La cerveza, una de las bebidas más elegidas por los argentinos durante años, cuyo consumo fue históricamente uno de los más altos de la región, atraviesa una marcada retracción desde la pandemia de Covid-19. En este marco, la Cámara de la Industria Cervecera Argentina advirtió que las ventas que habían alcanzado niveles récord en 2019 comenzaron a caer a partir de 2020 y todavía no logran recuperar los volúmenes previos.
El consumo de cerveza cayó un 30% y no logra recuperar el nivel de demanda previo al 2020
Los hábitos de consumo y la situación económica generaron una merma en las ventas de cerveza, que años atrás fue una de las bebidas más elegidas
Por Vanesa Erbes
El consumo de cerveza sigue cayendo
Así, la cerveza argentina, símbolo de encuentros y celebraciones, atraviesa un momento de transición: de ser la bebida social por excelencia, pasó a reflejar las tensiones entre economía doméstica, cambios culturales y un contexto de crisis que redefinió los hábitos de los consumidores.
Demanda local de cerveza
En Paraná, la caída de la demanda de cerveza desde 2020 hasta hoy ronda el 30%, según afirmó a UNO Claudio Matiacci, propietario de una distribuidora de calle Maciá con 40 años de trayectoria. Sobre los motivos de esta tendencia, analizó que más allá de los factores económicos que impactan en las ventas, también se fue modificando la manera de consumir en estos últimos años: “La transformación de los hábitos de consumo durante el aislamiento hizo que mucha gente se volcara más al consumo hogareño, donde el vino y las bebidas espirituosas ganaron terreno, favorecidas por promociones en supermercados y ventas online. El consumo de cerveza, en cambio, no logró compensar fuera del canal gastronómico lo que perdió en bares y eventos masivos”.
Acto seguido, señaló: “En general la venta de bebidas viene tranquila. En cuanto a la cerveza se nota una merma muy marcada, a pesar de que los precios se mantuvieron igual casi en un año. Está la cuestión económica, pero además de eso lo que pasó es que cambiaron las costumbres, y después de la pandemia se vino abajo casi todo el consumo de cerveza, porque ahora capaz que te rinde más un vino”.
Preferencias de los consumidores
Al respecto, Matiacci observó: “La franja de edad de los que todavía toman cerveza va de los 25 a los 50 años, más o menos. Los más chicos están cambiando sus gustos y prefieren otras bebidas, como el gin, o el vodka mezclado con jugo, por ejemplo, o las bebidas listas para tomar (RTD), que ganaron terreno entre los jóvenes, público históricamente asociado a la cerveza”.
“Con la gente más grande hay un combo de cosas que influyen para que tomen menos cerveza, e inclusive menos alcohol: muchos entran a cuidarse un poco más por cuestiones de salud y se inclinan por el agua saborizada, no tanto por las gaseosas ni por las bebidas alcohólicas. Y además de esto está el tema de los controles vehiculares a partir de la política de ´alcohol cero´ al manejar, porque hoy te sacan el auto y es difícil recuperarlo si te da positiva una prueba de alcoholemia”, agregó.
Sobre este punto, indicó que esto también contribuye a que las cervezas y otras opciones sin alcohol se estén posicionando: “Hay cerveza sin alcohol y ahora también Gancia sin alcohol. Todo eso se está poniendo de moda, y calculo que es justamente por este tema de los controles”, aseguró.
Por otra parte, precisó: “También van ganado cada vez más terreno entre los consumidores las cervezas artesanales, que son otra variedad que han ocupado el mercado”.
Tendencia
Hoy, pese a la recuperación de la actividad nocturna y gastronómica después de los años de pandemia, la industria cervecera sigue enfrentando dificultades. A la merma en el consumo se suman los elevados costos de producción, la presión impositiva y la competencia con bebidas más económicas, lo que obliga a las empresas a replantear estrategias para recuperar mercado.
En este marco, más allá de poder sostener los precios hoy en día, en los años anteriores la inflación sostenida hizo que los valores de las cervezas aumentaran fuertemente, en un contexto en el que la pérdida del poder adquisitivo se profundizó. Asimismo, los incrementos de los impuestos al sector hicieron que pasara a ser considerada un gasto prescindible para muchos hogares, y que el consumidor, frente a la caída del ingreso real, se volcara a opciones más baratas como el vino de mesa, bebidas artesanales de menor escala o incluso el consumo casero de tragos.
Claudio Mattiacci comentó que ante este panorama la industria cervecera se está diversificado para competir con más alternativas: “Hoy tenés cerveza rubia, roja, negra, Ipa , Apa, suave, cero, sin TACC y demás. Han crecido las distintas variedades de cervezas disponibles”.
También refirió que las presentaciones en lata son las que más rotación tienen. “Un 70% de las cervezas que se venden en Paraná son en lata, contra un 30% de botellas”,
Por último, el distribuidor anheló: “Esperamos que ahora, con la llegada del calor, por fin repunte el consumo de cerveza”.