En la provincia se implantaron alrededor de 70.000 hectáreas de maíz de segunda y tardío. La sequía y el efecto de las altas temperaturas ha sido devastador para los cultivos: hubo un incremento gradual de la suma de la condición regular y mala hasta alcanzar un valor del 94%, mientras que hasta esta semana, un 11% del área implantada con el cereal se califica como perdida.
Continúa el calor, se retrasan las lluvias y se agrava el estado de los cultivos entrerrianos
En el caso del sorgo, el ciclo 2022/23 ocupa una superficie cercana a las 100.000 hectáreas; la falta de agua y la continuidad de las temperaturas extremas han hecho decaer la condición del cultivo, y el 94% se encuentra en situación regular y mala; el 13% del total de la superficie sembrada ya se ha perdido por completo.
Las conclusiones fueron aportadas por la Bolsa de Cereales de Entre Ríos en su informe publicado ayer.
Lo mismo ocurre con el arroz. En esta campaña se sembraron 54.850 hectáreas en la provincia, un 16% menos que en la 2021/22.
El avance de cosecha al cierre del informe semanal se ubicó en un 15%, aproximadamente unas 8.300 hectáreas.
La falta de precipitaciones ha complicado a las arroceras durante la mayor parte de su ciclo. Esto trae como contrapartida una mayor radiación que en general desencadena rindes por sobre la media.
La sequía trajo como inconveniente en algunas arroceras mantener un adecuado riego, atrasando el ciclo del cultivo, donde ahora se observa como consecuencia un alto porcentaje de “vaneo” o incluso áreas perdidas, que no pueden cosecharse, indicó la Bolsa de Cereales.
Precisamente, respecto del estado de los suelos y las reservas hídricas, se da cuenta de cómo se mantiene instalada “la seca” en toda la provincia.
Sólo hay excepciones al grave déficit hídrico en zonas de influencia cercanas a Nogoyá.
Así, toda la producción agropecuaria sufre la persistencia de la sequía. Los cultivos de la gruesa se presentan muy afectados, las pasturas y el ganado no se quedan atrás y las producciones arroceras y cítricas seguramente padecen complicaciones similares, claro está, salvando zonas con riego.
El panorama –alertó la entidad– que presentan los campos entrerrianos, se refleja sin mayores variantes a todo el centro sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y gran parte del este de Córdoba.
Temperaturas
Los promedios de temperaturas máximas en gran parte de Entre Ríos, pero principalmente en las zonas centro y sur, fueron entre 6° y 8° superiores a los valores estadísticos de marzo. “Algo nunca visto desde que se llevan registros en las estaciones oficiales en Paraná, Concordia y Gualeguaychú del Servicio Meteorológico Nacional, hace más de 60 años”, citó el informe.
Esa situación abarcó las últimas jornadas de febrero y casi las dos primeras semanas de marzo.
Por adaptación a La Niña hay más girasol
La superficie de girasol en el ciclo 2022/23 registró un incremento del 57% en la provincia, es decir 5.850 hectáreas más que la temporada anterior,
En definitiva, se sembraron 16.150 hectáreas. Desde la Bolsa de Cereales de Entre Ríos se resaltó que, desde hacía 12 años que en la provincia no se lograba superar la barrera de las 15.000 hectáreas.
Impulsaron la expansión de la oleaginosa la “mejor adaptación y perspectivas de rendimiento frente a un escenario Niña en comparación otros cultivos como son la soja y el maíz”.