Nélida Lila Vera izó izó la bandera por última vez como docente del jardín Huellitas de la ciudad de Victoria el pasado jueves 30 de abril. La particularidad de este contexto de aislamiento social obligatorio por la pandemia, no pudo despedirse presencialmente de sus alumnos y colegas, pero la emoción estuvo a flor de piel al concluir sus 32 años de servicio.
La extraña sensación de despedirse de una escuela vacía
“Fue un día especial para mí, nunca pensé que me iba a tener que despedir de esta manera pero gracias a Dios tengo unas compañeras de gran valor humano que me hicieron saber de su cariño. Además, por la mañana cuando fui al jardín como cada día, con mi chaqueta, me estaba esperando la directora Norma González para izar la bandera como si estuvieran los alumnos, mientras cantábamos la canción de la Bandera. Sentir la escuela vacía fue algo que no olvidaré nunca”, dijo quien hasta el momento se desempeñaba como vicedirectora.
Acerca de los recuerdos que se lleva en las más de tres décadas de trabajo, la docente señaló a Paralelo 32: "Soy maestra de grado y trabajé en la zona rural donde llegue a lavar los pies de mis alumnos y también festejar el cumpleaños de 15 de una de ellas, para lo que llevamos una torta desde acá. Otro recuerdo que tengo con mi compañera Rita fue haber sacado a tres chicos desnutridos de una casa. Ellos asistían a nuestro jardín en el hospital, y cuando fuimos a buscarlos estaban en un cajoncito de manzana. Estas cosas te marcan en tu carrera docente, como el hecho de tener alumnos diabéticos a los que inyectábamos la insulina”.
Vera rescató el apoyo de los padres y en su familia: “Tengo una familia de oro que siempre estuvo conmigo, entendiendo que a veces los dejé un poquito de lado para atender y hacer actividades para los alumnos. Ahora sí voy a disfrutar, todavía tengo dos hijos estudiando: una en esta escuela (Normal) y el otro en el profesorado de Música”.
La docente ahora jubilada opinó que como sociedad se vive hoy una situación muy difícil. "Los docentes tuvieron que aprender a comunicarse desde la virtualidad con sus alumnos, nuestras maestras, digo esto porque todavía las siento tan cercanas, se esmeran por preparar sus clases de la mejor manera y es un desafío que se está sobrellevando con mucha responsabilidad día tras días, porque parte de la tarea docente consiste en sacar lo mejor de estas circunstancias y junto a los alumnos”.
Tras izar la Bandera por última vez explicó: "Cuando se despide una docente de jardín iza la bandera por última vez, mi directora no quería que me perdiera esta experiencia y esa imagen quedará guardada en lo más profundo de mi ser. Dios sabe las razones de esta despedida en estas circunstancias”, concluyó.
Fuente Paralelo 32