Hoy se conmemora el Día de la Enfermería Argentina, en honor a Nuestra Señora de los Remedios, patrona de la actividad. Se trata de una de las profesiones más requeridas, habida cuenta de una necesidad concreta, sobre todo en estos tiempos de pandemia. Enfermeros y enfermeras son quienes están desde hace meses en la primera línea luchando contra el coronavirus atendiendo a los pacientes, aun cuando están expuestos a contagiarse con el virus que sorprendió al mundo.
Enfermeros conmemoran su Día con un fuerte compromiso contra el Covid-19
Por Vanesa Erbes
La vocación es fundamental para dedicarse a esta profesión. Además del cuidado, son los enfermeros y las enfermeras quienes acompañan a los pacientes en todo momento y brindan palabras de afecto y esperanza en una situación compleja.
Carina Emili es desde este año la jefa del Departamento de Enfermería del hospital San Martín de Paraná, institución en la que hay 374 enfermeros y enfermeras, y en la que ella empezó a trabajar hace 33 años. Tenía tan solo 17 años de edad.
Sobre la pandemia, contó a UNO: “Este año teníamos preparados muchos festejos, jornadas y trabajos de investigación, porque es el Año Internacional de los Profesionales de la Enfermería y de la Partería. Pero esta pandemia nos sorprendió a todos, a nosotros como profesionales de la salud, y por supuesto a la comunidad”, comentó a UNO.
A su vez, subrayó: “En tiempo record tuvimos que aprender a adaptarnos, reinventarnos, capacitarnos y organizar servicios Covid. Al principio fue desconcertante, porque nunca vivimos una situación así, pero hoy en día gracias a Dios que estamos un poco más tranquilos. Fue un desafío muy grande, pero es una tarea que hago con total dedicación, responsabilidad y amor, sabiendo que lo que estamos haciendo es brindar lo mejor desde todo el equipo de salud”.
Emili es licenciada en Enfermería y docente de esta carrera en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader). Aunque le apasiona lo que hace, comenzó este año sus trámites para jubilarse, aún sabiendo que extrañará su labor. “Dentro de toda mi carrera hospitalaria siempre brindé todo, con mucho amor, porque elegí mi profesión por vocación”, destacó, y agregó: “Nuestra satisfacción más grande es que el paciente se recupere y pueda recibir el alta. Nos entristece mucho cuando alguno de ellos fallece, sobre todo en este contexto, en el que en ocasiones no puede estar acompañado por la familia”.
Respecto a los temores de enfrentarse a diario con el Covid, manifestó: “Todo el personal está expuesto al contagio, si bien los elementos de protección nunca nos han faltado. Al principio quizás teníamos un poco más de temor de llevar el virus a nuestros hogares y contagiar a nuestras familias, sobre todo los colegas que están en contacto con los pacientes con Covid, porque era todo tan nuevo. Pero respetamos las medidas de bioseguridad y aprendimos el procedimiento para cuidarnos”.
Por otra parte, lamentó que muchas veces la población se relaje con los cuidados, y recalcó: “Si bien hay una luz de esperanza con la vacuna, esto no termina acá. Hay que seguir cuidándose con la higiene, el uso de barbijo, evitar las reuniones sociales y cuidar sobre todo a los adultos mayores”.
Alina Roldán es una de las enfermeras más jóvenes del nosocomio: tiene 22 años y hace dos que forma parte del equipo. Al principio estaba en el servicio de Traumatología para hombres, pero al haber pocos pacientes, ya que con la cuarentena habían diminuido los accidentes, recibió la propuesta de hacerse cargo a partir de agosto de la Sala 6, destinada a pacientes con Covid. “Acepté y ahí estoy en contacto directo con pacientes contagiados. Tenemos que ponernos el equipo de protección personal y tuvimos que aprender a colocárnoslo correctamente y acostumbrarnos a usarlo para no contagiarnos ni contagiar a nuestros seres queridos cuando nos vamos a nuestra a casa”, señaló.
Sobre este punto, confió a UNO: “Vivimos con mi abuela y más que nada teníamos miedo por ella, pero he tomado todos los recaudos y nadie de mi familia se ha contagiado, y yo tampoco gracias a Dios. Va mucho en los cuidados que uno tenga y en lo consciente que uno sea de la enfermedad, con el lavado continuo de manos, con pasarnos alcohol en las zapatillas, en la mochila, en la ropa que llevamos”.
Roldán, recibida en la Uader, se decidió a estudiar Enfermería porque conoció junto a su abuela, que es enfermera jubilada, las satisfacciones de ayudar a los demás. “Estaba entre Enfermería y Medicina, pero me decidí por la primera opción porque posibilita mayor comunicación y trato personal con los pacientes. Y cuando empecé a trabajar me di cuenta de que uno puede hacer más que curar las patologías: también desde este lugar se puede ser un sostén emocional para la persona, sobre todo para estos pacientes que están aislados, que por ahí pasan 10 días o más sin ver a la familia”, dijo, y aseguró: “Cada uno de los enfermeros tenemos nuestra propia creencia y es a lo que nos aferramos para tener fortaleza para encarar cada día”.
Patricia Sanabria es supervisora de Atención Primaria del Departamento de Enfermería del hospital San Martín. Empezó a trabajar en el nosocomio a los 19 años, como instrumentista quirúrgica, pero un par de años más tarde prefirió la Enfermería: “Hace 24 años que estoy en el Hospital y hace 18 años que soy docente de Enfermería en la Cruz Roja. Hice la licenciatura en Enfermería porque al empezar a relacionarme con los pacientes, brindarme y cuidar al otro, me pareció realmente satisfactorio y me empezó a llenar el alma ese intercambio que se producía con la otra persona, por ahí simplemente diciéndole palabras cálidas, tomándole la mano, acompañándola”, remarcó.
En su carrera hay cuestiones que la marcaron y explicó: “Ser supervisora de las áreas oncológicas del hospital en Enfermería me cambió la vida: los pacientes me enseñaron a replantearme la vida de otra manera, ya que ellos a pesar de saber que están en la cuenta regresiva, nos reciben con un afecto y un reconocimiento que son increíbles. Y en la docencia, brindar mis conocimientos y experiencia es una enorme satisfacción. Acompañar a los alumnos en su formación y después encontrarlos trabajando como excelentes profesionales y excelentes personas, me llena de orgullo”.
Sanabria también coincidió con sus pares en que fue muy movilizante la primera etapa de la pandemia: “Empezamos a prepararnos, a investigar y tratar de capacitar a nuestros enfermeros con las herramientas que teníamos. El Covid era algo nuevo y no sabíamos exactamente con qué nos íbamos a encontrar. Llegar cada día a trabajar y que todo sea incierto es difícil”, afirmó.
Por último, con visible entusiasmo, contó a UNO: “En lo personal tengo una familia, soy mamá de una nena de 7 años, y adaptarme a los cuidados y recaudos que debía tomar cuando vuelvo a mi casa era angustiante: mi hija siempre corría a recibirme y abrazarme y no podía hacerlo más. Eso fue terrible en la primera etapa”.
Conmemoración
En el patio del hospital San Martín y con los protocolos correspondientes, se realizará hoy a partir de las 9.30 un acto por el Día de la Enfermería Argentina. En la ceremonia rendirán homenaje a los enfermeros entrerrianos fallecidos a causa del Covid, y recordarán a Julia González Ávila, enfermera del hospital San Martín que murió en octubre prestando servicio.