La Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús, más conocida como la Virgen del Cerro de Salta, es hoy el foco del conflicto en la iglesia desde que se conoció la denuncia penal que religiosas del convento San Bernardo de Carmelitas Descalzas le realizaron al arzobispo, monseñor Mario Antonio Cargnello. Diario UNO dialogó con el padre Walter Minigutti, párroco de Santo Domingo Savio en Paraná, iglesia que posee dos imágenes de la Virgen del Cerro, una que estaba entronizada antes de ser nombrado como párroco y otra que se sumó en 2016.
El padre Walter Minigutti analizó la "grieta" por la Virgen del Cerro
Por Dina Puntín
Gentileza parroquia Santo Domingo Savio
Experiencia. El padre Walter contó su vivencia al subir al cerro de Salta. "En ese lugar tuve la gracia de confesar y ser testigo de muchas conversiones", manifestó.
Gentileza padre Walter Minigutti
Primera. Esta imagen de la Inmaculada se encontraba entronizada en la parroquia, antes de que Minigutti sea nombrado párroco de Santo Domingo.
Gentileza padre Walter Minigutti
Llegada. Esta réplica -realizada por artesanos- se manifestó con lágrimas y olor a rosas y desde que llegó a la iglesia dejó de hacerlo.
Gentileza parroquia Santo Domingo Savio
Adoración. La imagen de la Inmaculada -que lloró y olió a rosas- se encuentra en la capilla de Adoración Eucarística Perpetua.
Arzobispado de Salta
Arzobispo. Monseñor Cargnello, que estudió en Paraná, fue denunciado por las Hermanas Carmelitas de Salta y ahora deberá esperar la resolución de la justicia.
Con conceptos claros y como "cura de barrio" reflexionó sobre la "grieta" religiosa que se vive hoy en Salta pero que atañe a los devotos de la virgen de todo el país.
"La imagen de la Inmaculada forma parte de nuestra historia. La primera imagen estaba cuando me hice cargo como párroco de la comunidad de Santo Domingo (ubicada en calle Miguel David 198), se le rezaba el Rosario una vez por semana y se peregrinaba a Salta una o dos veces al año. Pero en 2016, en un barrio cercano a la jurisdicción parroquial una imagen de la Inmaculada (no la que confeccionan las Carmelitas, sino una realizada por artesanos) comienza a manifestarse con lágrimas y olor a rosas; me piden que me acerque y como siempre quise a la Virgen, ir a acompañar y verla es parte de mi espiritualidad, así que fui y pude ser testigo de esa manifestación tan linda. Un día la Virgen peregrinó hacia la parroquia y cuando llegó dejó de llorar. Entonces, después de un tiempo, hicimos el dicernimiento de que la Virgen quería quedarse en este lugar, junto a su hijo Jesús. Por ese tiempo ya comenzábamos con la Adoración Perpetua al Santísimo Sacramento así que un día la entronizamos en nuestra capilla de Adoración", comenzó explicando el sacerdote.
Justamente, el conflicto de fondo en Salta es el respaldo de las Carmelitas a la Virgen del Cerro y el vínculo de las religiosas con María Livia Galiano de Obeid, a quien definen como “vidente" y pregonadora de esta devoción que no es reconocida por la Iglesia institucionalmente aunque, hasta la llegada de monseñor Cargnello al Arzobispado, había convivido sin mayores sobresaltos.
"He viajado a Salta, visité el monasterio San Bernardo de las hermanas Carmelitas, pedimos oración por algunas mamás que tenían riesgo de embarazo y también subí al Cerro. Por aquel tiempo, María Livia todavía hacía la oración de interseción, donde te toca el hombro y pedía por uno. En ese momento tuve ese don del Espíritu Santo que es la dormición. En ese lugar tuve la gracia de confesar y ser testigo de muchas conversiones. Es realmente un lugar de bendición", explicó el padre Walter.
Al respecto, el Vaticano emitió la semana pasada indicaciones donde se les recuerda a las religiosas que deben observar la vida monástica y no involucrarse en un apostolado no autorizado y en contra de la voluntad del arzobispado. Entre esas indicaciones, se les recordó a las religiosas que, si bien gozan de autonomía, están “bajo la vigilancia del obispo diocesano cuya autoridad y acción están establecidas por el derecho” y se les pide no involucrarse en actividades de apostolado como la que se ha generado entorno a una devoción mariana, hasta tanto “el obispo del lugar, o a través de él a la competente Congregación de la Sede Apostólica discernir su veracidad y autorizar las prácticas de culto en este contexto”.
En ese sentido, el padre Walter señaló: "Quiero distinguir lo que sucita la imagen en los fieles, el lugar donde está la Virgen y la fundación, la vidente María Livia, su relación con las Carmelitas. A 1.200 kilómetros de distancia es difícil dar una opinión. Cuando sucedieron los hechos, estaba bendiciendo una casa aquí en Paraná y en los titulares decían 'Obispo denunciado por las hermanas Carmelitas'. Me interioricé en la noticia y era monseñor Mario Cargnello, que estudió acá en Paraná, es un gran sacerdote, lo conocí porque nos dio un retiro y es un hombre muy espiritual. Y a él le toca esta misión de estudiar estas supuestas revelaciones de la Virgen a María Livia, velar por su veracidad, autorizar el culto y todo esto lleva su tiempo. Por eso uno tiene que esperar que la iglesia se expida con respecto y ser muy obedientes porque el obispo tiene el carisma de conducir a la diócesis, a través de su consejo de consultores, presbiteral, es una decisión que él va ir dando con el correr del tiempo. Y con respecto a la denuncia de las hermanas Carmelitas, en lo civil, hay que esperar que la justicia se expida. Recordar que las religiosas forman parte de un monasterio donde viven la clausura, que no es un aislamiento sino la posibilidad de rezar, contemplar y el Vaticano les ha pedido que no formen parte de la fundación porque por ahí el apostolado no es compatible con el carisma de su vocación".
El Vaticano, a través de un comunicado enviado al Arzobispado de Salta, les recordó a dicha comunidad religiosa que “está obligada a la estricta observancia” de las normas, incluida la estricta observancia de la clausura monástica, se les objeta que hayan “implicado” al monasterio en una iniciativa que va en “contra la voluntad del obispo y de los sacerdotes de la diócesis, que lleva a una división de la comunidad de la Iglesia local y a conflictos”.
“El monasterio, permitiendo a la ‘vidente’, la señora María Livia Galiano de Obeid, vivir en los locales propios y asignando algunos espacios para los peregrinos cercanos a este contexto, está claramente involucrado completamente en esta obra, contra la voluntad de la Iglesia local”, les advierten.
“Es necesario señalar con fuerza que la comunidad de las Carmelitas Descalzas de Salta debe vivir plenamente el carisma carmelita, no una obra que en consecuencia lleva a situaciones de tensión. Por esto se recomienda también una formación renovada en el espíritu de la Regla y según la tradición carmelitana, observando la propia tradición de vida monástica. En diálogo con el obispo del lugar, se debería instituir una forma estable de reuniones regulares, que serviría para enfrentar las situaciones problemáticas de modo continuo”, sostienen.
Este 3 de mayo se debía realizar una audiencia judicial por la denuncia de las monjas pero monseñor Cargnello se encuentra en Buenos Aires, participando de la 120º Asamblea Plenaria del Episcopado Argentino, así que fue suspendida.
"No se prohibe ir al santuario, subir el cerro, tener momentos de oración, visitar la gruta de la Virgen; además, a nivel arquidiocesano hay que rezar para que esto no provoque una grieta, sino la unidad. Los conflictos, como en todas relaciones humanas, aparecen pero siempre es el amor lo que nos tiene que unir. Acá me han preguntado algunos fieles qué ha pasado, hemos tratado de hacer un discernimiento pero la consigna es esperar que las autoridades se expidan al respecto, tener paciencia pero unidos como hijos. A rezar el Rosario, a convertirnos, a velar por la unidad de la iglesia", expresó Minigutti.
Según los medios salteños, el detonante de los conflictos, en los últimos tiempos, se habría producido en 2020, en ocasión del velatorio de una religiosa. La comunidad había instalado allí una imagen de la Virgen del Cerro, que Cargnello sintió como un agravio a su autoridad y, al parecer, intentó quitarla personalmente y con forcejeos, por lo que fue denunciado penalmente.
Además de la disputa administrativa, por la gestión económica del convento, este conflicto pone en crisis una devoción multitudinaria, como es la de la virgen del Cerro, que se ha convertido en un fenómeno nacional.
"'Divide y reinarás' dice un viejo dicho, el enemigo está siempre presente, por eso hay que rezar por el arzobispo Mario Cargnello, por las hermanas Carmelitas que son como el pararrayos de la iglesia, con su oración ayudan a la santidad de los sacerdotes, a la santidad del pueblo fiel, para que Dios las ilumine y proteja y por María Livia que tiene esta misión de llevar el amor de la Virgen, en esa espera de la veracidad de los hechos, como todos los videntes han tenido sus problemas, sus dificultades, recordamos a los tres pastorcitos de Fátima, tiempo al tiempo. Que la Virgen nos de la gracia que más necesitemos, sobre todo porque el país nos necesita, a los cristianos, a los católicos, a los que somos Marianos para que esta Argentina de María brille más que nunca con la luz de la fe", finalizó el padre Walter.