El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, que rige desde fines de diciembre, establece varios cambios en el expendio y la prescripción de medicamentos. Entre ellos, la posibilidad de que los medicamentos denominados de venta libre y de especialidades farmacéuticas, puedan ser vendidos fuera de las farmacias; que las farmacias funcionen sin profesionales farmacéuticos para realizar y controlar las dispensas, quienes además pueden ejercer la Dirección Técnica de más de una farmacia, aún sin estar presentes, lo que implica que las ventas de medicamentos podrían efectuarse por auxiliares de despacho. El DNU también establece que en la receta prescripta por el médico se describa sólo el nombre genérico, sin especificar marca comercial. Y reduce los controles sanitarios sobre los medicamentos al aumentar las bocas de expendio fuera de las farmacias, lo que según los farmacéuticos hará más difícil quitar el lote del mercado en caso de algún problema en la partida.
Medicamentos: la ley no permite venderlos fuera de farmacias
Foto: UNO/Mateo Oviedo
Sobre la opción de que los medicamentos de venta libre se puedan despachar en comercios de otros rubros, Claudio Iriberri, secretario del Consejo Directivo del Colegio de Farmacéuticos de Entre Ríos, aclaró a UNO: “En Entre Ríos aún sigue prohibida la venta de medicamentos fuera del ámbito de la farmacia, porque la provincia tiene su propia Ley de Farmacia. En este marco, las provincias son autónomas en cuestiones de salud y de educación”.
Asimismo, sostuvo: “El DNU hace mención a lo que es la Ley Nacional de Farmacia, y por lo tanto no tiene alcance sobre la ley provincial, incluso si el gobierno provincial adhiriera al Decreto”.
Acto seguido, subrayó: “Lo que nos preocupa es la venta online o el e-commerce a través de distintas plataformas, que esto sí ya está liberado desde que entró en vigencia el DNU, y viene a tirar por la borda todo un trabajo enorme que se viene haciendo desde el Colegio, tratando de generar concientización sobre los riesgos de la venta de medicamentos fuera del ámbito de la farmacia. Es algo que ya se probó en algún momento en el país y no dio resultado”.
“En el e-commerce hay una plataforma muy reconocida en la que uno puede ingresar y comprar un medicamento, y muchas veces no es una farmacia la que lo está vendiendo u ofreciendo, sino que ahora puede ser un tercero sin título farmacéutico, que directamente puede promocionar un producto de venta libre bajo esas condiciones”, añadió.
Sobre este punto, refirió que es una de las preocupaciones más grandes de los farmacéuticos, ya que en las ventas online no hay control. “No hay un profesional detrás de nada y eso va a traer aparejado otras consecuencias, que creemos que no las está dimensionando. Una de ellas es el impacto económico en muchísimas pymes, porque va a perjudicar a las farmacias chicas y medianas que hay en la provincia. Va a generar muchas dificultades, pero serán cuestiones a las que nos tendremos que ir adaptando”, reflexionó.
En este contexto, afirmó: “Nosotros lo que ponemos en duda es la procedencia, la eficacia, la calidad del producto y por supuesto su seguridad. Fuera del ámbito de la farmacia, el farmacéutico no puede garantizar esas condiciones y estamos hablando de una cuestión profesional: el farmacéutico es el profesional que más conoce y sabe de medicamentos porque en eso se ha formado, y las facultades se han preocupado por formarlo. Hoy por hoy vemos que todo esto tiene un cierto atropello y avasallamiento sobre la profesión, que nos preocupa sobremanera”.
Acerca de esta cuestión, el médico clínico Eduardo Vesco, presidente del Círculo Médico de Paraná, opinó: “Normalmente, cuando se indica un medicamento, tiene que ser bajo una receta médica. La automedicación conlleva un riesgo en la salud, y cuando el paciente puede recurrir a un lugar donde le venden un medicamento sin una receta y sin el asesoramiento profesional, no tiene la certeza de que sea el adecuado para su cuadro”.
“Por ahí tuvo alguna afectación de salud y compra por su cuenta una medicación que ya tomó antes frente a síntomas similares, pero quizás para lo que le ocurre ahora no es la indicada. A esto hay que tenerlo en cuenta para cualquier tipo de medicación, y en el caso de una medicación para una patología crónica, se entiende que eso tiene que estar recetado por alguien que ha estudiado para poder indicar un medicamento correcto. Entonces, que se venda en cualquier lugar y cuando uno vaya sin ninguna receta a comprarlo, tiene un riesgo principalmente para la salud del paciente”, remarcó.
Asimismo, alertó: “Inclusive los de venta libre, si uno compra fuera de una farmacia, no conoce la procedencia. Muchas veces te venden quizá un blister o peor todavía, cuando se lo corta para vender una o dos pastillas, no se puede saber si está vencido, ni en qué condiciones se mantuvo, porque si bien hay medicamentos que no necesitan por ejemplo una cadena de frío, sí hay que conservarlo en un lugar donde no esté expuesto al sol o a temperaturas altas, porque se desnaturaliza. Uno no sabe si se tiene un control al respecto, que sí se lo tiene en la farmacia”.
“Medicamentos genéricos”
Con respecto a que la receta prescripta por el médico debe incluir sólo el nombre genérico del medicamento, sin especificar marca comercial, Claudio Iriberri aclaró: “La ley de Genéricos existe y, lo que en realidad no existe en la Argentina es el medicamento genérico, sino que hay una prescripción por Denominación Común Internacional (DCI), que rige a nivel mundial, que lo que se busca hacer permanentemente es que el paciente tenga libertad de elegir entre una marca comercial y otra”.
Ante la consulta de UNO acerca de si los pacientes solicitan al farmacéutico un medicamento con la misma composición que venían tomando pero más económico, en un contexto en el que los remedios aumentaron 38,4% promedio sólo en diciembre y triplicaron su valor en los últimos 12 meses, según un relevamiento de la consultora Indecom, señaló: “Eso se viene observando y se acentúa un poco más en los momentos de crisis. Si bien el medicamento no ha aumentado por fuera de lo que son los índices inflacionarios, está la sensación de que incrementaron muchísimo, pero no están por fuera de lo que son los índices de precios publicados por el INDEC, han acompañado la inflación. Lo que ocurre es que los ingresos por ahí no evolucionaron de la misma manera y esa es una preocupación, porque la verdad es que empezamos a observar que el paciente empieza a priorizar sus compras, y ahí es fundamental el apoyo del profesional farmacéutico para que el paciente no abandone el tratamiento. Sino tendríamos innumerables recaídas por problemas de salud y que lógico llevan un coste superior después por internación, por hospitalización y demás cosas”.
Sobre los mal llamados “medicamentos genéricos”, el doctor Eduardo Vesco refirió: “Hay que saber la procedencia, y fundamentalmente la calidad del medicamento. Uno sabe que a lo mejor un medicamento de determinado laboratorio ha pasado por distintos controles, y conoce que la composición de ese comprimido es la que efectivamente se informa. Y hay veces que aparecen marcas de medicamentos que uno no sabe realmente de dónde viene y si tiene todos esos controles, y que lo que estoy recetando después tiene la acción que dice que va a tener ese medicamento”.
“Frecuentemente también uno indica un medicamento con un nombre comercial y si en la farmacia justo no lo tienen, el farmacéutico le ofrece al paciente otro de otra marca; así que nos consulta. Y si la droga es la misma, no hay problema”, dijo.
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Muchas veces los pacientes solicitan que se les recete un medicamento de marca más económica, y concluyó que se busca que sea alguna reconocida: “Si sabe que es un medicamento de calidad y con la misma droga, se lo receta. Obviamente que uno también va a buscar que al paciente le cueste menos, para evitar además un riesgo de que interrumpa el tratamiento”.