Pasó la sesión de gimnasio: un circuito exigente que se advierte en el sudor de sus remeras. Y comenzó la sesión de tiros. Uno de los jugadores debajo del aro para tomar la pelota, otro de frente para recibirla y pasarla y el tercero ejecuta. Una y otra vez hasta llegar a 10 conversiones.
Con acento paranaense
Zilli, Hure y Byró adoptaron la ciudad. Entrenan en el receso, aman la pesca y sueñan con volver a jugar juntos.
6 de julio 2017 · 09:17hs
Foto UNO/Juan Ignacio Pereira
Foto UNO/Juan Ignacio Pereira
La mañana húmeda en el parqué de la cancha del club Talleres disimula el invierno y el entrenamiento resulta más agobiante. Su precisión y altura nunca pasa inadvertida, pero la cancha es de ellos, a esa hora está libre. Parecen chicos de Mini que se divierten. El reloj marca las 10.10. Porque a esa hora se citaron para tirar: como si fuera un horario impuesto por el club para la práctica profesional. Mariano Byró, Daniel Hure y Alejandro Zilli repiten el encuentro en cada receso de temporada. Y siempre vuelven al mismo lugar a pesar de no haber nacido en Paraná, la ciudad que eligieron para vivir. Mariano es de Monte Grande, provincia de Buenos Aires, del 1º de abril de 1982; Ale nació en San Justo, Santa Fe, el 18 de mayo del mismo año y Dani es el más chico del grupo de amigos. El Cabrito nació el 8 de enero de 1985 en Valle Hermoso, Córdoba. Byró y Zilli se conocieron en Echagüe a principios del milenio y con Dani jugaron por primera vez en 2006 cuando Sionista debutó en la Liga. A partir de allí surgió una gran amistad. Los une el amor por el básquet, la pesca, algunos inversiones en común y las chicas de Paraná.
Los tres formaron una familia en la capital y siempre vuelven a pesar de seguir deambulando por la Liga Nacional. Mientras se mueve el mercado de pases y a la espera de la definición de la máxima categoría, ninguno descansa y hace una pre-pretemporada, porque a pesar de tener un nombre en el básquet nacional consideran que "ya no se puede" llegar a la pretemporada sin haber hecho nada. Vaya mensaje para los pibes. "Año a año tenés que ratificar lo que hiciste y cada vez somos más veteranos y los chicos vienen con mucha energía, así que si no nos ponemos bien en esta parte nos cuesta mucho más", remarcó Byró.
"Está muy bueno volver a vernos porque Paraná siempre es el punto de encuentro. Pasar dos meses, entrenar, salir a comer una noche y hablar de las cosas que nos pasaron en la temporada nos hace muy bien y seguimos en lo que nos gusta", manifestó el pivote y el mayor. "Está bueno porque nos entrenamos y tenemos la posibilidad de no hacerlo solos, sino acompañados entre amigos y eso te motiva y te da más ganas. Hace tres años que vivo una parte del año acá y antes vivía solo y se hacía todo más difícil", contó el escolta Byró, que viene de jugar en Hispano Americano. "Llegamos por el básquet y la elección de estar en Paraná es porque estamos en pareja con chicas de Paraná y eso nos da la oportunidad de afianzar nuestra amistad", dijo Hure, que viene de una gran temporada en el básquet de Brasil donde llegó a la final del torneo y fue parte del Juego de las Estrellas.
"Sentimos que Paraná es nuestro lugar. Acá nos juntamos a comer un asado en la isla y pescamos o salimos embarcados una vez al mes, entre otras cosas", subrayó el cordobés.
La pesca es una fija. Allí se llevan "muy bien" y se divierten mucho. "Nos gusta a los tres y amamos estar al aire libre", contó el talentoso jugador que dijo ser "el mejor pescador" de los tres.
EL FUTURO. Ale Zili tiene pensado radicarse definitivamente en la ciudad cuando termine de jugar, pero aún quiere seguir una o dos temporadas más en la Liga y luego venirse "más cerca" para llevar "otro estilo de vida". Y manifestó su gran deseo de compartir más tiempo con su gente. "Quiero el día de mañana disfrutar más de la familia, que por la competencia uno la tiene descuidada. Ellos entienden y saben de nuestro estilo de vida, pero siempre tenemos ese cargo de conciencia de no estar más. A mi nena de 4 años no la he podido disfrutar como quisiera, o ella a mí. Obviamente tenemos proyectos en común con los chicos y vamos a seguir trabajando, pero con la familia como prioridad", relató el jugador con más de 11 años en la Liga Nacional y 17 como profesional.
Mariano piensa seguir jugando "hasta que pueda" según confesó, pero coincidió con su amigo. "El año pasado me tocó irme solo a Hispano y fue difícil estar lejos de mi familia, me costó mucho, pero nuestro estilo de vida es esto y es con lo que nos mantenemos", declaró.
El Cabrito, a sabiendas de que es "el más joven del grupo", al igual que sus amigos remarcó que estar lejos de los afectos "es cada vez más difícil" sobre todo por su paso por San Pablo. "A mí tocó estar fuera del país y como experiencia fue muy buena para crecer, pero pensando en el futuro voy a ver qué ofertas tengo y tomaré la decisión con mi familia, mi novia y mis allegados".
JUGAR LOS TRES. La posibilidad de volver a jugar juntos como en Echagüe, Sionista, Instituto, Hispano o la Selección de Entre Ríos no depende de ellos. Sobre todo en el básquet profesional. Pero nunca lo descartan. Ni siquiera en un equipo amateur de Paraná. "Ojalá que se pueda dar porque la pasamos muy bien y los años que hemos jugado juntos nos ha ido bien. Es muy bueno jugar con amigos al básquet, sería muy lindo", sostuvo Hure. Por su lado, Byró manifestó que "sería muy lindo volver a compartir una cancha" y supuso que "tal vez sea de manera amateur o en alguna categoría más baja". "Mi idea es seguir jugando al básquet cuando lo deje de hacer de manera profesional", adelantó.
"Me veo en algún Maxi con la peña de los jueves caminando la cancha", dijo entre risas el sanjustino. "Seguro que nos vamos a juntar, a Dani le llevamos un par de años, pero lo vamos a sumar. Lo disfrutamos mucho y jugar con amigos es más lindo que de una manera profesional".