¿Qué significa ser argentino?

Este 2 de abril un sentimiento argentino volvió a florecer: la reafirmación de la soberanía sobre las islas Malvinas. A 40 años de la guerra de 1982, este sentimiento se renovó incluso con más fuerza que en años anteriores.

Para este “Día del Veterano y Veterana, Excombatientes y Caídos de las Islas Malvinas" el gobierno nacional eligió como consigna “Malvinas nos une”, una frase que refiere a ese sentimiento argentino y a la certeza de que es compartido por toda o casi toda la sociedad. Efectivamente, todos los sectores políticos (o casi todos) manifestaron públicamente su convencimiento de que las Malvinas son argentinas y de que es necesario seguir reafirmando la soberanía y reclamando su restitución, aunque no siempre se haga referencia al carácter imperialista de la usurpación británica.

Este consenso existía aún antes de la guerra. Cualquiera que tenga más de 45 años tiene algún recuerdo de ese 2 de abril y días posteriores. Aunque haya sido apenas un niño de primer grado, recuerda los noticieros y las transmisiones desde la islas por ATC. Las campañas de donaciones para los soldados. El nacionalismo expresado en banderas y marchas. Las clases alusivas en las escuelas. Los cantitos de cancha reversionados para desafiar a Margaret Thatcher. Recuerda el entusiasmo de muchos adultos por la posibilidad de ganar la guerra. O el escepticismo de algunos otros por el carácter utópico de enfrentar a una potencia bélica. De cualquier manera, el sentimiento por Malvinas existía antes del 82 y por eso se expresó de tal manera. Por eso mientras los gurises jugaban a la pelota en cualquier campito de la provincia aquel 2 de abril de 1982 y alguien llegó con la noticia: “Argentina invadió las Malvinas”, todos sabían de qué se trataba.

Pero después de la derrota, del sufrimiento de miles de familias y de la sangre derramada, el sentimiento pareció dormirse por un tiempo. Los veteranos denuncian que lo que hubo fue un intento de “desmalvinización”. Pero luego se renovó con más fuerza, porque además de la cuestión de la soberanía, en las islas están los restos de los combatientes que murieron defendiendo ese convencimiento de que las Malvinas son argentinas. Jóvenes, muchos de ellos muy jóvenes, de edad de escuela secundaria, que sufrieron las consecuencias de las bombas, del frío, de la falta de preparación y del desprecio de muchos de sus superiores. Hoy nos avergüenza el ocultamiento de los sobrevivientes, obligados a regresar en silencio y olvidados durante años. Muchos de ellos con secuelas, al punto de no poder resistir la experiencia del trauma de la guerra.

Hoy se conocen las historias de esos combatientes y de sus familias, la sociedad se emociona con ellos, reconoce su valor y la entrega por la Patria. Hay que seguir haciéndolo.

Hoy muchas familias han conseguido conocer en qué tumba del cementerio de Darwin están enterrados los restos de sus seres queridos. Ahí está la certeza de esa entrega.

Por lo tanto, el consenso en el sentimiento por Malvinas tiene fundamento. A pesar de las interpretaciones disímiles sobre las motivaciones que llevaron a aquella dictadura genocida a ir a una guerra contra el Reino Unido de Gran Bretaña, la sangre de los caídos y la experiencia de los sobrevivientes vienen a sumar más razones para afirmar que, efectivamente, las islas “unen a los argentinos”.

El otro gran consenso actual de la sociedad es el Nunca Más a la dictadura –como la que decidió la guerra– y democracia para siempre. Apenas un puñado de días separan el 24 de marzo del 2 de abril, dos fechas que motivan expresiones coincidentes en distintas facciones del arco político: en una en contra de la dictadura y en otra a favor de la soberanía sobre las islas.

No abundan los consensos que sobrevuelan a las grietas. Son más bien escasos. Por eso es fundamental construirlos y sostenerlos. Porque de lo contrario, también faltarán respuestas a la pregunta: ¿qué significa ser argentino?