Sin lugar dudas nos hemos vuelto adictos al pronósticos del tiempo. La radio, la televisión, las web y los diarios tienen secciones dedicadas a informar que pasará con el clima cada día. Ni hablar de las aplicaciones para el celular que nos permiten ir mirando las variaciones climáticas a cada minuto.
La adicción al pronóstico del tiempo
UNO/Mateo Oviedo.
La gente consulta el estado del tiempo para saber su lloverá.
Vemos primero si va llover, luego la temperatura y también la humedad, que en esta parte de la Argentina se hace sentir y mucho.
Los especialistas en meteorología que aparecen en los medios de comunicación, están ayudando a interpretar correctamente un pronóstico a los ciudadanos para que conviertan este servicio en una herramienta provechosa
Escuchamos a los meteorólogos, miramos las apps, y hasta le exigimos a los servicios de previsión una precisión hora por hora. Durante las altas temperaturas del verano no hubo persona que miren los pronósticos para ver cuando bajaban los grados en pleno enero. Un calor agobiante controlado o mirado por todos los medios. Por tal motivo los medios masivos de comunicación viene atravesando un cambio o incorporando cada vez más especialistas en meteorología para informar con mayor precisión lo que viene pasando. La necesidad de las personas por saber el minuto a minuto lleva que los medios cambien y busquen formar de informar diversas o no estar desactualizados.
Se trata de una necesidad que tiene que ver con la preservación humana que lleva años y que la tecnología viene acrecentar. Nos preocupa por qué queremos saber qué ropa llevar al trabajo, si caerá granizo si tenemos auto, cuánta humedad afectará a los peinados de las personas y cómo estará el tiempo durante el fin de semana si tiene libre.
En actualidad las previsiones meteorológicas son más fiables apoyada por la tecnología. Los satélites forman parte y también radares de lluvia.
Los radares meteorológicos son uno de los instrumentos más importantes para la detección de nubosidad y distintos tipos de precipitación (lluvias débiles o nieve, lluvias fuertes o tormentas con granizo, etc.). Son sensores remotos activos por lo que emiten ecos en forma de pulsos de energía electromagnética. La tecnología puesta al servicio de la ansiedad por saber del estado del tiempo.
Los expertos en la materia sostiene que quizás no sea la exactitud del pronóstico lo que se está buscando. Vivimos en una especie de “síndrome meteorológico” y nos alimentamos de previsiones solo para calmar la ansiedad.
En un informe, los psicólogos de Eurodap, la Asociación Europea para los Ataques de Pánico, hablan de “clima-dependencia”, es decir “la necesidad de gestionar la ansiedad con mecanismos de control. Depender de la información meteorológica surge de la necesidad del ser humano de controlar al menos una parte de su vida”.
“El saber con antelación qué tiempo hará significa tener el control sobre los mecanismos atmosféricos (o la ilusión de tenerlo). Esto hace que aquellos que padecen un trastorno de ansiedad se sientan más seguros”.
Además aclaran los expertos, “sufrir ansiedad por saber qué tiempo va a hacer es el efecto de un comportamiento patológico cuyas causas son otras”. Todos estos conceptos pueden ser adaptable para la Argentina en estos tiempos que corren.
Un ejemplo claro de la locura que tenemos y énfasis sobre el estado del tiempo, es que Netflix estrenará una película que lleva el nombre de Granizo, que se estrenará el miércoles próximo. Guillermo Francella interpreta a Miguel Flores, un famoso meteorólogo que trabaja en televisión, amado y respetado por su público, pero una granizada en horas de la madrugada cambiará por completo su vida. Según la sinopsis oficiales trata de “Una comedia dramática en la que el meteorólogo más querido y famoso del país se convierte de la noche a la mañana en la persona más odiada por una ‘terrible falla’ en su pronóstico”. Lo que deja en claro y ya llevado al cine la locura que lleva la gente la ansiedad de conocer los pronósticos del tiempo. Sin lugar dudas estamos adicto.