Las localidades ribereñas al margen del río Uruguay tienen asimilado que cada tanto el nivel del comportamiento del río tiende a desestabilizar la tranquilidad y sus costas se ven amenazadas con la crecida del mismo. Concordia al igual que varias ciudades han sido recordadas durante muchos años por los importantes daños que han causado las inundaciones, desde el punto de vista edilicios, comercial y sobre todo el desarraigo de las familias que veían como perdían todo.
El desarraigo de ser evacuados
El río Uruguay se mantiene en el orden de los 10 metros de altura en el puerto de Concordia.
Afortunadamente con el paso de los años y en base a experiencias, se constituyó una normativa, mediante ordenanza, de no permitir que familias se instalen por debajo de la cota 14, inclusive quienes estaban allí fueron reubicadas en zona más elevadas para evitar este tipo de evacuaciones.
No obstante, la lucha es peramente porque con la actual crecida que experimentó el Uruguay se debió acudir a retirar algunas casillas que se habían instalado en diferentes zonas y que estarían propensas a la llegada del agua. Desde hace unos días, por suerte el río quedó estacionado en los 10,40 metros aproximadamente y desde allí le da margen al área de hidrología de la Represa de Salto Grande para maniobrar el caudal de agua que baja de la cuenca inmediata.
Actualmente el río se mantiene por debajo de la zona baja de la costanera y no llegó a cubrir la parte alta, de todas maneras hay sectores que se ven perjudicados porque, por ejemplo, el Club Pesca o el Club Regatas ya tienen el agua dentro de sus instalaciones y se trata de un enorme perjuicio.
Inclusive desde el municipio están en plena evaluación de quienes viven en cota 15 para ver de qué manera se puede minimizar cualquier imprevisto de eventuales crecidas futuras. Con un río estabilizado el deseo de todos es que no deban necesitarse una zona de refugiados que se están preparando ante cualquier eventualidad.
Ligia Wurfel es la jefa de Gestión Comunitaria, Social del municipio y días pasados se había en función del comportamiento del reconocido “río de los pájaros”. “El aspecto social es complejo debido a que una familia cuando le llega el agua y tiene que salir de su lugar, se producen muchos cambios, la incomodidad de estar evacuados y, por supuesto, las perdidas porque siempre algo se pierde”, contó. Al mismo tiempo precisó que hay zonas costeras, que con este río cercano a los 11 metros, habría familias evacuadas si no se hubiese saneado las zonas costeras.
De todas maneras, hay familias que aún se deben trasladar de algunos sectores–por ejemplo del otro lado de la Defensa Sur–, pero como lo comentó la funcionaria, no se trata de construir una casa y sacarlas del lugar, sino que hay todo un aspecto social, de desarraigo del lugar. Para ella es un proceso que se debe llevar adelante poco a poco. Son aproximadamente unas 600 familias ya reubicadas, pero aún quedan otras más por cumplir con ese objetivo de salir de una zona vulnerable ante la crecida del río. “Hoy por hoy, si se llega a los 14 metros no se está pensando en tantas familias por evacuar como en otros tiempos”, reflexionó.