Desde la creación del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) el sóftbol fue uno de los deportes que mejor aprovechó el aporte económico que brinda el Estado. Ellos comenzaron a viajar a los países que mejor practican el sóftbol. También elevaron la calidad de entrenamientos de los combinados nacionales en ambas ramas.
El sóftbol y un apoyo bien aprovechado
Todo esto quedó reflejado el domingo con el sueño cumplido de ser campeones del mundo a nivel mayores tras vencer al combinado de Japón 3 corridas a 2 en el tercer extra innging. Algo que llena de orgullo y hace llorar a toda la gran familia del sóftbol argentino, que tiene sus raíces en la capital entrerriana.
El Enard es una entidad de derecho público no estatal y autárquica, sin fines de lucro, de gestión público-privada de Argentina, que fue creada por la Ley N° 26.573 sancionada el 2 de diciembre de 2009, que comenzó a funcionar en agosto de 2010.
El mismo está codirigido igualitariamente por el Comité Olímpico Argentino y la Secretaría de Deportes de la Nación. Su función es administrar los recursos económicos y de infraestructura necesarios para el deporte de alto rendimiento y la representación internacional deportiva.
La misma administra un fondo especial formado con el 1% del abono que las empresas de telefonía celular cobran por los servicios de telecomunicaciones. Con dicho fondo la entidad sostiene becas para deportistas, entrenadores y técnicos, cobertura médica para los mismos, infraestructura deportiva, un laboratorio de control de dopaje y los gastos que demanden las competencias. Todo esto fue muy aprovechado por el sóftbol en todo momento. Tanto para los varones, como para las mujeres. Generando fondos para poder afrontar los gastos necesarios para la práctica de un deporte de alto rendimiento.
Los primeros logros llegaron en 2012 con la obtención del primer campeonato mundial Juvenil jugado en Paraná. El equipo nacional con estos fondos realizó una preparación de un par de años viajando y entrenando de la mejor manera. Al mando de Julio Gamarci los chicos consiguieron el campeonato y esta misma base es la que el domingo se consagró a nivel de mayores. Dos años después nuevamente argentina gritó campeón del Mundo en Juveniles y por primera vez fuera de cada. El torneo se jugó en Canadá y Argentina fue sin lugar a dudas. Estos chicos también son el recambio de la Selección Mayor.
Luego este impulso comenzó sentirse en la Primera. Siendo medallistas en Juegos Panamericanos o finalistas en Campeonatos Panamericanos. Entre los 17 elegidos por el staff que encabeza Gamarci, se encontraban 12 jugadores que consiguieron el cuarto puesto en el Campeonato Mundial 2017, igualando la mejor actuación histórica de nuestro país en esta clase de campeonatos. Hablaba que los logros estaban al caer. También varios campeones mundiales juveniles.
Los grandes logros estaban maduros sin lugar a dudas. Y finalmente llegaron el domingo en República Checa ganando nada más y nada menos que un Mundial entre los grandes. Jugando y definiendo en gran nivel. Dando todo en cada partido y yendo paso a paso.
El paranaense Julio Gamarci también es la cabeza visible de este logro soñado. Pero también un grupo de jugadores que nacieron en el seno de los clubes, pero crecieron en la Selección Argentina para llegar a ser los mejores del mundo en el deporte.
Hoy todo el país habla de lo realizado por el sóftbol en el Mundial. Pero pocos saben el sacrificio y lo bien aprovechando que fue el aporte del Enard. A pesar de recibir un recorte notorio, como a todos los deportes, ellos se las arreglaron para llegar de la mejor manera a la ciudad de Praga, República Checa. La base de trabajo ya estaba, venía de casi una década de preparación cuando muchos de estos chicos no era ni Juveniles.
Un aplauso y felicitaciones a una dirigencia y familia del sóftbol por dejar al deporte nacional en lo más alto de una cita ecuménica. Fue un apoyo bien aprovechado por el sóftbol.