El año 2020 demostró como nunca el impacto que internet generado en nuestras vidas. Fue ese el espacio adonde muchos nos refugiamos en los largos días de cuarentena, ya sea para entretenernos, trabajar, leer, hacer algún curso online, o ver algún recital virtual.
La necesidad del uso de internet
Pero al mismo tiempo lo que también demostró, es la enorme desigualdad y la cantidad de hogares que todavía no cuentan con este servicio. Internet se ha convertido en una necesidad. El depender de ella para asistir a clases o para trabajar, devela lo sujetos que estamos a este servicio para muchas de nuestras actividades cotidianas.
Desde el año 2016 el uso de internet fue declarado por las Naciones Unidas, como un derecho humano y un servicio de consumo básico, poniéndolo al nivel del agua, la comida y el techo. Es que sin él, se corre el grave riesgo de quedar fuera del sistema tanto educativo como laboral.
El acceso a la información también se pone en jaque en este debate, ya que a través del internet podemos acceder a miles de contenidos, medios de comunicación, material de lectura y estudio, y hasta a libros enteros. ¿Pero qué pasa si no contamos con este servicio? Nos estamos quedando afuera del acceso a toda esta información.
Un mal servicio, también pone de manifiesto la importancia de una conexión estable para poder realizar las tareas más básicas. Ya que de nada serviría el servicio de internet si no puedo mantenerme conectado en toda una clase online por la baja estabilidad.
Hoy por hoy, cualquier persona que quiera estudiar una carrera Universitaria o Terciaria, sabe que deberá contar con internet. Más allá de si las clases son presenciales, el internet se usa para investigar, enviar trabajos, para comunicarse con profesores y compañeros, en foros para despejar dudas, y para acceder al Campus Virtual, donde se corroboran las notas en los exámenes, entre otras actividades.
Hoy gracias a internet, tenemos la posibilidad de acceder a lugares inimaginables tiempo atrás. Podemos conocer cómo se ve Italia o el Caribe, a través de fotos, videos o hasta de Google Maps. También, enviar fotos a una persona que se encuentra del otro lado del hemisferio.
Es posible acceder a educación, diversión y sociabilización, con personas que ni siquiera conocemos personalmente. Conocer minuto a minuto qué esta pasando en Rusia, o ver el último estreno del cine coreano. Acceder a diversas fuentes de entretenimiento, porque esta también es una parte importante de nuestras vidas, o hasta asistir a una clase del gym en casa.
Chip prepago como alternativa
A raíz de las desigualdades manifiestas, para saldar esta brecha se fueron abriendo otro tipo de posibilidades en cuanto a la contratación de internet, existiendo planes para todos los bolsillos. Surgieron incluso packs de chip prepago para aquellos que necesiten usar internet para una tarea puntual, y puedan hacerlo desde su celular.
El chip prepago, da la oportunidad de no atarse a ninguna factura fija, y poder recurrir a distintos packs que provean de los Megabytes que se necesiten para navegar por internet. Simplemente hay que adquirir un chip Personal en cualquier kiosco o comercio asociado, activarlo a través del *234#, y ya está listo para recargar.
A partir de allí, está la opción de cargar el monto que se desee por la cantidad de gigas que se necesiten. Por ejemplo, por $360 se recargan 2 GB y WhatsApp gratis por 7 días. O por $220 se recargan 2 GB más WhatsApp libre por 3 días.
Para aquellos que no hagan un uso de internet tan exhaustivo, sino que simplemente lo necesiten para tareas puntuales y que requieran un nivel medio de velocidad, existe la contratación de internet por 50 MB, a $1990 finales por mes, el cual sigue siendo un buen servicio para realizar cualquier actividad.
Hay opciones intermedias y muy buenas, como de 100 o 300 MB, y el servicio Premium de 1000 MB, para aquellos que utilizan internet para casi todo, y precisan de una velocidad excelente de internet, a $4850 finales por mes.
Ya sea a través de un plan mensual, o a través de un chip prepago, las alternativas son varias en función de que todas las personas puedan contar con conectividad, y así ponerse al día con sus actividades cotidianas. Internet ha irrumpido en nuestras vidas, y ha sido para quedarse.