Mucho se habla en el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez de desnaturalizar los estereotipos negativos construidos en relación a las vejeces para evitar conductas discriminatorias, estigmatizantes y fomentar el cumplimiento de los derechos, el empoderamiento y la autonomía de los y las mayores. Ahora bien, falta bastante para que esto efectivamente ocurra en la vida cotidiana, ya que es justamente en las acciones diarias muchas veces prima una mirada excesivamente cruel. Días atrás, la actriz de cine y televisión, ex modelo, ex vedette, conductora y empresaria Moria Casán fue el centro de la polémica al mostrarse con una bikini en una publicación desde su cuenta. Fue en Twitter, donde una usuaria le dedicó el mensaje: “Tápese señora, ubíquese como lo que es, una mujer mayor”, agregando emojis de asco seguidamente.
Las vejeces "permitidas"
Por Araceli Sosa
Esto permite pensar y cuestionar dos puntos: uno de ellos es la liviandad con la que se opina de un cuerpo de una persona mayor, el cual en un momento de la vida fue totalmente halagado y mostrado en cuanta tapa de revista se pudiera. Pero lo que choca es ver a una septuagenaria que vive de manera distinta, y que se diferencia de lo que habitualmente se puede “esperar” de una adulta mayor (que es que esté cubierta de ropa). Resulta extraño si tiene una forma de vestir a contrapelo de la mayoría, lo mismo ocurre si se considera que la inactividad es propia de determinadas edades.
La discriminación por razón de edad puede adoptar muchas formas diferentes. Se puede encontrar en simples comentarios sobre las limitaciones físicas o psicológicas relacionadas con la edad.
En ese sentido, y observando que aún hoy prevalecen representaciones hegemónicas de la vejez, es necesario en principio comprender que se habla de vejeces y no de una vejez ya que existen diferentes formas de envejecer, y que los comentarios como el de la usuaria de Twitter conviven todo el tiempo con nosotros, por lo cual es indispensable que desde las distintas áreas de incumbencia en torno a las vejeces se trabaje en acciones concretas que echen por tierra los conceptos arraigados.
El caso de Casán debe entenderse como apenas un ejemplo de la mirada que sufren todas las personas mayores.
No es menor que la vocera presidencial Gabriela Cerruti tomara postura en la polémica. “Tape sus juicios y sus prejuicios, amiga. Es muy de mujer menor opinar sobre el cuerpo de las demás. Y mucho más menor aún es creer que hay edad para la libertad, el placer o el disfrute de la vida. Gracias @Moria_Casan por tu libertad. #Larevoluciondelasviejas te banca mucho” (SIC), publicó en redes.
No deja de ser el Estado y las áreas intervinientes las que tienen la responsabilidad de generar acciones para terminar con las prácticas discriminatorias hacia las personas mayores. Aunque también tienen otro grado de responsabilidad importante el aporte que puedan hacer la las instituciones educativas, los medios de comunicación, y la educación de las generaciones venideras en el seno familiar.