Raúl Barboza vuelve a Paraná con su espectáculo titulado Universo Chamamé. Acompañado por sus músicos y el violinista Ramiro Gallo como invitado especial, estará nuevamente en el Teatro Municipal 3 de Febrero, el viernes desde las 21.
Raúl Barboza, una vida consagrada al acordeón
Universo Chamamé. El gran acordeonista y compositor se presentará nuevamente en el Teatro 3 de Febrero. Además de sus músicos, lo acompañarán Ramiro Gallo y un ensamble de cuerdas
12 de septiembre 2017 · 15:03hs
El acordeonista radicado en París regresa una vez más a la Argentina para dar una serie de presentaciones alrededor del país. Acompañado por su músicos Nardo González en guitarra y Roy Valenzuela en contrabajo, presentará obras de su extensa trayectoria, incluido su último disco, Barboza Cuarteto, recientemente editado, y nuevas composiciones de este último tiempo. A su formación se sumará el violinista santafesino, Ramiro Gallo, y un ensamble de cuerdas.
Escenario dialogó con Barboza acerca del concierto que ofrecerá en la capital entrerriana.
—¿De qué se trata Universo Chamamé?
—Es una idea de hacer algo más con la música que yo estoy tocando desde hace varias décadas. Ahora, tal vez es una idea personal, hemos entrado en una nueva etapa, en una nueva posibilidad de crear nuevos sonidos, de darle a los temas que toco habitualmente una coloratura distinta, con un grupo de cuerdas donde el director, Ramiro Gallo, ha hecho los arreglos para el ensamble. Todo estos arreglos los hizo mientras yo estaba en Europa, para que cuando yo llegase a Buenos Aires pudiéramos hacer las presentaciones. Ya hemos hecho tres conciertos con el ensamble, y puedo decir que estoy muy contento con el resultado. Después el público dirá si coincide con mis apreciaciones.
—¿Cómo es la dinámica del ensamble sobre el escenario? ¿Hay margen para la improvisación?
—Es un grupo compacto que obedece a la escritura que se ha hecho, pero yo soy un músico improvisador. Los chicos y las chicas están acostumbrados a trabajar en base a una rigidez que impone la escritura, pero frente a esa rigidez yo trabajo improvisando sobre lo escrito y eso hace que tenga una dinámica distinta a la de la música clásica, para darle una dinámica propia de la música popular. Y hay una mezcla de esas dos cosas, del trabajo escolástico y del trabajo de improvisación, que es lo que yo hago desde muy pequeño.
—En su opinión, ¿el chamamé es música exótica en Europa o ya ha dejado de serlo?
—Soy la única persona, lastimosamente, que anda divulgando esta música por allá. Han estado también los hermano Rudi y Niní Flores un tiempo; pero desafortunadamente, Niní falleció el año pasado. Rudi va y viene, por ahí nos encontramos con él en Francia. Y creo que al principio era una música exótica, pero de a poco ha entrado en el corazón de la gente. Es más, en octubre en París daremos dos conciertos con un ensamble de músicos clásicos. Eso da la pauta de que el chamamé allá es considerado como un género enmarcado en la música del mundo. Nadie hace en Europa ningún tipo de distinción, pero acá sí; en Argentina muchos piensan que es una música de bajo valor, mientras que en Europa sucede lo contrario. Por eso con Ramiro Gallo y su ensamble queremos agregarle un color nuevo a todos los hermosos colores que el chamamé tiene y que nuestra gente los pueda apreciar.
—¿Cuánto tiempo le dedica al acordeón en su vida cotidiana?
—Me levanto temprano, me preparo el mate y comienzo a trabajar el instrumento, hago escalas y demás ejercicios. Después de almorzar toco otro rato, a la tardecita también. Yo trabajo permanentemente con el acordeón, no solamente estudiando el instrumento, sino también componiendo, teniendo contacto con mis colegas. Yo estoy dedicado de lleno al acordeón. Como cualquier deportista hace de su deporte una necesidad, yo lo hago con el acordeón.
Escenario dialogó con Barboza acerca del concierto que ofrecerá en la capital entrerriana.
—¿De qué se trata Universo Chamamé?
—Es una idea de hacer algo más con la música que yo estoy tocando desde hace varias décadas. Ahora, tal vez es una idea personal, hemos entrado en una nueva etapa, en una nueva posibilidad de crear nuevos sonidos, de darle a los temas que toco habitualmente una coloratura distinta, con un grupo de cuerdas donde el director, Ramiro Gallo, ha hecho los arreglos para el ensamble. Todo estos arreglos los hizo mientras yo estaba en Europa, para que cuando yo llegase a Buenos Aires pudiéramos hacer las presentaciones. Ya hemos hecho tres conciertos con el ensamble, y puedo decir que estoy muy contento con el resultado. Después el público dirá si coincide con mis apreciaciones.
—¿Cómo es la dinámica del ensamble sobre el escenario? ¿Hay margen para la improvisación?
—Es un grupo compacto que obedece a la escritura que se ha hecho, pero yo soy un músico improvisador. Los chicos y las chicas están acostumbrados a trabajar en base a una rigidez que impone la escritura, pero frente a esa rigidez yo trabajo improvisando sobre lo escrito y eso hace que tenga una dinámica distinta a la de la música clásica, para darle una dinámica propia de la música popular. Y hay una mezcla de esas dos cosas, del trabajo escolástico y del trabajo de improvisación, que es lo que yo hago desde muy pequeño.
—En su opinión, ¿el chamamé es música exótica en Europa o ya ha dejado de serlo?
—Soy la única persona, lastimosamente, que anda divulgando esta música por allá. Han estado también los hermano Rudi y Niní Flores un tiempo; pero desafortunadamente, Niní falleció el año pasado. Rudi va y viene, por ahí nos encontramos con él en Francia. Y creo que al principio era una música exótica, pero de a poco ha entrado en el corazón de la gente. Es más, en octubre en París daremos dos conciertos con un ensamble de músicos clásicos. Eso da la pauta de que el chamamé allá es considerado como un género enmarcado en la música del mundo. Nadie hace en Europa ningún tipo de distinción, pero acá sí; en Argentina muchos piensan que es una música de bajo valor, mientras que en Europa sucede lo contrario. Por eso con Ramiro Gallo y su ensamble queremos agregarle un color nuevo a todos los hermosos colores que el chamamé tiene y que nuestra gente los pueda apreciar.
—¿Cuánto tiempo le dedica al acordeón en su vida cotidiana?
—Me levanto temprano, me preparo el mate y comienzo a trabajar el instrumento, hago escalas y demás ejercicios. Después de almorzar toco otro rato, a la tardecita también. Yo trabajo permanentemente con el acordeón, no solamente estudiando el instrumento, sino también componiendo, teniendo contacto con mis colegas. Yo estoy dedicado de lleno al acordeón. Como cualquier deportista hace de su deporte una necesidad, yo lo hago con el acordeón.
Vida y obra
Hijo de padres guaraníes, en junio de 1938 nació en Buenos Aires, Raúl Barboza. Sus primeros pasos en la música los dio en 1945, cuando su padre le regaló un acordeón e incursionó en el arte de la técnica del chamamé. A sus 9 años se gana el mote de "Raulito, el Mago", por su habilidad con el instrumento.
En 1950 graba su primer álbum con el grupo Irupé. Tres años después forma su propia agrupación con la que recorre el país durante 10 años.
En 1962 participa como instrumentista en la música de Ariel Ramírez, para el film Los inundados, de Fernando Birri; y participa también de la Misa Criolla.
En 1964 edita su primer álbum como Raúl Barboza, en el sello Columbia. Dos años más tarde, en 1966, realiza el espectáculo Folklore 150 por el festejo del 150° Aniversario de la independencia argentina, junto a Jaime Torres, Ariel Ramírez y Ramón Navarro, en el teatro Odeón de Buenos Aires.
Ya habiendo llegado a Brasil, logra llevar su música a Rusia, en 1971.En 1973 participa del film El Canto y Su Paisaje, junto a Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú y Los Chalchaleros.
Durante esta década graba más de 20 álbumes y participa de trabajos discográficos de colegas como Mercedes Sosa y Jairo, entre otros.
Llega una nueva década y llegan nuevos destinos. En 1981 viaja a Japón. En 1985 recibe el premio Konex a una de las cinco mejores figuras en la historia de la música popular argentina como instrumentista de folclore.
En 1987 tiene el honor de participar con el acordeón en el chamamé La Anunciación, durante la grabación de La Misa Criolla, por José Carreras. El mismo año se radica en Francia junto a Olga, su esposa, y Astor Piazzolla lo recomienda en el Trottoirs de Buenos Aires, desde donde lo contratan y es el primer músico en llevar el chamamé a París.
A nivel internacional es distinguido al presentar su primer disco en Francia por el premio Grand Prix Charles Cros, luego con otras producciones musicales lo obtiene dos veces más. Recibe además los premios: 4 Ciefs Événement Télérama, Diapason d'or y Choc Le Monde de la Musique, convirtiéndose de este modo en el tercer artista argentino, después de Atahualpa Yupanqui y Astor Piazzolla, en recibir tales distinciones. Además, el Ministerio de Cultura y Comunicación de Francia en el año 2001 le otorga el título de Caballero de las Artes y las Letras.
Vinculado a reconocidos artistas de la música popular y otros que exceden el género folclórico, a lo largo de su carrera el acordeonista ha compartido escenarios, grabaciones y amistades con íconos como Astor Piazolla, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Marcel Azzolá, Richard Galliano, Carlos García, León Gieco, Jairo, Ramón Navarro, Denis Tuveri, Cesária Évora, Peter Gabriel, Lito Vitale, Antonio Tarragó Ros, Juanjo Domínguez, Jaime Torres, Ariel Ramírez, Rudi Flores, Ildo Patriarca y Chango Spasiuk entre muchos otros artistas.
Hijo de padres guaraníes, en junio de 1938 nació en Buenos Aires, Raúl Barboza. Sus primeros pasos en la música los dio en 1945, cuando su padre le regaló un acordeón e incursionó en el arte de la técnica del chamamé. A sus 9 años se gana el mote de "Raulito, el Mago", por su habilidad con el instrumento.
En 1950 graba su primer álbum con el grupo Irupé. Tres años después forma su propia agrupación con la que recorre el país durante 10 años.
En 1962 participa como instrumentista en la música de Ariel Ramírez, para el film Los inundados, de Fernando Birri; y participa también de la Misa Criolla.
En 1964 edita su primer álbum como Raúl Barboza, en el sello Columbia. Dos años más tarde, en 1966, realiza el espectáculo Folklore 150 por el festejo del 150° Aniversario de la independencia argentina, junto a Jaime Torres, Ariel Ramírez y Ramón Navarro, en el teatro Odeón de Buenos Aires.
Ya habiendo llegado a Brasil, logra llevar su música a Rusia, en 1971.En 1973 participa del film El Canto y Su Paisaje, junto a Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú y Los Chalchaleros.
Durante esta década graba más de 20 álbumes y participa de trabajos discográficos de colegas como Mercedes Sosa y Jairo, entre otros.
Llega una nueva década y llegan nuevos destinos. En 1981 viaja a Japón. En 1985 recibe el premio Konex a una de las cinco mejores figuras en la historia de la música popular argentina como instrumentista de folclore.
En 1987 tiene el honor de participar con el acordeón en el chamamé La Anunciación, durante la grabación de La Misa Criolla, por José Carreras. El mismo año se radica en Francia junto a Olga, su esposa, y Astor Piazzolla lo recomienda en el Trottoirs de Buenos Aires, desde donde lo contratan y es el primer músico en llevar el chamamé a París.
A nivel internacional es distinguido al presentar su primer disco en Francia por el premio Grand Prix Charles Cros, luego con otras producciones musicales lo obtiene dos veces más. Recibe además los premios: 4 Ciefs Événement Télérama, Diapason d'or y Choc Le Monde de la Musique, convirtiéndose de este modo en el tercer artista argentino, después de Atahualpa Yupanqui y Astor Piazzolla, en recibir tales distinciones. Además, el Ministerio de Cultura y Comunicación de Francia en el año 2001 le otorga el título de Caballero de las Artes y las Letras.
Vinculado a reconocidos artistas de la música popular y otros que exceden el género folclórico, a lo largo de su carrera el acordeonista ha compartido escenarios, grabaciones y amistades con íconos como Astor Piazolla, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Marcel Azzolá, Richard Galliano, Carlos García, León Gieco, Jairo, Ramón Navarro, Denis Tuveri, Cesária Évora, Peter Gabriel, Lito Vitale, Antonio Tarragó Ros, Juanjo Domínguez, Jaime Torres, Ariel Ramírez, Rudi Flores, Ildo Patriarca y Chango Spasiuk entre muchos otros artistas.