Este lunes abrió la convocatoria para inscribirse en el programa Intercosecha 2022 y se extenderá hasta el 23 de octubre. Se trata de una ayuda económica no remunerativa destinada a trabajadores temporales de los sectores del citrus y el arándano cuando la cosecha merma o termina, y quedan sin ingresos. Para acceder al beneficio, los cosecheros deben acreditar como mínimo tres meses trabajados en el último año y 10 como máximo, con las horas establecidas por convenio y el cumplimiento de los aportes que esto conlleva de parte del productor que requiere de sus servicios.
Cosecheros: se estima que solo el 17% trabaja en blanco
No obstante, si bien se estima que son por lo menos 9.000 personas las que en cada campaña están afectadas a esta actividad en Concordia, el año pasado solo 1.500 pudieron acceder al beneficio, es decir, un 17%, o menos inclusive si se considera que hay trabajadores no registrados. Los demás no alcanzaron a la cantidad de horas que se suman luego para completar el tiempo trabajado exigido. Así lo confirmó a UNO Griselda Jachú, subsecretaria de Empleo y Economía Social de la Municipalidad de esa localidad, el organismo que coordina las inscripciones y las remite al Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.
“Cada vez se va achicando más el número. El año pasado no llegamos ni a 1.500 trabajadores y, 10 años atrás, llegamos a inscribir 11.000. Disminuyó cada vez más con el tiempo”, observó la funcionaria, sobre la situación que se presentó con respecto a este plan, del que la gran mayoría de los cosecheros quedó excluido en 2021.
Asimismo, explicó: “Es un incentivo que se paga en todo el país. En el caso de Concordia, abarca los meses en que no hay cosecha de arándanos y de citrus, que es de diciembre a marzo. Se abonan de dos a cuatro meses la suma de 24.000 pesos, según los aportes que hayan hecho. Lo paga el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación para ayudar en la economía de las personas que no tienen trabajo ese tiempo”.
En este marco, analizó: “A veces no se anotan porque trabajaron en negro durante el tiempo que duró la cosecha y nosotros necesitamos que, al realizar la inscripción, carguen el CUIT de la empresa para la que trabajaron, y ahí se controlan los aportes. O porque hay empresarios que les aportan un día trabajado o dos, cuando en realidad trabajaron 10, y eso no alcanza ni para pagar asignación familiar o jubilación, ya que hay un monto mínimo no imponible que conlleva un recibo de sueldo. Y por ende no llegan a acreditar el mínimo de tres meses que exige el programa para cobrar”.
Consultada acerca de si la situación puede deberse a que el mismo trabajador “pida no ser blanqueado” para no perder algún plan social que esté percibiendo, aclaró: “Hay un decreto presidencial del año pasado, que está vigente, que establece que las personas que tienen programas sociales y se ponen en blanco como zafreros, sobre todo acá que tenemos una zafra de 45 días plenos en el arándano, no pierden el programa social. O sea que no es ese el motivo, y seguramente no es decisión de los trabajadores estar en negro”.
Excluidos de un derecho
Hace poco más de un año, desde la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina dieron cuenta de que en Concordia “El citrus se cosecha de marzo a septiembre, mientras que el arándano va de septiembre a diciembre, y una de las cuestiones clave es que durante tres meses se generan 10.000 puestos de trabajo para la cosecha, que es toda a mano y para la gente le permite complementar perfecto con su trabajo en el citrus”. Al respecto, Jachú señaló que “se estima que puede haber en este momento unos 9.000 trabajadores” y aclaró: “Pasa que siempre dicen que depende de la zafra de arándanos, pero entre esta actividad y el citrus se calcula este número, o más”.
Que solo 1.500 hayan accedido al beneficio en la última convocatoria del Programa Intercosecha alerta sobre la precariedad del sector de los trabajadores y evidencia que deben incrementarse los controles para revertirla. Al respecto, la funcionaria de la Subsecretaría de Empleo y Economía Social de la Municipalidad indicó: “Nosotros solo bajamos un programa, que está vigente en todo el país, y se paga en otros lugares cuando se terminan las zafras de cada región, como la de la manzana, del algodón, de la yerba mate y demás. En Concordia nos enteramos que hay irregularidades, porque la gente no cumple los requisitos al inscribirse. Hay dos entidades encargadas de hacer los controles: uno la Secretaría de Trabajo de la provincia y el otro el Ministerio de Trabajo de la Nación”.
Al respecto, Alcides Camejo, el secretario general del Sindicato de la Fruta de Concordia, aseguró a UNO: “Vengo denunciando esto hace años. Es gravísima la situación. Los citricultores generalmente son negreros y no hay un Estado presente, porque deberían hacer los controles el Ministerio de Trabajo de la Nación y la Secretaría de Trabajo de la provincia”.
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“Lo de los productores lisa y llanamente se llama evasión, que lamentablemente no lo ve ni la AFIP ni el gobierno, el Ministerio de Trabajo de la Nación y la Secretaría de Trabajo de la provincia. Lo hemos denunciado, pero no tenemos poder de policía para hacer algo, y en la misma situación está Subsecretaría de Empleo y Economía Social de la Municipalidad. No podemos hacer controles en este sentido”, explicó.
En su caso, opinó que la cantidad de trabajadores del sector es superior: “Son casi 25.000 en el citrus, más otros 10.000 en el arándano”, dijo, y lamentó: “La mayoría no se da cuenta de que todo el año son cómplices de los empresarios, porque permiten que les pongan un día trabajado cuando en realidad fue una quincena. Lo máximo que le suelen poner son cinco días por mes, cuando el Convenio Colectivo dice que deben ser 23, y así nunca van a llegar a los tres meses trabajados en el año para acceder al Programa y cobrar los 24.000 pesos desde enero”.
“Y este es sin dudas un dinero que necesitan quienes se quedan sin trabajo en los meses que no hay cosecha. Se trata de una ayuda para el trabajador”, dijo a modo de conclusión.
Un testimonio
Ante la realidad del trabajo en negro en las cosechas UNO consultó a un cosechero de Concordia.
Ernesto Sánchez describió su realidad: “Yo necesito laburar y acá en Concordia está fea la mano. Acá, los patrones no te quiere blanquear y no te queda otra que pasar de una cuadrilla a otra, de un patrón a otro. Por ahí uno te paga un mango más y te vas con ese. Laburo hay, lo que pasa es que nadie te quiere blanquear. Ellos dicen que no les conviene porque por ahí nosotros nos enfermamos o tenemos algún accidente y no nos quieren pagar el día. Y si estamos blanqueados nos tienen que pagar. Estamos a la deriva”, relató.
Sánchez cosecha “desde que era un gurí” hace más de 30 años. “Desde hace unos 10 años vamos de cooperativa en cooperativa. Antes trabajábamos bien y te pagaban vacaciones pero ahora no. Algunos trabajan en empresas pero la mayoría, en negro”, acotó.
Sobre el trabajo no registrado agregó: “El Sindicato pide inspectores a Paraná a la Secretaría de Trabajo pero no vienen. O éstos (los patrones) se enteran y nos mandan a otro lado, o nos mandan a esconder”.
Respecto al trabajo diario contó que se levanta a las 4 o 5 de la mañana y se espera a ver con quién les conviene ir a cosechar. “Después salimos a esperan el colectivo con una bolsita con pan y un pedazo de mortadela y le damos hasta las cinco de la tarde”, describe.
“Terminamos y cobramos por día. Con la cosecha de naranjas ahora estamos sacando entre 18 y 30 pesos la hora. Un buen día levantamos de $1.800 a $2.000. Yo tengo pareja a y tres chicos de 7; 14 y 15 que van a la escuela. Si es un buen lote capaz llegamos a $2.500. Pero pasás por la carnicería y dejás $1.000 por una bolsa de carne picada”, razona.
Sobre el futuro, Ernesto Sánchez dice que solo les queda “pedir una pensión por incapacidad”. “Toda una vida subiendo escaleras con 30 o 40 kilos al hombro, ¿sabés como terminamos?”