El investigador estadounidense Peter Kornbluh trabaja desde hace más de cuatro décadas con documentos desclasificados que demuestran las acciones de Estados Unidos para derrocar al presidente de Chile Salvador Allende a inicios de los años 70 y, en diálogo con Télam, aseguró que el 50 aniversario del golpe generó un debate “dramático”, ya que aún existe el "negacionismo", y se refirió al aporte que ofrecieron sus hallazgos en ese contexto.
Chile: los documentos desclasificados que prueban el accionar de EE.UU en el golpe contra Allende
“Como parte de estas conmemoraciones hay un debate muy dramático, dinámico y difícil en la sociedad, y parte del debate son las causas del golpe. Hay mucho negacionismo aquí en Chile. Por eso, los documentos desclasificados sobre el rol de Estados Unidos al empujar un golpe de Estado contra Allende ha llegado en un momento bueno”, dijo Kornbluh desde el país andino, donde participa de actividades de conmemoración por los 50 años del golpe.
“El aniversario ha subido las divisiones y la polarización en la sociedad chilena, pero el debate es fuerte y los documentos desclasificados han estado circulando en Chile para aportar al debate”, agregó.
El estadounidense, director de investigaciones sobre Chile y Cuba en el Archivo Nacional de Seguridad -entidad sin fines de lucro ligada a la Universidad George Washington-, se encargó de organizar más de 25.000 documentos desclasificados por el Consejo de Seguridad Nacional, el principal foro de consulta de los presidentes de EEUU, y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), entre otros organismos.
Los archivos comprenden el período previo a la victoria de Allende en 1970 hasta los últimos años de la dictadura, que fue hasta el año 1990, y permiten reconstruir algunas reuniones con días, horas, lugares, invitados y detalles de las estrategias trazadas.
Nixon ordenó impedir la asunción de Allende
Una de las primeras escenas que describe el investigador es una reunión en la Casa Blanca en la que el presidente Richard Nixon dio órdenes al entonces asesor de Seguridad Nacional, Henry Kissinger; el director de la CIA, Richard Helms; y otros funcionarios, de promover un golpe que impidiese la asunción de Allende el 3 de noviembre de 1970.
En caso de que llegar a asumir, derrocarlo era la siguiente opción.
Los métodos para esos fines fueron desde el secuestro del jefe del Ejército René Schneider -a quien buscaban “neutralizar” por ser defensor de la Constitución y además atribuir la autoría del hecho a la izquierda-, boicots económicos, financiamiento a partidos “no marxistas” y erogaciones millonarias para medios como el diario El Mercurio.
“Las notas manuscritas del director de la CIA recogen las directrices dictadas por el presidente: ¡Salvar a Chile, aunque solo haya 1 posibilidad contra 10! El gasto vale la pena (...) Hacer saltar la economía. 48 horas para un plan de acción”, citó Kornbluh en su libro y remarcó que ese punteo “se convertiría en el primer documento que registra la orden de un presidente estadounidense de derrocar un gobierno elegido democráticamente”.
Kornbluh destacó que se estén haciendo acciones para difundir los hallazgos de las desclasificaciones, que van desde la edición ampliada de su libro hasta la transmisión que hizo esta semana el canal Chile Visión del documental “Operación Chile: Top Secret”.
Pese a la documentación respecto a las implicaciones de Estados Unidos en el golpe y a las complicidades de partidos, empresarios, militares y medios de comunicación, el debate no está saldado.
Las fuerzas de la oposición al Gobierno del presidente Gabriel Boric recrudecieron la discusión pública previa a las conmemoraciones por el 11 de septiembre.
Líderes del Partido Republicano, del excandidato a presidente José Antonio Kast; de la Unión Demócrata Independiente (UDI), creada por el ideólogo de la constitución pinochetista Jaime Guzmán; o de la coalición Chile Vamos rechazaron el compromiso con la democracia que el Gobierno propuso que firmaran el próximo lunes.
Además, presentaron su propia versión, después de que en los últimos meses algunos de ellos definieran a Pinochet como un “estadista” y pidieran destacar los aspectos positivos de su gestión al frente del Ejecutivo.
El presidente de la UDI, el senador Javier Macaya, dijo esta semana que su espacio no está dispuesto a participar “en hitos que generen más división” en la sociedad y relativizó el golpe de Estado, al asegurar que es un hecho “que no tiene una sola mirada”.
Además de ciertos sectores de la política, según el investigador, existe cierta reivindicación de la dictadura en los medios, que incluso fueron quienes alentaron la idea de llevarlo a cabo.
De hecho, la iniciativa de Nixon tuvo entre sus principales motivadores al empresario chileno Agustín Edwards, dueño del diario El Mercurio y distribuidor de las gaseosas Pepsi, quien tuvo reuniones cara a cara con el presidente y también con Kissinger y Helms.
“Nixon había asumido un papel personal. Lo había impulsado a actuar el 14 de septiembre Agustín Edwards (...) quien había acudido a Washington para advertirlo de las consecuencias que podría tener la llegada de Allende al poder”, relató Kissinger en su libro de memorias White House Years.
Edwards, sin embargo, siempre dijo que no se acordaba de esa reunión, según recapituló Kornbluh.
“La prensa en Chile, como en otras partes del mundo, está dividida. Están los que difunden fake news y El Mercurio sigue con el mismo rol que hace 50 años”, describió.
"Chile es un símbolo de la amenaza a las estructuras de la democracia"
Las motivaciones de EEUU en contra de Allende quedaron expuestas en un memorando secreto escrito dos días después de que asumiera y que fue revelado por Kornbluh. Allí, Kissinger explicitó por qué era necesario que la opción socialista que llegó a través de las urnas fracasara.
El consejero de seguridad le dijo a Nixon: “La resolución que adopte al respecto puede ser la decisión más histórica y complicada que adopte usted en este año en política exterior”.
Un debate sobre el presente y el futuro
Kornbluh asegura que la revisión de este historial documentado no es únicamente una revisión del pasado, sino que “es un debate sobre el presente y el futuro” y que “la historia puede tener un impacto relevante para todo el mundo, porque Chile es un símbolo de la amenaza a las estructuras de la democracia y del que se pueden sacar lecciones”.
Para el investigador, se trata de “una lucha de justicia contra una amenaza real” contra la democracia y que esa amenaza encuentra un “modelo” en el expresidente estadounidense Donald Trump.
Ese modelo “está pasando a otros países, incluido Chile, donde hay desinformación y una falta de respeto a cualquier institución de gobierno o que representa participación popular”, dijo y agregó: “Trump quiere poder por el poder mismo, no tiene valores y hay cada vez más gente en la derecha en Chile, Argentina, Brasil y otras partes que están siguiendo ese modelo”.
Kornbluh también participó de distintas iniciativas para lograr que se produjeran esas desclasificaciones y destaca que existen otros investigadores que encabezan esfuerzos similares.
La congresista demócrata estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez visitó Chile el mes pasado y antes de su viaje presentó una iniciativa en el Congreso para desclasificar documentos de la CIA sobre ese país que aún se mantienen bajo secreto.
Ariadna Dacil Lanza/Télam