oEl haber nacido en 1977, recuerdo en mi infancia y preadolesencia varios hechos que se asemejan a lo que hoy está ocurriendo en Ucrania. Primero, desde las cuestiones más banales, como en las películas de acción donde se dejaba en claro que los malos eran los rusos y los buenos los yanquis. Las máximas expresiones de esto son Rambo y Rocky, filmes donde Sylvester Stallone luchaba contra las fuerzas de la Unión Soviética o peleaba arriba del ring ante Iván Drago.
Rocky, Iván Drago y el botón rojo
Por Mauro Meyer
Rocky y su encarnizada lucha con Iván Drago. Época de Guerra Fría. De buenos y malos.
Después, en la escuela, aprender sobre lo que significó la caída del muro de Berlín en 1989 y comenzar a escuchar de la famosa Guerra Fría. Según cuentan los libros, este enfrentamiento político, económico, social, ideológico, militar e informativo se inició tras finalizar la Segunda Guerra Mundial entre el bloque occidental (occidental-capitalista), liderado por los Estados Unidos, y el bloque del este (oriental-comunista), liderado por la Unión Soviética. Sin dudas, algo más realista a lo que pasa en estos momentos y lejos de lo nos mostraban las “pelis” de Hollywood.
Crecimos leyendo y escuchamos sobre esto, sobre los misiles que Rusia instaló en Cuba, sobre las bases militares que Estados Unidos tiene en Europa, sobre la OTAN (la Organización del Tratado del Atlántico Norte) y sobre el famoso e ¿inexistente? botón rojo.
Hoy, los protagonistas de la famosa Guerra Fría parecen ser otros. Vladimir Putin por un lado, Joe Biden y sus aliados por otro, y en el medio el pueblo ucraniano con su presidente Volodímir Zelenski. Aunque no hay que olvidarse de otro “villano”: Kim Jong-Un. El líder de Corea del Norte le había dado la bienvenida al año 2018 con una amenaza para EE.UU.: “El botón nuclear está siempre en mi escritorio y todo Estados Unidos está al alcance de mi arsenal atómico. Esta es la realidad, no una mera amenaza”, enfatizó el líder norcoreano ante las cámaras de televisión.
En ese momento, las amenazas llegaron después de una creciente tensión entre ambos países, que alardean de tener uno de los sistemas más letales de misiles de largo alcance que podrían desencadenar la tercera guerra mundial y que podrían ser activados por el famoso “botón rojo nuclear”.
Por ese entonces, todos temíamos a la respuesta que pudiera tener esa amenaza por parte de Donald Trump, el excéntrico presidente norteamericano. Sin embargo, no pasaron de eso, de “medirse” abajo del ring sin tirar ningún golpe.
En el presente, Putin nos hace nuevamente pensar en épocas pasadas. En la controversia con los países de occidente y en otra amenaza de una guerra sin precedentes. La información de lo que está sucediendo en Ucrania llega desde todos los ámbitos. Y muchos mezclan las cosas, algo que es común desde hace tiempo en nuestro país. Está en cada uno saber discernir, si está interesado, qué es verdad y qué es mentira sobre lo que se cuenta desde tan lejos. Lo cierto es que da un poco de alivio ver a las tropas de Estados Unidos todavía lejos de suelo ucraniano, a pesar de todo el apoyo logístico que en teoría le está dando a Zelenski. Quizás no haya ningún elemento de valor para llevarse de Ucrania.
Pero volviendo a los miedos que uno tuvo de chico, influenciado por el consumo capitalista, el botón rojo aparece otra vez en mi mente.
“Lo primero que debemos entender: el botón nuclear es solo una metáfora”, aclara una investigación periodística publicada en el sitio xataka.com, y que resalta que el proceso de un ataque nuclear es mucho más complejo y complicado que simplemente presionar un botón. Lo que sí existe, según el texto, es una serie de códigos y protocolos que los presidentes deben seguir al momento de decidir el ataque contra otro país y que generalmente están contenidos en una maleta que debe mantenerse siempre a pocos metros del primer jefe de una nación.
Ante esta explicación no sé si tranquilizarme o ponerme más nervioso. Solo espero que si es un botón y de color rojo o una serie de códigos lo que producirá una guerra nuclear, que Putin, Biden o Kim Jong-Un continúen midiéndose, pero afuera del ring. De lo contrario, Rambo, Rocky e Iván Drago pasarán a ser algo más que solamente personajes de la ficción.