El primer debate presidencial del domingo dejó frases memorables y memes de circulación masiva. Los cinco candidatos, ante la atenta mirada y escucha de todo el país disertaron sobre Economía, Educación, Convivencia Democrática y Derechos Humanos. En la vorágine de los derechos a réplica y las preguntas y respuestas cruzadas –más parecidas a un programa de espectáculos que a un espacio de discusión democrática–, uno llamó a la atención en el intercambio efusivo entre Myriam Bregman (Frente de Izquierda de los Trabajadores) y Javier Milei (La Libertad Avanza). La candidata le consultó a su oponente sobre la brecha salarial entre varones y mujeres: “¿Usted niega al patriarcado por ignorancia o por machismo?”, apuntó. El libertario respondió: “Lo niego por evidencia empírica. Su teoría se cae con los datos”. La discusión siguió con chicaneos sobre quién trabaja en empresas, o cuántas mujeres hay en esos espacios.
Por ignorancia y por machismo
Por Camila Gomez
Ya que solicita una evidencia empírica, hay datos lamentables que muestran que día a día las mujeres convivimos con distintos tipos de violencia: simbólica, económica, sexual, física, psicológica y emocional (en la web de la Organización de las Naciones Unidas se detalla y explica cada una: www.unwomen.org/es). Estas agresiones cotidianas van conformando un conglomerado gigante, que termina –en la mayoría de los casos– en un femicidio, es decir, el asesinato de una mujer por el solo hecho de serlo. Para entenderlo de otro modo: el femicidio es la punta del iceberg, el resto del bloque de hielo tiene magnitudes que desconocemos y está conformado por micromachismos: brecha salarial, estereotipos de belleza, mandatos sociales, culpabilidad, control sobre los círculos afectivos y laborales, manipulación, entre otros.
En este sentido, una de las instituciones que se ocupa de erradicar las violencias hacia las mujeres desde el rol de la comunicación es el observatorio nacional Ahora que sí nos ven. Recopilando las noticias de femicidios y desapariciones en medios de comunicación gráficos y digitales, llevan un registro de la situación y realizan capacitaciones.
Según su último informe, en nuestro país, del 1 de enero al 30 de septiembre de 2023 hubo 231 femicidios. Esto se traduce en un femicidio cada 28 horas en lo que va del año. En Entre Ríos hubo seis femicidios.
Solo durante septiembre hubo 21 femicidios.
En tanto, fueron 274 intentos de femicidio, 43 intentos de femicidios vinculados y cinco transfemicidios/travesticidios.
El observatorio de medios también detalla que el 57% de los femicidios fue cometido por las parejas y exparejas de las víctimas y que el 56.3% de los femicidios ocurrió en la vivienda de la víctima, el lugar que debería ser seguro para ella.
Otro dato que debe tenerse en cuenta es que, del total, 45 víctimas (el 19%) habían realizado al menos una denuncia de violencia de género ante la Justicia y 27 mujeres (el 12%) tenían medidas de protección. (¿Qué otra evidencia empírica de una falla estructural del sistema?)
Ante esta situación, al menos 187 menores perdieron a sus madres como consecuencia de la violencia machista en lo que va de 2023.
En cuanto a los femicidas, la evidencia empírica con la que cuenta Ahora que sí nos ven dice que 49 se fugaron, 36 se suicidaron, 24 ocultaron su autoría, 19 se deshicieron del cuerpo, 11 se entregaron o confesaron, 10 intentaron suicidarse y cuatro solicitaron ayuda. De los demás, aún no hay datos oficiales.
El observatorio concluye en su informe mensual: “Somos el 50% de la población y del electorado, integramos la parte de la población más pobre e impactada por las crisis económicas. Somos quienes sostenemos al mercado, porque sin el tiempo que le dedicamos a las tareas de cuidado éste no podría estar en pie”.
Son evidencias que duelen, son vidas arrancadas. Pero tal vez sirva de shock para actuar con empatía, desnaturalizar el machismo o llamar al 144. Analizar evidencias para dejar la ignorancia es la única salida.