicia Beatriz Pérez Heltner tiene 58 años y graves problemas de salud: epilepsia y algunos signos de un incipiente Alzheimer. Hacía un año que se encontraba alojada en el hogar San Marcos, la residencia geriátrica clausurada el lunes por la Municipalidad de Paraná y el Ministerio de Salud de la Provincia. A la dueña de la residencia, Andrea Carina Jacob, le avisaron que iban a ir a inspeccionar el lugar y antes de la llegada de los funcionarios desalojó la casa. Algunos ancianos fueron reubicados en otras instituciones, y otros quedaron a la deriva. Entre ellos Alicia,a quien su hijo Leonardo está buscando por todos lados. El lunes fue a la comisaría segunda y le dijeron que eso era problema suyo. Ayer fue a hacer la denuncia en la Fiscalía y le pidieron que vaya hoy a averiguar si desde la Policía enviaron su exposición. Espera que desde el Estado alguien lo ayude a encontrarla.
Leonardo busca a su madre, que la dueña del geriátrico clausurado "tiró a la calle"
La dueña del hogar San Marcos abandonó a Alicia y nadie sabe dónde está. Su hijo está desesperado
21 de septiembre 2016 · 06:00hs
"Me pasé el fin de semana y hasta hoy (por ayer) buscando a mi madre y todavía no la he encontrado. La verdad estoy desesperado porque es una persona que no se puede valer por sí misma, no puede tomar decisiones porque no tiene la capacidad para hacerlo de tantos golpes en la cabeza por su enfermedad. Y que esta mujer la haya tirado a la calle con dos monedas en el bolsillo, la verdad no tiene nombre. Pedí ayuda a la Policía para que la busque, pero nada", dijo a UNO ayer a la tarde en Tribunales.
El jueves de la semana pasada Leonardo sabía que se venían problemas en el geriátrico: "Yo había pedido un turno para mi madre para hacerle unos análisis, entonces me comentó la dueña que le estaban por hacer una inspección y ella dudaba que la iba a aprobar". Él le ofreció darle una mano para ponerlo en condiciones, y la mujer le pidió que buscara un lugar donde reubicar a los internos mientras tanto, pero no lo consiguió.
El domingo a la tarde Leonardo recibió otro llamado de Jacob, que le pedía que fuera a buscar a su madre porque el lunes la iban a desalojar. "¿Cómo me vas a decir eso de un momento para el otro? -le reclamó el joven-. Es un domingo, a media tarde, a mitad de mes, o sea no tengo un peso, trabajo en la construcción, todavía no cobro, no podés decirme que vaya a buscar a mi madre sin siquiera darme tiempo para buscar un lugar donde llevarla".
Entonces comenzó así la odisea. "Salí volando a buscar un lugar donde alojar a mi madre, estuve el domingo todo el día, lunes desde las 7 de mañana pero no, los hogares que hay cobran una barbaridad, o no tienen lugar, me recorrí toda la ciudad de Paraná buscándole un lugar y no conseguí", contó Leonardo, pero todavía no sabía que a su madre había quedado en la calle.
Luego de hablar con muchas personas y que lo mandaran de un lado para el otro, llegó al edificio de la Municipalidad de las Cinco Esquinas y habló con los funcionarios municipales que hicieron el procedimiento el lunes. "Me dijeron que varios de los que estaban ahí alojados habían desaparecido, y a algunos los ubicaron. Le pregunté por mi madre, y me dicen 'No, no sabemos dónde está. Vas a tener que hacer la denuncia por una persona perdida'".
El periplo de oficina a oficina continuó hasta que llegó a las dependencias de Salud, en calle 25 de Mayo, donde encontró al resto del personal que fue a clausurar el hogar y se enteró el destino incierto de su madre. "Me dijeron que le preguntaron por mi madre a la dueña haciendo el listado, y la mujer les dijo: 'A esa señora le di unos pesos y la mandé a que se busque un lugar'. ¿Cómo va a hacer semejante cosa? Mi madre no puede manejarse por sí sola. Es epiléptica, le puede agarrar un ataque en la calle y pasar cualquier tragedia", exclamó Leonardo.
Otro mal trago pasó en la comisaría segunda, cuando fue a realizar la exposición para la determinación de paradero de Alicia. "Uno de los oficiales que estaban a cargo me dijo: 'Ah, no sé, a nosotros nos dieron una orden, fuimos y cerramos. Ese no es mi problema, es tu problema, manejate vos', tal cual así me lo dijo", recordó.
En tanto, en el Ministerio de Salud le contaron que, incluyendo a su madre, hay unas seis personas que todavía están desaparecidas. Sin embargo no parecían muy desesperados en hacer algo al respecto.
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Condiciones "complicadas"
La Residencia San Marcos fue la única que se adaptaba a las condiciones económicas que Leonardo y Alicia podían afrontar. El costo extra es el que salió a la luz el lunes con el procedimiento y la clausura. "Mi madre tiene un carácter complicado pero siempre, dentro de todo, la supo llevar", contó Leonardo sobre la relación con la dueña del lugar. "Nos cobraba en efectivo, era 5.000 pesos pero habíamos hecho un acuerdo personal que pagábamos una parte con dinero y la otra con mano de obra. Mi madre cobra la ley 4.035, son 3.000 y algo, a ella no le quedaba nada, todo se lo quedaba esta mujer. Es más, a veces tenía que ayudar comprándole otras cosas", recordó.
Nunca tuvo problemas para ingresar, aunque siempre había horarios que respetar, incluso podía sacar a su madre a pasear cuando quisiera.
A su vez, entrar le permitió ver el contexto de convivencia de los internos. "Estaban bastante complicadas las condiciones del lugar, no quiero decir que era totalmente devastador pero estaba bastante complicado. Más allá de eso, por más que no haya estado en las condiciones, de ahí a cerrarlo de un momento para el otro, dejar casi a 30 ancianos en la calle que no pueden valerse por sí mismos es una barbaridad", concluyó el joven que está desesperado.
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"Como este caso debe haber un montón"
La jueza de Faltas municipal, Silvina García, contó a UNO que el lunes la dueña del geriátrico había abandonado a varios ancianos en distintos lugares, incluso dejó a uno en la comisaría segunda. Enterada del caso de Alicia, dijo: "Como ese caso debe haber un montón, eso debe estar sucediendo", y aclaró que por su parte su labor llegó hasta la clausura y las multas que podrían devenir de las irregularidades constatadas. Sin embargo, "esas situaciones sí pueden derivar en denuncias penales por los familiares" de los ancianos, o bien que la misma se realice en de oficio por el fiscal municipal Francisco Avero.
O sea que nadie hasta ahora ha puesto en conocimiento de la Fiscalía el presunto delito de abandono, al menos, sufrido por los ancianos. De todos modos, hay fiscales que desde mucho antes estaban enterados de las irregularidades y situaciones graves, actuaron al respecto, tras lo cual debieron moverse los funcionarios municipales y provinciales.