Pasaron varios días de la consagración del fútbol argentino en el mundial de Qatar, y aún siguen las repercusiones del fenómeno Lionel Messi. Afortunadamente el 10 de la Argentina, una vez más se desmarcó de la mejor manera, dejando en off side a la dirigencia política que intentó utilizar el triunfo y la imagen de la selección Argentina.
Lionel Messi bien lejos de los políticos
Por Javier Aragón
Foto: Télam
Lo primero que se deberá decir, es que Messi superó en lo deportivo, en resultados y en su forma de ser, al que pensábamos era el mejor jugador del mundo de todos los tiempos: Diego Armando Maradona.
Nunca pensé volver a sentir lo que el Diego nos dio en los mundiales de 1986 y 1990.
La realidad indica que Messi cómo mínimo lo igualó, o bien como dicen muchos, lo dejó atrás.
Lo cierto es que hay aspectos meramente deportivos que defienden la postura que Leo está un paso adelante. Por cantidad de títulos en sus equipos, copas europeas, internacionales, y ahora se le sumó en la selección las consagraciones de la copa América y el Mundial.
Pero también es notoria la diferencia del Maradona y Messi como personas.
El Diego fue un jugadorazo dentro de la cancha, pero fuera dejó mucho que desear.
Es difícil defenderlo de sus problemas judiciales y policiales, ligados con violencia de género, maltratos y hasta denuncias de secuestro y abusos, tal como se difundió por parte de una mujer cubana.
El tema vinculado con las adicciones, se lo debe tratar como a una víctima, pero eso no justifica para nada el peligroso mundo de las drogas. Y en algún sentido es interesante repensar la teoría que busca alivianar y hasta legalizar el consumo de algunos estupefacientes en la Argentina.
Esa onda promovida demagógicamente choca de plano con la cantidad de adolescentes y jóvenes que están condenados a ser parte del ejército de abandonados en la sociedad.
Maradona por más dinero que tuviera para tratar de realizar los mejores tratamientos, siempre cayó y tropezó con las drogas. Qué será de aquellos que no cuentan con los medios económicos para poder ir a un centro privado, ya que los públicos, son contados con los dedos.
Maradona, además por su personalidad o formación se ligó a figuras políticas llenas de polémicas. Por decir, validó la dictadura de Cuba y los gobiernos que suprimieron derechos y garantías como los de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, en Venezuela. Se llevó muy bien con otros dictadores en el mundo, por el solo hecho de jugar al fútbol. Y en la Argentina se ligó políticamente al kirchnerismo, dejando desilusionados a una gran parte de sus seguidores.
Como respuesta a esta ligazón, el martes a la tarde la vicepresidenta Cristina Kirchner participó de la inauguración de un complejo deportivo que lleva el nombre de Maradona.
Y a la hora de hablar de Messi, no suele aparecer en la parte policial, por el contrario, daría la sensación que se cuida, y trata de mantener una imagen alejada de los escándalos, excesos o situaciones indecorosas.
La política suele estar muy atenta a los resultados deportivos, y de allí es que especulan siempre tratando de llevar agua para su molino.
Se podrá decir que institucionalmente corresponde que un ganador o un equipo que se consagra a nivel mundial, visite al Presidente de un país.
El tema pasa, cuando se buscan segundas intenciones que terminan en escándalo, tal fue el caso de los festejos por la selección en Buenos Aires. Donde el ministro de Seguridad de la Nación se peleó con el presidente de la AFA.
En definitiva, parece ser que si Messi y el resto de los jugadores decidieron no ir a la Casa Rosada,es porque no se olvidaron de algún destrato que sufrió el 10 cuando donó equipo médicos para el Covid, y que quedó misteriosamente en la Aduana por cuestiones no muy claras.
Da la sensación que Leo saltó la grieta, y prefirió evitar una foto. Eso derivó en que desde los medios hegemónicos del oficialismo, comenzaran con una pequeña campaña hablando de que los jugadores de la selección son unos “desclasados”.
Con el paso de los días, llamativamente vino una nueva instalación del nombre nombre Maradona, y una inauguración política. Algunos mal pensados hablaron de gestos y reacciones frente al desaire de la selección.
Lo que Messi logró con la selección saltando la grieta, una vez más quedó entrampado en los laberintos de algunos políticos.